Maggie Rogers, regresando al hogar
por Xavier Valiño
Margaret Debay Rogers, nacida en Easton, Maryland, el 25 de abril de 1994, y conocida profesionalmente como Maggie Rogers, acaba de publicar su tercer disco, Don’t Forget Me, dándole continuidad así a So Sick of Dreaming. El álbum está coproducido con Ian Fitchuk (Kacey Musgraves, Maren Morris) y fue grabado en los estudios Electric Lady de Nueva York, con quien compuso ocho de sus diez canciones y dos en solitario. La músico estadounidense, que siempre ha citado a Patti Smith, Björk, Carrie Brownstein (Sleater-Kinney) o Kim Gordon (Sonic Youth), como sus principales influencias, nos presenta este trabajo.
“Me he divertido mucho en cada etapa de la creación de este álbum. Creo que se nota en las canciones. Y me estoy dando cuenta de que es el ingrediente clave para que todo esto funcione. Este álbum se compuso en cinco días, dos canciones al día: tres días en diciembre de 2022, dos en enero de 2023. Se escribió en orden cronológico.
Algunas de las historias de este álbum son mías. Y, por primera vez, algunas no lo son. Los momentos que son míos me parecen recuerdos: atisbos de la universidad, detalles de cuando tenía 18, 22, 28 años (ahora tengo 29). Al escribir el álbum secuencialmente, en algún momento surgió un personaje. Empecé a imaginarme a una chica de viaje por el sur y el oeste de Estados Unidos. Una especie de Thelma y Louise más joven que se iba de casa y dejaba una relación, procesando en voz alta, encontrando consuelo en sus amigos y en la promesa de una nueva ciudad y un nuevo paisaje.
Intenté captar su vida con la intimidad de las fotografías de Linda McCartney, espontáneas, abiertas y libres. Está empezando de nuevo, pasando página a un nuevo capítulo de su vida. Algunas de las historias y detalles de las canciones proceden de amigos o de las noticias. Otros me los he inventado, o más bien me han salido por arte de magia. De la pluma al papel. Totalmente formadas. Ahí estaban.
Creo que de esta manera, algunas de las verdades más profundas de mi presente pudieron salir a la luz. No estaba buscándolas ni desenterrándolas, cosechando sus historias antes de que tuvieran la oportunidad de desarrollarse plenamente. Las verdades sobre mi vida surgieron de mi intuición más profunda. Cosas que no estaba preparada para decirme a mí misma en voz alta, pero que encontraron un lugar en la música.
Ocho de las diez canciones fueron escritas con mi único colaborador y compañero en este álbum, Ian Fitchuk. Las otras dos canciones las descubrí por mi cuenta y fueron producto de mi larga amistad con Lee Foster, el manager de los estudios Electric Lady quien, en los días previos a Navidad, se dio cuenta de que estaba en racha y me regaló un día extra de estudio para seguir trabajando y captando las canciones que pasaban por mis manos.
Ian y yo coprodujimos el álbum juntos, y él toca la mayoría de los instrumentos del disco. Es un músico increíblemente dotado, y se ha convertido en un amigo aún mejor. Nunca habíamos trabajado juntos antes de este disco, pero a finales de noviembre de 2022, tuve la sensación de que podríamos hacer algo interesante juntos y le envié un mensaje de texto preguntándole si estaría dispuesto a intentarlo. Estoy muy agradecida de que dijera que sí. Estas canciones y los días de sesión son un registro de la primera vez que nos conocimos en persona, y es muy emocionante sentir que apenas hemos arañado la superficie.
La mayoría de las interpretaciones que escuchareis son primeras tomas. Las grabaciones eran inicialmente una colección de maquetas para volver a grabarlas con una banda. Creo que así es como y por qué todo surgió de la forma en que lo hizo. Me pareció que estábamos tocando, dándonos la mano musicalmente por primera vez. Volvimos a reunirnos en marzo para intentar mejorar los arreglos, pero cada vez que intentábamos cambiarlos, teníamos la sensación de haber perdido algo.
Cuando volvimos a escucharlo, nos dimos cuenta de que quitarnos presión nos permitió bajar la guardia y los pretextos en el estudio, y el resultado fue algo con carácter y corazón. Esa semana de tirar mierda contra la pared y poner a prueba nuestras ideas convirtió la informalidad de nuestro proceso original en una elección creativa deliberada que podíamos respaldar como álbum. Decidimos dejar todas las piezas que hacen que las grabaciones parezcan reales y humanas. Como interpretaciones, en lugar de una perfección fabricada o cuadriculada. Al final, el álbum se hizo porque no intentábamos hacer un álbum.
Don’t Forget Me es cálido. En muchos sentidos, es como volver a casa, a la música y la composición que me cimentaron cuando empecé a componer en mi habitación a los 16 años. Mis amigos siguen diciendo que suena como la versión de mí que conocen. Algo más suelto, o más descarado, o más loco de lo que he mostrado en público antes. Quería hacer un álbum que sonara como un domingo por la tarde. Vestida con vaqueros. Un paseo en tu coche favorito. Sin maquillaje, pero con la cantidad justa de pintalabios. Algo clásico. La manta de mohair y la botella de whisky de la habitación de motel de Joan Didion. Un viejo Corvette. Vintage, pero no demasiado americano. Quería hacer un álbum para escucharlo a todo volumen solo en el coche, un amigo de confianza que pudiera ir de copiloto y estar ahí cuando lo necesitaras.
Después de un verano entero tocando en directo la canción que da título al disco, sienta bien sentir por fin la ligereza del lanzamiento. La canción es una entrada de diario áspera sobre ir a un montón de bodas de amigos y sentirse tan feliz por ellos, pero también darse cuenta de que estoy simplemente en un lugar muy diferente en mi vida. He bromeado con mis amigos diciendo que es una canción sobre tener pocas expectativas, pero en realidad creo que trata sobre anhelar cosas sencillas: un buen amante o alguien que sea amable conmigo. A fin de cuentas, nuestros recuerdos y relaciones son todo lo que tenemos. No tengo muchas preguntas, pero quiero que el tiempo que paso en esta tierra sirva para algo. Que al final todo valga la pena. Creo que recordar a alguien puede ser la mejor forma de amar, porque cuando recordamos, el amor perdura. Cuando llegue el final de mi vida, espero que lo que me quede sea toda una vida de amor acumulado.
Creo que es inherente a nosotros dar y recibir unos de otros. Y que incluso con las mejores intenciones también puede haber algo de destrucción: llévate mi dinero, destroza mis domingos. Hay cosas sencillas a las que creo que todos renunciaríamos por amor. Creo que se trata de querer que nuestros sacrificios o sufrimientos tengan sentido. Que todo no quede en el olvido. No te olvides de mí.
Este ha sido un momento tan transformador y especial en mi vida. Estoy tan agradecida por los muchos años de apoyo y atención que me han ofrecido para que pudiera llegar a todo esto a mi manera y en mi tiempo. Puedo decir honestamente que estoy más preparada que nunca… y lo más importante, me lo estoy pasando genial. Espero que os guste este disco tanto como a mí”.