Discos
por Xavier Valiño
CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL: At the Royal Albert Hall, April 14, 1970 (Craft)
En 1980, el sello Fantasy, con el que estaba enemistado John Fogerty, editó un disco en directo que titularon The Royal Albert Hall Concert, cuando en realidad se trataba de un concierto que la banda había dado en el Coliseo de Oakland el 31 de enero de 1970. Ahora, por fin, se hace justicia y aquel concierto londinense del 14 de abril de 1970 -hubo otro pase el 15, en medio de una gira europea de ocho fechas en seis países-, aparece en su integridad, perfectamente identificado y remasterizado por Giles Martin.
Conviene recordar que la banda estaba en lo más alto de su éxito, con cinco singles y nada menos que tres álbumes colocados en las listas el año anterior, dos años antes de su separación. Son doce cortes con un repertorio integrado por buena parte de sus momentos más recordados (salvo, tal vez, “Tombstone Shadow” y “Keep on Chooglin’”) y sus versiones de “Good Golly Miss Molly” y “The Night Time Is the Right Time”, interpretados de forma cruda, directa, sin alarde ninguno y concediendo importancia a lo que realmente lo merece: la música. Al mismo tiempo se lanza una película (Travelin’ Band: Creedence Clearwater Revival at the Royal Albert Hall) que recorre sus primeros años y su meteórico ascenso a la fama para acabar precisamente con este concierto.
ZAHARA: Reputa (G.O.Z.Z.)
Puta marcó un antes y un después en la carrera de Zahara. Y casi podríamos señalar que también en el pop estatal. Salido desde una necesidad imperiosa de dar rienda suelta a sus miedos, sus frustraciones y los abusos sufridos, lo cierto es que fue una decisión perfecta para liberarse definitivamente y crecer como persona y como músico. Desde entonces, además, Zahara ha paseado el disco en directo con uno de los mejores espectáculos del rock visto por aquí en los últimos tiempos.
Reputa podría entenderse como un disco de remezclas sin más, o de recreaciones como las que han publicado recientemente Triángulo de Amor Bizarro o Delaporte. Realmente tiene más que ver con lo segundo, ya que Zahara se dedica a interpretar de forma distinta buena parte de sus canciones con distintos invitados (Alizz, Carolina Durante, Shego, incluso La Oreja de Van Gogh), reinventando en solitario “La hostia de Dios” y dejando “Taylor I” a, precisamente, Delaporte, sin su aportación. En un disco enteramente notable pueden destacarse la sorprendente “Dolores” con Rodrigo Cuevas y la Agrupación Musical Ubetense, “Sansa” con María José Llergo” o “Flotante” con Cora Novoa.
DEATH CAB FOR CUTIE: Asphalt Meadows (Atlantic-WEA)
Tanto Kintsugi (2015) como Thank You for Today (2018), las dos anteriores entregas de Death Cab for Cutie, tienen varios momentos recuperables. Evidentemente, no eran ya el grupo que alcanzó sus mejores cotas a principios de siglo con Transatlanticism (2003) o Plans (2005). Puede que por ello, nadie esperase demasiado del grupo de Ben Gibbard a estas alturas.
Sin embargo, los singles de adelanto, “Roman Candles”, “Here to Forever” y, especialmente, “Foxglove through the Clearcut” parecían avisar de que esta vez podría merecer la pena prestarles más atención. Efectivamente, Asphalt Meadows pasa a engrosar lo mejor de su producción, un álbum ciertamente cautivador que combina su faceta armoniosa con ocasionales destellos ruidosos, más aventurados, y guitarras explosivas. Ciertamente, parece sentarles especialmente bien a estas alturas las reflexiones sobre el paso del tiempo en el mundo cambiante que los rodea, a medio camino entre el lamento melancólico (“Fragments from the Decade”) y el arrebato enérgico (“I Miss Strangers”).
