Fundación Otero Herrera
por Julia Sáez-Angulo
La Colección Otero Herrera, sita en una mansión de Benalmádena (Málaga), cuenta con tres grandes salas monográficas sobre Emma Reyes, Alberto Arboleda y Pedro Alcántara, así como diversos espacios con las obras de los demás artistas latinoamericanos. Alberto Otero ha dirigido la empresa Distrimedics en Colombia y su Colección ha ido creciendo en paralelo a la empresa; colección con la que confiesa ha disfrutado mucho a lo largo del tiempo.
Recientemente tuvo lugar una importante exposición de la colección Otero Herrera en la Universidad de Málaga. La Fundación Otero Herrera tiene sede en Cali y próxima delegación en España, donde aspira a hacerse más presente cada día, con actividades de exposiciones y publicaciones. “A partir del mes de abril próximo se podrán contemplar tres de nuestras obras en la exposición de la Biblioteca Nacional de España con motivo del Bicentenario de la Independencia en América”, informa el director Camilo Otero.
“La colección consta de mil trescientas obras, de las que 300 adquirimos a Emma Reyes (1919 – 2003); 150, a Pedro Alcántara (Cali, 1942); 90, a la familia de Darío Jiménez (Ibagué, 1919 – 80) y 80, a Alberto Arboleda (Popayán, 1925 – Bruselas, Bélgica 2011). En algún caso fue una manera de ayudar al artista en un momento determinado de sus vidas. De todos ellos guardamos excelente documentación que nos facilitaron y que estamos ordenando en archivos”, declara Camilo Otero Herrera, director de la Fundación y continuador generacional de la familia. “Mi padre está siempre cerca y figura como presidente de Arte Vivo”.
El número de artistas colombianos en la colección continua con nombres como Fernando Botero con tres piezas; Débora Arango, con una excelente “Maternidad”; Luís Caballero con tres obras, dos de ellas magistrales; Enrique Grau, con siete obras; Manuel Hernández; Darío Morales; Edgar Negret, con tres esculturas; Alejandro Obregón; Eduardo Ramírez Villamizar; Omar Rayo; Leopoldo Richter, nacido en Alemania, pero con vida activa en Colombia; Carlos Rojas; y Hernando Tejada. La Colección está abierta a especialistas y grupos, previa cita. En Guatemala se albergan unas 90 piezas y en Calí el resto, donde sufrió un robo reciente de 80 obras. “Allí tenemos una escultura monumental soberbia de Grau, difícil para traer a España”, explica el fundador de la Colección.
“Siempre hemos estado atentos al arte colombiano y, sobre todo, a sus artistas, porque es un país que ha generado buenos nombres”, explica Alberto Otero. “Contamos en realidad con cuatro generaciones de artistas colombianos en la Colección: la primera estaría formada por Andrés de Santa María y la segunda, por los Ricardos: Ricardo Gómez Campuzano; Ricardo Borrero Álvarez, Ricardo Acebedo Bernal; Ricardo Moros Urbina; Jesús María Zamora; Francisco Antonio Cano; Débora Arango; Ramírez Villamizar; Ignacio Gómez Jaramillo, Omar Rayo y Emma Reyes”.
“La tercera generación la formarían: Alcántara, Botero, Carlos Rojas, Manuel Hernández, Ana Mercedes Hoyos; María Paz Jaramillo y Luís Caballero, y la cuarta la integrarían: Ricardo Valbuena, Danilo Dueñas; Daniela Mejía; Luciano Jaramillo; Alberto Sojo y Gustavo Vejarano”.
“Como la Colección Otero Herrera pretende abarcar todo el ámbito latinoamericano, también hay muchas más obras del argentino Miguel Carini; los cubanos Ever Fonseca; Cundo Bermúndez…; los mexicanos José Luís Cuevas o Juan Soriano; el peruano Alberto Dávila; brasileños como Antonio Enrique Amaral; los guatemaltecos Juan Francisco Yoc y Rodolfo Abularach… serían muchos para mencionarlos a todos”, explica Camilo Otero.
“Queremos completar períodos, nombres y movimientos en la colección, pero todo lo haremos poco a poco para no precipitarnos en la elección de las obras”, señala el director, un hombre joven, lleno de energía y proyectos. “En familia también contamos con obras de artistas españoles, pero que no forman parte de la Colección porque ésta se ha definido como de arte latinoamericano”.
Con Camilo Otero Herrera a la cabeza no se hará cierta la irónica definición de que “una colección es la pasión de un hombre que se disuelve en una testamentaría”.