La Alhóndiga (HÓ), nuevo Centro de Arte y Ocio de Bilbao
por Alberto López Echevarrieta
(Abierto de lunes a viernes de 7,00 a 23,00 horas, y sábados, domingos y festivos de 8,30 a 24,00 horas)
43.000 metros cuadrados en pleno centro de la capital vizcaína
La antigua alhóndiga de Bilbao se ha convertido en un complejo destinado al arte, el deporte y el ocio en pleno corazón de la capital vasca. La emblemática construcción, concluida en 1909 por el arquitecto Ricardo Bastida (1878-1953) y con una extensión de 43.000 metros cuadrados, conserva las artísticas fachadas originales, pero su interior es de nueva factura. Phillippe Starck (París, 1949) lo ha convertido en un espacio multiuso de indudable atractivo llamando poderosamente la atención en él las cuarenta y tres columnas de diferentes estilos creadas para esta ocasión por Lorenzo Baraldi.
HÓ (AlhóndigaBilbao) dispone en su interior de tres edificios destinados a Mediateka, Actividad Física y Programación Cultural. 12.500 personas pasaron por sus instalaciones en el primer día de actividad.
El edificio de la vieja alhóndiga, situado en pleno corazón de Bilbao, ha sido caballo de batalla de varios alcaldes que no han podido llevar a cabo los distintos proyectos que se han planteado para reutilizarlo. Sus cuatro fachadas, emblemáticas en la historia de la Villa, no se podían derribar, dada su condición artística. Esta disposición impidió que el magnífico solar resultante se destinara a viviendas.
José María Gorordo, durante su estancia al frente de la corporación municipal, estuvo a punto de iniciar un proyecto, bendecido por Jorge Oteiza, consistente en respetar las fachadas y levantar a partir de ellas un enorme cubo de vidrio que albergara un museo contemporáneo. No cuajó el proyecto. Tampoco la idea de Josu Ortuondo, el munícipe que le sucedió, consistente en hacer del edificio un palacio de deportes. Ha sido el actual alcalde, Iñaki Azkuna, quien cogió el toro por los cuernos –no creo que le importe el símil taurino- y ha hecho factible el milagro.
La alhóndiga de Bilbao fue construida por el arquitecto Ricardo Bastida entre 1905 y 1909. Ya en el momento de su inauguración se aseguró que era la más sobresaliente de cuantas había en España. El edificio sufrió un pavoroso incendio el 21 de mayo de 1919 y sirvió como refugio durante la guerra civil. Su destino como almacén de vino finiquitó en 1973 planteándose entonces el problema: ¿Qué hacer con tan extraordinaria construcción?
La transformación les ha costado a los bilbainos más de setenta y cinco millones de euros, treinta más de lo presupuestado, pero, a la vista del resultado, nadie se llevará las manos a la cabeza. “¡Ahí lo tenéis! Es vuestro”. Ésta es la invitación que hizo Azkuna el 18 de mayo pasado cuando HÓ –como abreviadamente se va a llamar AlhóndigaBilbao– abrió sus puertas por primera vez dejando epatado al personal.
El edificio tiene 43.000 metros cuadrados de extensión. Dispone de siete plantas subterráneas destinadas cinco a parking y dos a cines (siete locales); una gran sala de exposiciones; la Sala Bastida, espacio polivalente de 226 metros cuadrados que acogerá cursos, reuniones, ruedas de prensa, etc., y un auditorio con aforo para 400 personas.
El atrio es espectacular. Se accede a él por la nueva entrada al edificio desde la Plaza de Arriquíbar a través de cuatro amplios pórticos que antes eran ventanas. Para respetarlas ha sido preciso elevar el nivel de la plaza. En el “hall” llaman poderosamente la atención cuarenta y tres columnas de tres metros de altura, creadas por el experto en ambientación cinematográfica Lorenzo Baraldi. Todas son diferentes en estilos y materiales: mármol, bronce, madera, ladrillo, terracota vidriada, piedra de Lecce, etc.
Cuatro plantas superiores albergan un Centro de Actividad Física que ocupa cerca de 3.000 metros cuadrados, un restaurante, la mediateka, un solárium y tres piscinas cubiertas. La mediateka, que se abrirá al público el último trimestre de este año, está concebida como un nuevo concepto de biblioteca, ya que en ella se accederá a la información y a la utilización de libros en todos los soportes. Se podrá ojear un libro de Arte, descubrir nueva música a través de sus miles de CDs, leer el periódico, ver una película, practicar idiomas, escuchar las voces de los Premios Nobel, experimentar con las nuevas tecnologías y los más pequeños participar en diversos talleres.
La respuesta del público ha sido la esperada. En su primer día de actividad pasaron por HÓ unas 12.500 personas.