(Biblioteca Nacional Madrid. Del 18 noviembre de 2021 al 12 de febrero de 2022)

El 23 de noviembre del 1221 nace en Toledo un rey singular Alfonso X el único al que la posteridad quiso apodar el Sabio (1221-1284) rey de Castilla y León. «Natural cosa es de cobdiciar los omnes saber» máxima que le impulsó en la búsqueda del conocimiento. La muestra está comisariada por Inés Rodriguez-Ordoñez, catedrática de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Real Academia Española. Entre sus múltiples trabajos la interpretación y edición crítica de textos medievales sobre todo en los producidos bajo el patronazgo de Alfonso X el Sabio, quien ha explicitado que «es un mito la critica a la gestión política del rey puesto que cultura y política fueron de la mano al objeto de crear un nuevo modelo de estado centralizado en la figura del rey que encarna el ideal sapitencial de quien la realiza». «Sus obras están precedidas de un prólogo que proclama al rey como autor, esto es un hecho que no se dio hasta el Renacimiento. Por tanto, fue un adelantado a su época en muchos aspectos»Se realiza la exposición  coincidente con el VIII centenario de su nacimiento. La Biblioteca Nacional contribuye a estos actos con los códices alfonsies . Lo explica  Ana Santos Aramburu, directora de la Biblioteca Nacional, «esta muestra, los códices que hay en ella, formarán parte de la magna exposición que se celebrará en Toledo a partir de marzo. Las dos exposiciones están en combinación para mostrar las distintas facetas del rey cuyo pilar de su mandato fue la difusión del conocimiento».

Son testimonio más de una docena de obras propiedad de la Biblioteca Nacional y que esta conserva. Incluye lo cinco códices originales o próximos a su taller: el Fuero Real (1255), el Libro Complido de los Judicios de las estrellas (1254) El Libro de las Cruces (1259), la Primera Parte de la Grande e General Estoria (1270), Primera versión de las Cántigas de Santa Maria (1270). Les acompañan lujosas copias de obras compuestas por su mandato real; El Libro de las figuras de las Estrellas Fixas (Tratado de las Constelaciones con decoración renacentista), las Siete Partidas que perteneció a los Reyes Católicos.

La exposición se va desgranando fragmentada por materias: El Derecho, la ordenación del pasado. La Historia, la enseñanza del pasado. La Ciencia, el conocimiento del futuro. El Culto a la Virgen, el respaldo de la divinidad.

Los libros en los que se sustenta el recorrido:

» El Libro de Astromagia» (1280) varios libros de astromagia zodiacal y plantaria en los que se dan instrucciones precisas a los magos sobre la creación de talismanes.

» Libros del Saber de Astrologia» (1278), copia del inaugural que se denominó «Libro cumpelido de las figuras de las estrellas fixas que son la ochava esfera». Reproduce textos iconográficos de las constelaciones del manuscrito del scriptum alfonsí antes de ser mutilado.

Uno de los libros más importantes de toda la Edad Media. El rey participó en todos los trabajos de traducción e investigación. Los conocimientos más importantes en su época eran: matemáticas, geometría y los vinculados a la astrología por la que el rey tenía especial interés «de qué sirve escoger una hora y fecha concreta para realizar algo? se trata de una mera superstición?» Se sabe que grandes personajes tomaron decisiones con bases astrales. Astrólogos y Astrónomos estudiaban y aportaban datos que ofrecían para tomas de decisiones siempre con su estudio científico.

Este saber y su consideración de la magia, la astrología y la alquimia lo deja asentado juridicamente codificado el rey Sabio en las Siete Partidas como  elementos para el bien y curativos y penaliza la magia negra.

«Lapidario» (1260-1276) tratado sobre las propiedades que las piedras reciben de las estrellas bajo su signo zodiacal que le corresponde con la propiedad de cada piedra y la iconografía de su constelación.  Todo lo relevante que influye a cada piedra. Traducido del árabe

«Libro de las Cruzes» traducido del árabe al castellano por mandato del rey y lo convierte en el Primer tratado de Astrología  tratado de astrología tardo-antigua procedente de astrónomos toledanos del siglo XI. Se ilustra por círculos divididos en seis espacios y seis radios que se corresponden con las siglas del zodiaco y sirven para establecer el horóscopo.

En su capítulo 59 introduce con respecto a España el estudio de la climatología para las cosechas. Un estudio serio y con tiempo de los astros podría anticipar el futuro. Construye varios observatorios en: Toledo, Segovia, Córdoba y Sevilla con el Palacio Gótico de los Alcázares, en edificio sin techo y una gran azotea para la reunión de los sabios observadores del cielo. Estos estudios se trasladaron a las «Tablas alfonsies» con el precedente del saber musulmán y del anterior de Egipto, Babilonia y Roma. Por esta dedicación se le nombra como Astronomo en 1935. Y el crater lunar se le denomina «Alphonsus»