MARIANNE FAITHFULL: Songs of Innocence and Experience 1965-1995 (Universal)
Quien haya tenido la oportunidad de ver el más reciente documental de Nick Cave, This Much I Know to Be True, seguro quedó impresionado por la presencia en un único momento de una ajada Marianne Faithfull, Su presencia imponente llenaba la pantalla al tiempo que se intuía que muy probablemente, y por desgracia, esa podía ser su última aparición delante de una cámara. Seguramente, tampoco vuelva a grabar, dado el estado físico en el que se encuentra y podía ver en el film.
Por ello, un recopilatorio sobre buena parte de su carrera, concretamente los primeros 30 años, siempre es una buena excusa para recordarla y acercarse a su personal forma de interpretar. Hay un poco para todos: las canciones por las que se la recuerda y que pueden servir de primera toma de contacto para neófitos. También versiones en directo de otros temas suyos o adaptaciones de otras artistas. Y, además, varias canciones que aparecen por primera vez en vinilo o disco compacto y dos inéditos: una balada de blues tradicional, “In Love Again”, grabada durante sesiones del álbum Strange Weather en 1987, y “The Calm Before the Storm”, escrita por Lou Reed y Rubén Blades, que Marianne grabó para un álbum de estudio abandonado en 1989. Es cierto que lo que vino después de 1995 puede entenderse como parte de lo más personal y aventurado de lo que grabó, pero seguramente quede para una segunda parte que no debería tardar mucho en publicarse.
SUEDE: Autofiction (BMG)
Cuando Bernard Butler abandonó la banda, tras la publicación de su segundo álbum -y cima creativa- Dog Man Star, nadie aventuraba un futuro muy halagüeño para la banda. Siguieron adelante y, de hecho, su siguiente disco (Coming Up, 1986) fue el de más éxito y el que tiene sus canciones más escuchadas y coreadas en directo. Es cierto que después no consiguieron igualar aquellos tres primeros discos en los dos que les siguieron hasta 2002.
Tras retomarlo en 2010, el grupo había editado hasta ahora tres discos, ninguno de los cuales empañaba su legado. Puede que Autofiction incluso lleve a una reevaluación de su obra, ya que nos encontramos ante un trabajo que da continuidad a todo lo grabado anteriormente y empuja al grupo hacia adelante. Dos pueden ser los factores que pueden haber contribuido a este más que notable álbum: los dos libros de su cantante y compositor, Brett Anderson, que seguro le han hecho reflexionar y componer unos textos trabajados y acorde con su edad y condición, y el hecho de haber grabado todos en el estudio en directo. No es exactamente un disco punk como aseguran, pero sí crudo, veraz y movido por instintos profundos que desde luego consiguen transmitir como pocas veces antes.
PALE BLUE EYES: Souvenirs (Full Time Hobby)
Empecemos por lo evidente: Pale Blue Eyes toman su nombre de la conocida canción de The Velvet Underground, lo que ya los ubica en un determinado contexto, quieran o no. Sin embargo, si se indaga algo más, todo se desbarata: una de sus tres componentes, Lucy Board, escribió su tesis doctoral sobre el grupo de electrónica experimental de finales de los 70 Cabaret Voltaire. El bajista Aubrey Simpson es un fan del soul de los 60 y del jazz. Su disco ha sido masterizado por Dean Honer, de I Monster, quien ha trabajado con Róisín Murphy o Human League. Y The KLF ayudaron a financiarlo.
De todo ello podría encontrarse alguna huella en su disco de debut, después de solo cinco canciones de adelanto en tres singles de 2021. Y, sin embargo, nada de ello predomina, sino que su sonido se mueve en el ámbito de un post-punk que prefiere ser eufórico y contagioso más que enrevesado, de unos Cocteau Twins acelerados y optimistas o de unos The Cure, New Order o Echo & the Bunnymen pasados por un filtro de ritmos motorik. Sin duda, han conseguido el álbum resplandeciente que iban buscando como respuesta a la pandemia en la que lo registraron.