Discos
por Xavier Valiño
WILCO: Cruel Country (dBpm/Anti)
Tiene algo de gracia o hasta ironía que Wilco titulen su nuevo disco como Country cruel o País cruel, según la acepción que le demos atendiendo a su música o a sus letras. No obstante, prestándole un poco de atención, no es difícil ver las razones y hasta comprenderlas en parte.
Para empezar, su líder Jeff Tweedy ha tratado de asumir el lugar del que vienen. Si durante años ha estado intentado darle la vuelta a la etiqueta americana (que, para entenderlo, en este caso podríamos reemplazar por la de country), ahora toca asumir su pasado y admitir que pueden componer canciones como las de sus inicios e incluir un pedal steel guitar que suene como debe sonar, sin elementos ajenos. Además, sus letras reflexionan sobre el estado de su país, reflejando una sensación de pérdida sobre la forma en que los sueños han sido aplastados en los Estados Unidos de hoy.
El resultado es un disco dulce, su trabajo más accesible casi desde sus inicios, grabado por toda la banda juntos en una habitación, dejando espacio para que la voz de Tweedy respire y se exprese con la calma de la madurez. Son veintiuna canciones de melodías sencillas e instrumentación hermosa como ya probablemente nadie esperase que volviesen a hacer.
LOS ESTANQUES Y ANNI B SWEET: Burbuja cómoda y elefante inesperado (Inbophonic)
Como ellos mismos se encargan de decir una y otra vez, esto no es Anni B Sweet con una nueva banda ni esto no son Los Estanques con Anni B Sweet; esto es Los Estanques y Anni B Sweet. Todo empezó con “Tu pelo de flores”, la que iba a ser la única colaboración entre ambos. Sin embargo, una cosa fue llevando a la otra, ya se sabe, y lo que luego pensaron que fuese un EP acabó derivando en la grabación de todo un álbum.
Entre Madrid y las montañas fronterizas de Lanestosa (Euskadi/Cantabria) se fue fraguando este disco autoeditado de título surrealista (Burbuja cómoda y elefante inesperado) en el que ambas partes colaboran a partes iguales, más concretamente Anni e Íñigo Bregel, principal responsable de Los Estanques -y, también, por ejemplo, de la producción del disco estatal del año, el de Germán Salto-.
Aunque la combinación pudiera parecer extraña en un principio, el resultado suena natural, nada forzado, a partir de canciones más o menos acabadas de Ani, otras suyas menos avanzadas, algunas de Íñigo y dos que compusieron conjuntamente. Entre el pop de Anni y ese rock-funk-jazz psicodélico acelerado de los Estanques se mueven estas canciones libres, que pueden zarpar hacia paisajes complicados para luego recogerse y acabar en lugares más reconocibles, con unos arreglos llenos de matices. Todo un acierto que probablemente tenga continuidad.
ROCÍO MÁRQUEZ & BRONQUIO Tercer cielo (Universal)
Ya se habla de este nuevo entente entre la cantaora Rocío Márquez y el productor electrónico Bronquio (Santiago Gonzalo) como lo más revolucionario que le ha sucedido al flamenco desde el disco Omega (1996), de Morente y Lagartija Nick. Ciertamente, parecían a priori dos mundos condenados a no entenderse, como el agua y el aceite. Pero ellos han logrado hacer viable aquello aparentemente imposible, convirtiéndolo en un triunfo creativo inapelable.
Todo comenzó cuando Bronquio hizo una remezcla de la canción “Empezaron los cuarenta” del disco Visto en el jueves (2019) de Márquez. A partir de ese momento, decidieron trabajar siguiendo sus impulsos, sin saber adónde les conduciría siempre en libertad y con valentía. Desde lo más crudo en “Grande”, a partir de un palo llamado debla y una letra popular, y lo más grave en “La marca”, hasta lo más festivo en “Droga cara” y la rumba tecnificada de “De mí”, hay en sus 17 cortes mucho a descubrir. Conjugando lo más orgánico y hondo con las texturas más artificiales, aquí se avanza sobre la tradición para convertirse en ese mismo momento en el primer paso de la nueva tradición, demostrando que el arte está, en última instancia, totalmente vivo.
