Eli Paperboy Reed rinde homenaje a Merle Haggard
por Xavier Valiño
Eli Paperboy Reed ha editado recientemente su nuevo álbum, Down Every Road: Eli Paperboy Reed Sings Merle Haggard (Yep Roc). Grabado en Brooklyn con el reconocido productor Vince Chiarito (Black Pumas y Charles Bradley, entre otros), en él se puede encontrar a Reed trayendo de vuelta el clásico, tradicional y emocional soul de Haggard, expresando ese corazón roto de la icónica leyenda del country y canalizándolo en una ecuación alimentada por unas eficientes voces. La manera en la que Reed toca la guitarra recuerda más a Pops Staples que a Roy Nichols, y la producción es más FAME que Bakersfield.
Reed retoca un poco los ajustes de las canciones para presentar la música de Haggard en un contexto totalmente distinto, un contexto que borra las fronteras del género, la nacionalidad o la raza, y que muestra lo común y distintivo que une a los Estados Unidos. “Realmente no creo que en la cultura estadounidense haya una línea que separe claramente la música country del soul. En los 60 y los 70, había versiones de ambos géneros que se convertían en grandes éxitos entre blancos y negros, y eso es porque debajo de todo esas etiquetas y ese marketing, había canciones que nos hablaban como seres humanos, independientemente de la raza que seamos”.
Fue ese sentimiento humano lo que condujo a Reed a la música country en primer lugar. Nacido en Massachussets, fue su padre el que le introdujo a la música de Haggard, puesto que poseía una larga colección de música country clásica y moderna. “Su música era mucho más adulta, más agresiva, más honesta, más inquieta”, comenta Reed. “Podía expresar a la perfección complicadas emociones y sentimientos en dos minutos y medio, y eso era algo que me influyó mucho a la hora de seguir los pasos para convertirme en un músico”.
El camino de Reed como artista le llevaría a Clarksdale (Massachussets), donde se sumergió en la cultura de los juke joints como adolescente, y al sur de Chicago, donde empezó a tocar el piano y el órgano para la famosa cantante de góspel Mitty Collier en la iglesia con apenas 20 años. En 2008, Reed volvió a Boston y empezó a llamar la atención con una serie de álbumes que se llevaron importantes críticas: NPR definió su música de “poderosa, pura e inspiradora”, mientras que Uncut la describió como “necesaria de escuchar y enérgica”. Las canciones hicieron que Reed firmase con grandes e importantes marcas, mostrase su música en películas y televisión y consiguiese también aparecer en festivales de todo el mundo. Así, consiguió asentarse como uno de los artistas de soul más sólidos e irresistibles de su era.
Durante su camino como cantautor, siempre tuvo en la cabeza la idea de rendir homenaje a Haggard, bien fuese grabando alguna de sus canciones o colaborando con alguien, pero su apretada agenda hizo que este proyecto no se hiciese real hasta la primavera de 2020, cuando el Covid-19 desestabilizó por completo la industria musical. “Sin la posibilidad de hacer giras durante al menos un año, parecía el mejor momento para comenzar este proyecto”, dice Reed, “y hacer este álbum parecía ser el paso correcto”.
Colaborando con Chiarito y algunos compañeros de grupo como Mike Montgomery (bajo) y Noah Rubin (batería), Reed empezó a grabar el álbum en directo en el Hive Mind Recording en Bushwick, intentando captar la esencia de hacerlo en directo, como si de un concierto se tratase. “No les pasé a los chicos las canciones originales a propósito”, explica Reed. “No quería que lo recreasen tal cual”.
Es la fusión entre el respeto y la reinvención lo que hace que el álbum sea un homenaje y lo eleve a algo especial. “La gente a menudo piensa que la música country solo va de contar una historia”, dice Reed, “pero Merle escribió canciones sentimentales. De la misma manera que los mejores artistas de blues y soul, él te transmitía lo que sentía mientras cantaba la canción, y eso es algo especial”.
Quizás la canción que más nos llegue al corazón sea “Today I Started Loving You Again”, que Eli canta a dúo con Sabine McCalla, cantante y compositora de Nueva Orleans. “En 1969, Capitol Records apostó por una versión de esta canción a dueto con Buck Owens, su máxima estrella country, y Betty Swan, su máxima estrella de soul. La discográfica al final lo canceló porque una colaboración interracial podría dañar la carrera de Owens, pero unas pocas cintas salieron a la luz, y yo poseo una de ellas”, cuenta Eli Paperboy Reed. “Es quizás una de las interpretaciones más personales del álbum, y era justo la manera en la que la queríamos interpretar. El dueto fue realmente bueno y debería haber sido de conocimiento público, para que se ganase el respeto que se merecía. Además, haberlo sacado con una mujer de color después de tantos años significa mucho para mí”, expresa Reed.
“Eso define lo que realmente intenta tratar el álbum, y eso es demostrar que el soul y el country han ido siempre de la mano, y que lo que lo ha separado ha sido la división racial, social y comercial que se ha vivido durante décadas en nuestro país”. Son, en consecuencia, dos ramas del mismo tronco, y Eli Paperboy Reed está aquí para enseñarnos el árbol entero.