MANU CHAO: Viva tú (Radio Bemba/Because Music-El Volcán)

Cuando Mano Negra se disolvió, Manu Chao volvió a la lucha de guerrillas, tocando en conciertos sin avisar bajo el nombre de Radio Bemba. Necesitaba canalizar su rabia, y aquellas actuaciones le daban la posibilidad de tocar durante horas mostrando su vertiente más hedonista, una forma de reencontrarse consigo mismo y con la necesidad de seguir haciendo música.Mucho ha sucedido desde entonces, incluso la repercusión mundial de discos como Clandestino (1998) o Próxima estación… Esperanza (2001). Prefirió darle esquinazo a la fama y moverse en los márgenes de la industria. Conserva el nombre de Radio Bemba para editar sus discos, mostrando ocasionalmente canciones algo más recogidas y despojadas, algo que ya dejaba intuir en su tercer disco en solitario, Sibérie m’était contéee (2004) y que ahora acaba por estallar con toda naturalidad en Viva tú.

Al igual que en otros discos, Manu canta en español, francés, portugués e inglés. También se deja mecer por el reggae, la rumba, el samba o los ritmos latinos, aquí con la novedad del country (en “Heaven’s Bad Day”… ¡junto a Willie Nelson!), el pop francés (“Tú te vas”) o el folklore latino (“Vecinos en el mar”). Y repite frases como mantras que luego aparecen y reaparecerán durante sus directos. Pero aquí, y esa es la novedad, se muestran despojados de todo lo accesorio, con las guitarras acústicas asumiendo buena parte del protagonismo. Desaparece el revestimiento electrónico y parece que tenemos al Manu Chao más cercano, al que desenfunda su guitarra y se pone a cantar en cualquier lugar en el que se sienta cómodo, con amigos, con vecinos, con músicos de la calle…

MAESTRO ESPADA: Maestro Espada (Maestro Espada-Sony)

Tras el hermoso nombre de Maestro Espada -la calle en la que vivían sus abuelos- se encuentran dos hermanos murcianos. Álex Hernández, conocido por sus diversas influencias y proyectos experimentales, fue en su día el cantante del grupo Vespertine. Después militó en otra formación premiada pero que no llegó mucho más allá.   Por su parte, Víctor Hernández mantiene el proyecto Rey Lobo, componiendo para bandas sonoras de películas como Ahora o nunca y No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.

En su nueva aventura como dúo se han sumergido en la tradición musical de su huerta natal murciana para dar salida a canciones donde los sintetizadores analógicos casan con castañuelas o laúdes. El avance, “Murciana”, lo dejaba claro: una malagueña con octosílabos repentistas, versos árabes que se cantaban hace siglos en esa huerta y un verso popular de la Cuadrilla de Patiño, al que se le suman al final los acoples ruidistas de Raül Refree, el productor.

El disco se pasea por agudos imposibles, como en “Estrellica”, que también incluye gritos chamánicos combinados con distintos sintetizadores y percusiones, haciendo gala en la canción, como en otras, tanto de fragilidad como de intensidad, de recogimiento y hedonismo. También presenta parrandas como “La despedía”, que agarra de las entrañas desde el primer momento. Son Maestro Espada, música popular y experimentación, siguiendo únicamente su intuición musical mientras revisitan uno de los folklores más ignorados de la Península.

M. WARD: For Begginers: The Best of M. Ward (Merge-Popstock!)

Afortunado título, claramente. Para principiantes: lo mejor de M. Ward es justo lo que su enunciado promete, aunque oculte algo relevante: solo contempla su etapa con el sello Merge, y no sus primeros dos discos ni los últimos cuatro, de los cuales uno fue autoeditado y los otros tres publicados con el sello Anti. O sea, este recopilatorio cubre el lapso temporal que va de 2003 a 2016.

Si alguien lo acaba de descubrir ahora o siente curiosidad por seguir su trabajo junto a Zooey Deschanel en She & Him, esta es la perfecta puerta de entrada a su obra en solitario, teniendo que asumir que no está todo representado. El disco se abre con “Chinese Translation” y “Poison Cup” de Post-War, su álbum de 2003, a las que da continuidad su muy especial versión, ralentizada, casi declamada, del “Let’s Dance” de David Bowie.

No sigue un orden cronológico y solo incluye una canción inédita, “Cry”, grabada en directo con las australianas Folk Bitch Trio, en un museo de arte moderno de Tasmania, después de ensayarla tan solo durante 30 minutos, y que resulta ser la versión del clásico un tanto desconocido de Godley & Creme. Perfecto colofón para un músico singular y que siempre se ha caracterizado por la belleza que consigue con sus creaciones a partir de las raíces de la música norteamericana.