DRAKE: Honestly, Nevermind (Ovo Sound/Universal)
Hace nueve meses, Drake editaba su sexto disco, Certified Lover Boy, puede que la entrega menos cohesiva de su carrera y, también, la menos imaginativa, transmitiendo cierto cansancio y estancamiento en sus ideas. Por eso se agradece que su nuevo disco, Honestly, Nevermind, editado sin previo aviso y que ha cogido a todo el mundo descolocado, sea el más coherente de su trayectoria al mostrar una unidad que antes no había sido nunca tan clara.
Solo en dos momentos recuerda su faceta rap, en concreto “Sticky”, colocada justo en el epicentro del álbum para que sirva de contraste, y “Jimmy Cooks” (junto a 21 Savage, el único invitado en el disco junto a la cantante congoleña Mukengerwa ‘Tresor’ Riziki, que aporta algunos coros), situada al final, para no distraer. El resto son doce canciones que se mueven entre el r&b perfecto para un club de baile a primera o última hora, y que busca siempre su encuentro con el pop. “Falling Back” vendría a ser el “Hotline Bing” de este trabajo, aunque no llegará a tener la misma repercusión, y en el que también sobresalen “A Keeper”, “Massive” o “Down Hill”.
NENEH CHERRY: The Versions (EMI)
Los últimos diez años han significado un renacimiento creativo y crítico de Neneh Cherry, con tres discos desafiantes e inquietos que le han dado continuidad a los recordados tres álbumes que grabó entre 1988 y 1996. Su debut de 1989 Raw Like Sushi tuvo su reedición de lujo por su trigésimo aniversario y distintos artistas más jóvenes la han venido señalando como pionera y referente imprescindible.
Ese proceso continúa con The Versions, un álbum en el que diez talentosas mujeres le rinden homenaje adaptando otras tantas de sus canciones. Sin embargo, no se presenta como un disco colectivo sino como un nuevo álbum de Cherry, seguramente debido a que su impronta y su trabajo se sienten en todo el disco. Nadie ha optado por canciones de su última época -especialmente complicado sería rehacer alguna del disco de free jazz grabado con The Thing en 2012-, sino que se fijan en los temas más recordados de sus tres primeros discos. Así, con la materia prima de canciones tan señaladas y bien resueltas, no hay fallo: Anohni hace suya “Woman”, Sia -para quien Cherry es su máximo referente- reproduce “Manchild”, Robyn se atreve con “Buffalo Stance”, Jamila Woods y Seinabo Sey acercan “Kootchi” y “Kisses on the Wind” respectivamente al soul, su hija Tyson se enfrenta a “Sassy” y Honey Dijon cierra con la única remezcla, en clave de house, de “Buddy X”. Necesaria y conseguida reivindicación.
POLIÇA: Madness (Memphis Industries-Music As Usual)
Poliça comenzó en Minneapolis en 2011 cuando la cantante Channy Leaneagh empezó a colaborar con Ryan Olson, el productor de Jagjaguwar (Gayngs), el bajista Chris Bierden y los bateristas Ben Ivascu y Drew Christopherson. Una ruptura personal y creativa nutría principalmente a Give You the Ghost (2012), un debut cautivador que llevó a Bon Iver a declarar que se trataba de la mejor banda que había escuchado.
Grabado principalmente entre 2020 y 2021 en el estudio de Minneapolis de Olson, las siete canciones en 31 minutos de su sexto y nuevo trabajo discográfico bien se pueden entender como una pieza complementaria de When We Stay Alive (2020), marcando un posible punto final potencial para la primera fase de la existencia de Poliça. El disco se abre a lo grande, con “Alive”, la mezcla perfecta de electrónica bombástica y voz emocional de Leaneagh, y termina con la hermosa balada espectral “Sweet Memz”, que tal vez lleve un ritmo más acelerado de lo que fuese deseable. Por el medio, un segundo tema igualmente destacable en una onda trip-hop (“Violence”) y el corte más pop y accesible (“Blood”), con otras tres canciones que no están al mismo nivel pero siguen manteniendo la atención por lo que harán en el futuro.