Everything but the Girl, la chispa de una fusión emocional
por Xavier Valiño
Fuse (Fusión) es el álbum de regreso de Everything but the Girl, casi un cuarto de siglo después de su última entrega. En el entreacto no ha habido disolución ni comunicado, sino que sus dos componentes, aun siendo pareja, prefirieron continuar con sus carreras en solitario y proyectos al margen de la banda con la que más reconocimiento habían obtenido.Como primer adelanto del disco del dúo británico formado por Tracey Thorn y Ben Watt se presentó el single “Nothing Left to Lose”. “Queríamos volver con algo que sonara moderno… Solo queríamos hacer un trabajo que sonara de genial ahora en 2023 que nuestros trabajos anteriores. Ese fue el motor”, comenta el compositor y multinstrumentista Ben Watt.
Estas diez canciones fueron compuestas y producidas durante la primavera y el verano de 2021, en plena pandemia y durante el confinamiento. Los dos crearon “una interpretación moderna del radiante soul electrónico que caracterizó al grupo a mediados de los noventa”. La conmovedora y trascendental voz de Tracey brilla como nunca arropada por los bajos, los ritmos agudos, los sintetizadores y los vacíos que habitan el universo sonoro del grupo para crear un sonido que nos presenta adaptándonos a los estilos contemporáneos y, a la vez, manteniéndonos atemporalmente únicos”.
Tracey habla sobre la vuelta del grupo y el álbum: “La verdad es que lo último que nos rondaba la cabeza cuando nos pusimos manos a la obra en marzo de 2021 fue cómo sonaría este nuevo álbum. Éramos muy conscientes de la presión que suponía volver después de tantos años, así que partimos de una sensación de ligereza y trivialidad, sin marcarnos un camino fijo, abiertos a las ideas y a probar cosas nuevas”.La pareja grabó en secreto en casa y en un pequeño estudio al lado de un río en Bath, con su amigo el ingeniero de sonido Bruno Ellingham. Durante los dos primeros meses, los archivos estaban marcados simplemente como TREN (Tracey and Ben), y las primeras tomas incluían montajes de sonido de ambiente y bucles de piano fantasmales que Ben había grabado en casa con su iPhone durante el confinamiento por la pandemia por la Covid-19. Esas ideas se convirtieron posteriormente en temas atmosféricos como “When You Mess Up” e “Interior Space”.
“Según fuimos cogiendo confianza, nos fuimos soltando con el ritmo y el pulso del álbum, hasta llegar a componer y programar algunos de los temas posteriores, como el sencillo “Nothing Left to Lose” y “Caution to the Wind”. Llenas de esperanza, desesperación y flashbacks, las letras del álbum hablan de volver a empezar, unas veces de manera abierta y otras con referencias menos obvias”.
En palabras de Ben Watt, “Ha sido muy emocionante. Brotó un dinamismo entre nosotros de forma totalmente orgánica. Nos entendíamos a la perfección. Con una mirada nos bastaba para decirnos muchas cosas y fuimos escribiendo lo que surgía. Nos convertimos en más que la suma de dos partes. Nos convertimos en Everything But The Girl”.
Su vuelta a los estudios también está detrás del título del álbum. “Después de pasar tanto tiempo separados, notamos una especie de fricción y una chispa que se avivaba cuando volvimos al estudio”, comenta Tracey. “Por mucho que quisiéramos ignorarlo al principio, habíamos prendido una llama. Y el proceso terminó siendo una especie de coalescencia, una fusión emocional. Se percibía como algo muy real y lleno de vida”.