FACES: Faces at the BBC: Complete BBC Concert & Session Recordings (1970-1973) (Rhino-Warner)

En su día, Rod Stewart aseguró que “Si no fuera por John Peel, los Faces nunca habrían triunfado”. Por su parte, Ronnie Wood afirmó que “Él nos dio a los Faces nuestra primera oportunidad”, mientras que Kenney Jones lo confirmaba cuando comentó que: “John Peel ayudó mucho a los Faces en Inglaterra, en la prensa y en su programa”.Ahora aparece una caja con ocho discos y 88 temas que incluye todo lo que la banda grabó en la emisora pública británica BBC, conciertos y sesiones. Gran parte de esta nueva colección no se había publicado anteriormente. Muchas de estas grabaciones se creían perdidas, pero han sido recuperadas de los propios archivos de la banda y de colecciones privadas -solo falta una sesión de tres canciones definitivamente perdida-.

En este recopilatorio en directo se explora el material que se recogió en los cuatro álbumes de estudio de los Faces (First Step, Long Player, A Nod Is as Good as A Wink…To a Blind Horse y Ooh La La), así como varios álbumes en solitario que Rod Stewart grabó con la mayor parte de la banda (Gasoline Alley, Every Picture Tells a Story, Never a Dull Moment y Smiler).

Entre las muchas rarezas se encuentra una mezcla estéreo del concierto del 13 de mayo de 1971 en el Cine Paris, que solo se transmitió en mono, y un espectáculo de febrero de 1973 que nunca llegó a radiarse debido a las preocupaciones de la BBC sobre las bromas de la banda en el escenario con el público ruidoso. Todo el audio ha sido remasterizado e incluye un libreto de 48 páginas con nuevos comentarios de los miembros sobrevivientes de la banda y citas de archivo de Ronnie Lane, Ian McLagan y, cómo no, el presentador de la BBC John Peel. Todo un festín inesperado a estas alturas tanto para el fanático como para el oyente casual, y que sirve para reevaluar en su justa medida su trayectoria.

MERCURY REV: Born Horses (Bella Union-Music as Usual)

Aunque comenzaron en 1989, fue realmente con sus discos entre 1998 y 2005 (Deserter’s Songs, All Is Dream y The Secret Migration) donde Mercury Rev encontraron un sonido reconocible, onírico, cinematográfico, texturizado y psicodélico, que además coincidió con la etapa de mayor reconocimiento. Born Horses, su primer álbum en nueve años, sigue contando con Jonathan Donahue y Sean ‘Grasshopper’ Mackowiak, sus dos miembros constantes, más un par de recién llegados (Jesse Chandler al piano y Marion Genser al teclado), pero el paisaje sonoro de Mercury Rev es tan distintivo como siempre.

En este caso han buscado introducir algunas novedades, con influencias como la banda sonora de Blade Runner, las melodías de Broadway, Chet Baker o el disco Sketches of Spain de Miles Davis, prestando atención a lo que escuchaban sus padres para buscar un giro hacia el futuro. El sonido vuelve a ser rico, cuidado y meticuloso, a medio camino entre lo orgánico y lo electrónico, aunque envuelto todo en una mezcla más densa y serpenteante.

Lo que es diferente en esta ocasión es la forma en que Donahue usa su voz. En lugar de cantar, recita a lo largo de las ocho canciones, lo que consigue resaltar la naturaleza poética de unos temas oscuros, desgarrados, que hablan de la pérdida y, a la vez, se convierte en un viaje terapéutico. Escuchadas por separado, no tienen el efecto inmediato de sus momentos más celebrados, y tomadas en conjunto el efecto es bastante plano, con un estado de ánimo que seguramente solo enganche si el oyente consigue entrar en él y se deja llevar mecido por esos sonidos ambientales y las voces habladas y susurradas.

OASIS: Definitely Maybe (30th Anniversary Deluxe) (Big Brother Recordings)

Es una de las noticias del año: la misma semana que supo que Johnny Marr había impedido una reunión de The Smiths, que ya contaba con el beneplácito de Morrissey, los hermanos Gallagher firmaban una tregua para reunirse para una serie de conciertos en el 2025. Todo por la pasta, sin ninguno de los otros tres miembros de la formación original y con la posibilidad de que todo acabe de nuevo en una ruptura sobre las tablas o antes de llegar al escenario.

Aprovechando, se publica la edición trigésimo aniversario del álbum que le devolvió al rock la esperanza de contar con una banda al estilo de las grandes formaciones clásicas: buenas canciones, servidas con bravuconería en directo, egos inflados y una retahíla de movimientos públicos escrutados por los medios y retransmitidos en directo a todo el mundo.

No hay nada nuevo en esta edición, al menos en lo que a canciones desconocidas o inéditas se refiere. Se trata de ocho versiones grabadas en los estudios Monnow Valley que no aparecieron en el disco, ocho grabaciones que fueron descartadas ya que escogió otra toma que se prefirió a estas y una maqueta del año 1992 (“Sad Song”). Lo cierto es que suenan tan poderosas y vibrantes como las originales, lo más cerca que la banda estuvo nunca de la rotundidad del punk, y dan la razón a todos los que cayeron embrujados por aquel debut que hoy sigue sonando tan incontestable como entonces.