Manuela Picó. Homenaje a la escultura desde la pintura
por Carmen Valero
(Fotos Peter Wall)
Decía Baudelaire -buen poeta y discutible crítico de arte- tras contemplar el Salón de Otoño, que “la escultura era aquello que estorbaba para mirar la pintura”. Manuela Picó, por el contrario, ha tomado la escultura como motivo y pretexto para los cuadros que ahora presenta en la Galería de Arte Herráiz hasta el 11 de enero. Las obras de Raul Apausa y Frutos María han sido el punto de arranque de la pintura que machi-hembra ambos géneros artísticos. (Siempre se ha dicho que la pintura ha sido la prima donna de las Bellas Artes en exposiciones y museos, porque se le ha dado un lugar y espacio preferentes, por lo que la pintura de Manuela Picó viene a ser un original homenaje a la escultura)
Una muestra en la que también participan algunas esculturas de Raúl Apausa, para que el espectador pueda observar el fragmento o punto de partida de la pintora para sus obras. Todo un ejercicio de observación y contemplación que permite ver con atención las pátinas del hierro o la madera de origen, reinterpretadas por la pintura, en la que el proceso de oxidación parece hacerse más evidente, con efectos de lupa.
La exposición de Manuela Picó ha merecido dos inauguraciones y, en la segunda, se han dado cita desde Nati Cañada a Glenda Gaby, pasando por Teresa Escarpenter, Loreto Casado, Chuca, Adriana Zapisek, Pepa Picó, Raúl Apausa, Mario Saslovsky…