Olivia Manning: «Amigos y héroes»
por Mercedes Martín
(Libros del Asteroide, 2023. 448 págs)
Amigos y héroes es la tercera entrega de La trilogía de los Balcanes, de Olivia Manning que, junto con la Trilogía del Levante, desarrolla la historia de Los Pringle, una pareja de recién casados que huyen de un país a otro a medida que la Alemania nazi se apodera de media Europa. En este volumen Harriet y Guy Pringle llegan a Atenas, pero allí tampoco estarán a salvo. Mientras tanto, la pareja intenta llevar una vida normal, conseguir un trabajo, relacionarse con sus nuevos vecinos y con la comunidad inglesa, a la que pertenecen.
Guy trabaja para el British Council y se concentra en su tarea de profesor. Lo que más le gusta es estar rodeado de gente, enseñar y montar obras de teatro. Pero mientras su marido es absorbido por los libros, la enseñanza y las relaciones, ella se queda sola. A través de la mirada de Harriet observamos cómo se comportan todos, tanto su marido ausente como los demás. Un friso de caracteres psicológicos trazados magistralmente se despliega ante el lector y no lo deja indiferente. Son personajes tan reales, tan asombrosamente conseguidos con apenas un par de trazos que pareciera que los tenemos, como dijera Aristóteles al definir la poesía, “ante los ojos”.
Así el marido poco a poco se nos va revelando (a los que no hemos leído las dos novelas anteriores) como un personaje tragicómico, que crece y se ilumina en compañía de un grupo de gente y se empequeñece al encontrarse solo o con su mujer. A su vez, otros personajes que desfilan por este friso tragicómico (Alan, el príncipe Yaki, el Comandante, Dubedat, Toby Lush, Tandy…) Todos, incluso aquellos que solo están de paso, son retratados por sus actos, gestos y palabras de tal forma que queda una impresión en la memoria como si hubieran existido de verdad y alguna vez se hubieran cruzado con nosotros. Lo más interesante de la novela es esto, la capacidad de Manning para pintar con palabras y para revelar el interior humano, las motivaciones más complejas, a través de la descripción de un gesto, el cambio repentino en la expresión o en la postura de los personajes. Unos personajes que, zarandeados por las circunstancias, pierden los papeles fácilmente.
La habilidad de Harriet para analizar situaciones y tipos humanos la pone cómicamente (y trágicamente también) un poco por delante del marido, que vive “en su mundo” tan contento si le dejan. La pareja es, en este sentido, una especie de Don Quijote y Sancho unidos en matrimonio. “Guy se desanimó, como siempre que Harriet le desvelaba los tejemanejes prosaicos que había detrás de las explosivas emociones de la vida […] Se acordó de cuando quería que su vida la controlara él. Fue una fase que no duró mucho. No tardó en decidir que aunque Guy hubiera leído más y estuviera mejor informado, en lo relativo a la vida era su propia visión la que le resultaba más útil. Guy tenía fortaleza moral, aunque parecía una de aquellas inmensas obras victorianas de ingeniería: impresionante, pero fuera de lugar en el mundo moderno.”
Manning también vivió la experiencia de huir de los alemanes junto a su marido, funcionario del British Council. Recién casados se fueron a Bucarest y de allí huyeron de la guerra primero a Atenas, luego a El Cairo y finalmente a Jerusalén, igual que los protagonistas de sus dos trilogías, publicadas entre 1960 y 1980. Ambas fueron llevadas a la televisión por la BBC con gran éxito bajo el título de Fortunes of War en 1987.