(Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Madrid.Del 5 al 9 de marzo 2025)

Art Madrid celebró su 20ª edición, consolidándose como un evento clave dentro del circuito del arte contemporáneo en España. A lo largo de cinco días, el centro de la capital se convirtió en un vibrante punto de encuentro para artistas, galeristas, coleccionistas y amantes del arte. A diferencia de la más masiva ARCOmadrid, Art Madrid apuesta por una atmósfera más íntima, donde el diálogo directo entre creadores y público es una de sus principales fortalezas. Esta edición ha reafirmado su papel como plataforma para descubrir nuevas tendencias y talentos, ofreciendo una experiencia en la que la calidad expositiva y la interacción han sido protagonistas.

Participación y representación artística

En esta edición participaron un total de 34 galerías, de las cuales 11 provenían del extranjero, reforzando así la proyección internacional de la feria. Entre ellas, se encontraban espacios de Portugal, Francia, Italia, Perú, Taiwán, Brasil, Cuba y China, aportando una diversidad artística que enriqueció la propuesta expositiva y permitió el diálogo entre diferentes escenas culturales. La diversidad geográfica se reflejó en una propuesta artística que combinó diferentes estilos, técnicas y discursos.

Dentro de la representación española, Cataluña lideró la participación con cinco galerías, seguida de la Comunidad Valenciana con cuatro. Galicia contó con tres espacios, mientras que Madrid y Asturias estuvieron representadas por dos galerías cada una. Otras regiones como Castilla y León, País Vasco, Murcia, Andalucía, Aragón y Cantabria aportaron una galería cada una, mostrando la riqueza y variedad del panorama artístico nacional.

Figuración, abstracción y la escultura como protagonista

En cuanto a tendencias, este año el arte figurativo tuvo una presencia ligeramente mayor que el abstracto. Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos fue el protagonismo de la escultura, con piezas que destacaban por su innovación formal y conceptual.

En la pintura, una de las corrientes más visibles fue el realismo amplificado, un enfoque en el que los artistas acentuaban ciertos elementos para hacerlos aún más realistas o resaltaban un único detalle con precisión extrema dentro de una composición más libre. En escultura, en cambio, se percibió un fenómeno interesante: la abstracción, que en ediciones anteriores dominaba la pintura, parece haber fluido a materiales como la madera, la arcilla y otros soportes tridimensionales.Artistas interesantes

Entre los nombres más relevantes representados por galerías españolas, cabe mencionar a Santiago Picatoste (galería 3 Punts), con su exploración de la abstracción post-pictórica en conexión con la figuración. También a Alexander Grahovsky (galería BAT Alberto Cornejo), considerado por algunos un Bosch contemporáneo, con escenas que recuerdan una obra de teatro y combinan elementos clásicos y modernos en composiciones de fuerte carga surrealista. Albert Bonet (galería Inéditad) llamó la atención con su  su fuerte discurso social y una estética de lo desagradable.

En el campo de la escultura, resaltan Iván Prieto (galería Moret Art), con sus personajes surrealistas estrechamente vinculados al mundo de la moda y que rompen con los cánones tradicionales de belleza, y Jesús Curiá (galería María Aguilar), con sus figuras de bronce que combinan modernidad y antigüedad, explorando las raíces de la humanidad a través de una estética meticulosamente trabajada.

Entre los artistas representados por galerías extranjeras, sobresalieron Harold López (galería Habana), quien maneja con maestría la dramaturgia dentro de sus composiciones pictóricas con una estética cercana a la imagen publicitaria; Ana Cardoso (galería São Mamede), cuyas obras evocan una sensación de abandono y nostalgia; y Carolina Bazo (galería O Art Project), que a través del fotoperformance explora problemáticas ecológicas y el papel social de la mujer.

Arte emergente y exploración urbana

Este año, los artistas emergentes tuvieron la oportunidad de participar en el programa Open Booth, una iniciativa en colaboración con la Universidad Nebrija y con el apoyo de la marca Liquitex. Este proyecto permitió a estudiantes de Bellas Artes sumergirse en la dinámica de una feria de arte, brindándoles la oportunidad de establecer conexiones con coleccionistas, comisarios y galeristas, además de exponer su obra en un entorno profesional.

El espacio se concibió como una instalación interactiva en torno a la exploración del entorno urbano, los problemas ecológicos, la memoria colectiva y la experiencia personal. Se estructuró en cuatro áreas temáticas: Avalancha, que abordaba la representación de montañas y ríos a través de objetos; Constelar, con lámparas flotantes como símbolo de la memoria y las aspiraciones personales; Mar(ejada) Madrid, una instalación conceptual que invitaba al espectador al diálogo abierto; y Un Oso llamado Tergiverso, inspirado en el oso de Madrid, que exploraba la ciudad como un organismo vivo en constante transformación.

Performance y crítica al desarraigo

Dentro del programa paralelo, Art Madrid reafirmó su compromiso con las artes vivas a través de Raíces Afuera, un ciclo de performance que convirtió la feria en un laboratorio de reflexión sobre el desarraigo en la era global. Inspirado en Echar raíces de Simone Weil, el proyecto abordó la fragmentación social, la migración y la búsqueda de identidad mediante propuestas que difuminaban los límites entre cuerpo, territorio y memoria.

Bajo la premisa de Weil—que define el arraigo como una necesidad vital del alma humana—, el ciclo planteó interrogantes sobre la urgencia de restablecer vínculos culturales, emocionales y simbólicos en un mundo marcado por la movilidad constante. Las performances, concebidas como actos de resistencia poética y política, pusieron sobre la mesa cuestiones como el sentido de pertenencia, las manifestaciones del desarraigo y la posibilidad de reconstruir conexiones en sociedades cada vez más fragmentadas.

Un balance positivo y nuevas perspectivas

La 20ª edición de Art Madrid dejó una impresión sólida, confirmando su posición como un espacio clave para la diversidad artística y el diálogo entre lo local y lo internacional. Si bien la feria sigue siendo una plataforma comercial, su apuesta por propuestas conceptuales y reflexivas la ha convertido también en un escenario de debate sobre el arte y su contexto.

Tanto visitantes como participantes valoraron positivamente esta edición, destacando la variedad de propuestas y la oportunidad de establecer conexiones. Con una oferta artística que combinó exploración conceptual y una fuerte presencia de lo original, vibrante, contemporáneo y abierto para el diálogo, Art Madrid 2025 reafirmó su papel dentro del circuito ferial español. Queda por ver cómo evolucionará en futuras ediciones y qué nuevos caminos tomará en su constante búsqueda de identidad y relevancia en el panorama del arte contemporáneo.