«Las Cántigas de Santa María», la colección inicial se amplió hasta 400 cántigas. El rey dicta los poemas rodeado de escribas, músicos y cantantes de la corte. «Tan llena de bien está Santa María que para alabarla nos faltaría tiempo y vida. Y cómo podría con la lengua ser alabada la que hizo que Dios tomase su carne sagrada y ser hombre. Por lo que en carne fue mostrada, su divinidad vista y oída? Pues tantos son los bienes de Santa María que la lengua decirlos todos no podría aunque fuese de hierro y noche y día no callase, pues nunca acabaría. Si el cielo estrellado fuese un pergamino y todo el mar- que es ciertamente grande- tinta, y aunque por siempre viviese un hombre instruido, quedaría aún por escribir la mayor parte»

Los poemas están copiados en dos lujosos códices en los que junto al texto y la música se ilustra cada cántiga con extraordinaria viñetas en miniatura. El primer manuscrito fue conocido como Códice Rico y el segundo con las otras 200 no llegó a finalizarse

La primera versión de las Cántigas fue una colección de poemas en gallego-portugués dedicados a la Virgen y narración de sus milagros. A la numeración de los poemas le sigue el estribillo con la anotación musical de las estrofas.

«El libro del fuero» -conocido como «Las siete Partidas»- siete libros con una versión muy ampliada con multitud de fuentes doctrinales del «Espéculo» (1256-1265) vasto código sobre todas las dimensiones del derecho.

Las Partidas  nunca se llevaron a la práctica durante su reinado. Fue base del derecho doctrinal español desde 1348 confirmado por Alfonso XI en vigencia desde el Ordenamiento de Alcalá hasta el s. XVIII. Han sido fundamentación en América para muchas de sus constituciones.

Lo más importante es que se introduce un nuevo concepto de ley que hoy nos permite aseverar que fue un rey moderno. La Primera Partida, la más ilustrada, que hoy se conserva en la British Library Board expone su carácter providencialista. El rey se encomienda a Dios para promulgar las leyes precedidas de estudio, y  correcciones con sus equipos de juristas y escribas. Es uno de sus deberes como buen rey para el servicio  y bien común.

 Su ideario y realización estuvo en concordancia con sus aspiraciones imperialistas, dada su ascendencia por parte materna Beatriz de Suavia de la familia alemana de los Hohenstaufen al imperio romano-germánico, nombramiento para el que fue elegido y aceptó la oferta de la república de Pisa en Soria en 1257 y no lo logró.

El Códice perteneció a la Biblioteca de los Reyes Católicos

«Historias de los Santos e de las Santas» una compilación hagiográfica al castellano a partir del latín de la obra «Vitae Patrone» destinado a integrarse en la sexta parte de la General Estoria.

«General Estoria» inmensa historia universal estructurada en seis partes en las que el taller alfonsí trabajo entre 1270-1284 para relatar los orígenes del mundo hasta Alfonso  el Sabio. Sólo se logró escribir hasta el s.I a.C

«Estoria de España» 1270-1283 incluía el relato de todos los pueblos que habitan y dominan sucesivamente la península ibérica en un propósito integrador que han heredado todas las historias posteriores. Fue manipulado y dividido en la primera mitad del siglo XIV.

Su «entrega y dedicación»  finalizan en Sevilla el 4 de abril de 1284 (donde descansa junto a sus padres) con últimos años difíciles en discordias familiares y sucesorias. Un singular rey que  heredo de su padre Fernando III un territorio y la prédica «si lo sabes mantener eres tan bueno como yo y si lo menguas no eres tan bueno como yo» parte estaba conquistado y otra parte sometido a tributo. a estos dos territorios le añade por conquista Murcia y Sevilla, el área de Jerez y el Puerto de Santa María y Cádiz que sumó a su herencia.

Para asentar la legitimidad  real procedente de los reyes visigodos procedió al acondicionamiento de tumbas reales y panteones. La construcción de la Galería de retratos reales desde los reyes visigodos en el Alcázar de Segovia para fundamentar la legitimidad y la dinastía.

Su proyecto político: «que el rey tiene que tener conocimientos de saber». Para lo que se ha de ayudar por los adecuados conocedores para enfrentarse a materias y técnicas diferentes. En estos logros hizo un relevo generacional en su corte con carácter innovador y con especialista en los diversos temas desde los jurídicos a los políticos a través de su «Cancillería» especifica,  todos hombres de cultura, que funcionó a la perfección durante su reinado.

Con la Escuela de Traductores de Toledo compuesta de intelectuales latinos, hebreos e islámicos inicia la prosa en castellano porque considera que «el castellano habría de ser el hilo que tejería el sentir  y el compartir de mi pueblo»

Sin duda un monarca polifacético. Considerado el más universal y uno de los más grandes eruditos de la Edad Media en base a un carácter que se apoyaba en su autoestima y superioridad intelectual, su decisión, su reflexión y sensibilidad artística. Puente para la cultura de Oriente a Occidente. Un visionario. Incomprendido que fue tachado en su época de intelectual soberbio, arrogante y derrochador al que no le salvaba ni su cultura. A principios del siglo XX se va rescatando su figura como forjador de la España moderna por la historiografía española literaria.

Subir la escalera central del edificio de la Biblioteca Nacional y poder acceder a estos vastísimos libros del conocimiento, el saber y la devoción. De los cuales  suman más de 4.000 imágenes que corresponden a la representación del realismo gótico de su propia imagen y su mundo vital producen, cuando menos, un respeto y admiración incuestionable.