Discos
por Xavier Valiño
THE LEMONHEADS: It’s a Shame About Ray (30th Anniversary Edition) (Fire)
En su día fue descrito “Una visión de 30 minutos sobre cómo es vivir al límite, rápido, despreocupado y feliz con amigos de ideas afines, alimentado por un amor compartido por bandas similares, drogas, alcohol y libertad”. Se trata del quinto álbum de The Lemonheads, el más aclamado de su carrera y que se vio acompañado por la eclosión de bandas afines como Buffalo Tom, Sugar o Gigolo Aunts. El disco ya había sido reeditado en 2008, incluso con un DVD que ahora no se incluye.
A cambio, la edición del trigésimo aniversario incorpora la conocida versión de “Mrs. Robinson” (Simon & Garfunkel), varias maquetas ya conocidas y caras B de singles (“Shakey Ground”, “Divan”, “Confetti” en acústico), a lo que se le suman lo más interesante, tres cortes inéditos: “Knowing Me, Knowing You” (versión de ABBA), una toma acústica de “Alison’s Starting to Happen” y “My Drug Buddy” en una versión recogida en una sesión radiofónica de 1992 con Juliana Hatfield, más nuevas notas en el libreto interior e imágenes inéditas. Tal vez no sea suficiente material para pasar de nuevo por caja, pero el disco original sigue sonando tan rutilante como en su momento, un álbum que capturó perfectamente la capacidad de su líder Evan Dando para encapsular sin esfuerzo el anhelo y la lujuria juvenil en perfectas canciones pop de tres minutos.
BAND OF HORSES: Things Are Great (BMG)
Seis años después de Why Are You Ok, la banda de Seattle Band of Horses lo retoma con su sexto álbum, Things Are Great. Y lo hacen mirando al sonido de guitarras que los situó en el mapa, concretamente a su celebrado disco de 2006 Everything All the Time. “Warning signs”, la canción que lo abre, está inspirada en un incidente que Bridwell sufrió en 2016, cuando perdió la voz sobre el escenario de la Ópera de Sídney, pero juega al despiste.
Su contenido es otro y su título (Las cosas van bien) no representa lo que este trabajo contiene, a no ser que se tome como algo irónico -y no tiene que ver con la pandemia, ya que fue escrito antes-. En él su líder Ben Bridwell recoge la ruptura con su pareja y la lucha por la custodia de sus cuatro hijas en común, aunque intentando de algún modo incorporar la versión de las dos partes. Si la historia de libro abierto o herida abierta es dura, su sonido es directo, sencillo, radiante y hasta descuidado, poniendo de nuevo en valor la gran banda de rock que siempre ha sido en estos casi 20 años cuando el género tiene pocos valedores tan rotundos.
BROADCAST: Maida Vale Sessions (Warp-Music As Usual)
Desde el fallecimiento de Trish Keenan en 2011 por complicaciones resultantes de una neumonía, la actividad de Broadcast como grupo cesó. Cierto es que al año siguiente se publicó la banda sonora de Berberian Sound Studio, con canciones que ella había grabado, pero desde entonces nada. Hasta ahora. Para empezar, su discográfica ha puesto al alcance de todo el mundo los dos volúmenes de Microtonics, discos que se habían vendido únicamente en sus giras de 2003 y 2005 respectivamente, y en una edición limitada a 2000 copias cada volumen. Además se recupera también Mother Is the Milky Way, disco solo disponible en 2009 durante la gira final para promocionar su álbum colaborativo con Focus Group, Investigate Witch Cults of the Radio Age, y que les permitió alejarse de las constricciones en la estructura de las canciones pop.
Para quien ya hubiera conseguido esos discos, lo más interesante es el cuarto álbum que ahora se edita, inédito, que recoge en concreto las sesiones que el grupo hizo en directo en los estudios Maida Vale de la BBC entre 1996 y 2003. Además de trece canciones suyas, se incluye el inédito “Forget Every Time” y la versión del tema de Nico “Sixty/Forty”. Su habitual mezcla de música electrónica y psicodelia de los 60 encuentra aquí un acercamiento algo más orgánico que permite escuchar una dimensión levemente distinta de su obra y que los muestra perfectamente definidos desde sus inicios.
