Juan Gracia Armendáriz: Diario del hombre pálido
por Mercedes Martín
Demipage, Madrid 2010, 257 pp.
Juan Gracia Armendáriz pasa 169 días en tratamiento a la espera de un trasplante. Esos días los narra en este diario, mientras espera atado a la máquina, y recuerda otras narraciones “patológicas”, historias de enfermos que pueblan la Literatura universal. El cuerpo, esa parte de mí dedicada a servirme en otras épocas, se vuelve mi carcelero. A su disposición estoy, padezco, paso el tiempo con él, sintiéndolo, escuchándolo, dándome cuenta de su existencia. Él me precede, mediante el dolor sabe, antes que yo, lo mal que está. Con él llego al mundo, con su fin quizá viene mi fin. Yo creía que podía más que él, que iba adonde yo le enviaba, que él no sabía nada de lo que yo sabía, que era sólo una parte de mí sin voluntad propia, sin vida propia. Pero ahora, en una cama, lo miro y parece que me mira, me doy cuenta y parece que se da cuenta, parece que me dice: ¿ves lo ilusa que eras?
El diario de un hombre atado a su cuerpo me recuerda esa ilusión de hoy acerca de nuestro cuerpo: que el deseo y la materia quizá valen más que el alma, quizá el alma no es nada sin su cuerpo, quizá el alma es el cuerpo. Pobre ilusión, pobre materia atada a una máquina, oyéndose vivir en el sonido de algún motorcito junto a la cama.