ROSALÍA: Motomami (Columbia-Sony)
Difícil resulta en un país tan habituado a opinar de todo comentar el tercer álbum de Rosalía. Más incluso si parece que no hay término medio y que solo se puede estar en uno de los extremos de la valoración, sin que muchas veces su obra musical sea lo que se valora. Al menos la mayoría accederá a que estamos ante la artista española más internacional de las últimas décadas.
Entrando ya en el contenido de Motomami, este es un disco heterogéneo, que toca muchos estilos, libre, creado como a borbotones. No hay un único estilo como en Los Ángeles (2017) ni un concepto que una las canciones, como en El mal querer (2018). Próximo a los sonidos más actuales -no debería haber miedo a citar el reguetón-, lo que Rosalía le infunde es una creatividad sin límite, controlando todo lo que se graba en el estudio y cómo lo vende después. Aquí hay riesgo, sonidos nada convencionales dirigidos a un público masivo, rupturas abrasivas pero, también, delicadeza cuando toca y hasta recuperación de boleros completamente olvidados. Su proyección sigue siendo inmensa y su álbum es gozoso y, sobre todo, lleno de descubrimientos sonoros. Si acaso, acercándose a estos sonidos corre el riesgo de diluirse más su propuesta al haber muchos más haciéndola, y contar con hasta diez compositores para alguna de sus canciones podría hacerla perder el control de su obra, aunque hasta ahora al menos no es el caso.
TINDERSTICKS: Past Imperfect, The Best Of ’92-‘21 (City Slang-Music As Usual)
“Elsantuariodelosburros”. Así se llama la página web que Tindersticks acaba de poner en marcha para celebrar su trigésimo aniversario y en la que han puesto a disposición de sus seguidores material de su primera década, comprometiéndose a ampliarlo en los próximos meses a las otros cuatro lustros de existencia.
La efemérides se completa con el primer recopilatorio oficial de la banda con canciones de sus dos etapas (la anterior a 2003, con seis álbumes, y la posterior a 2008, con siete), y a lo que se suma en una primera edición especial un concierto ofrecido en el Glasgow City Halls el 5 de octubre de 2008. Dos son los inéditos: “Both Sides of the Blade”, que titula la nueva película de Claire Denis, con la que siempre han colaborado, y una nueva versión de “Willow” cantada por Stuart Staples, el vocalista de la banda -hasta ahora solo se podía encontrar en la voz del actor Robert Pattison en la banda sonora de la película High Life, que protagonizó en 2018-. Lo que revela esta colección es que su pop de cámara siempre se ha mostrado ambicioso, persiguiendo nuevas formas de expresión, y ello aunque implicase errores que, reconocen, son suyos, buscados y totalmente conscientes.
THE NEW RAEMON, DAVID CORDERO, MARC CLOS: Así caen los días (BMG)
En 2020, Ramón Rodríguez (The New Raemon) entregó su álbum más completo, visceral y oscuro, Coplas del andar torcido. En él ya intervenía David Cordero (Úrsula). Satisfechos con la colaboración, ambos decidieron acometer un nuevo disco firmado esta vez por los dos, al que sumaron al percusionista y multinstrumentista Marc Clos -los tres ya habían trabajado juntos en 2016, en el disco Lluvia y truenos de McEnroe junto a The New Raemon-.
El año pasado editaron A los que nazcan más tarde y ahora, con la edición de Ahí caen los días, descubrimos que se trata de las dos primeras piezas de una trilogía. Trabajado al igual que el anterior desde sus casas en El Maresme, la Bahía de Cádiz y la Costa Brava debido al confinamiento, en él muestran nuevamente su devoción por la música de texturas de artistas como Brian y Roger Eno, Harold Budd, Robin Guthrie, Arvo Pärt, Helios, Steve Reich, Stars of The Lid… En este caso, su belleza balsámica puede tener menos asideros que el anterior disco, pero su calado emocional tiene la misma profundidad, tal y como dejan claro piezas como “Florezca el presente”, “La soledad ordena las cosas” o “Los molinos”.