Discos
por Xavier Valiño
TEENAGE FANCLUB: Endless Arcade (PeMa-Musicasusual)
En dos ocasiones se ha retrasado la edición del décimo álbum de los escoceses Teenage Fanclub. Además, se le sumaba a ello que se trataba del primer disco en su trayectoria que no contaría con la participación del miembro fundador Gerard Love, ya con Norman Blake y Raymond McGinley como únicos compositores, rompiéndose el habitual reparto de canciones entre los tres, con las lógicas dudas que todo eso conllevaba.
Al igual que ha venido sucediendo desde Howdy en 2000, el grupo entrega de nuevo un disco como cada cinco-seis años, incidiendo en la senda de canciones reposadas, de contenido más adulto. Hay aquí ecos de la distorsión y el dinamismo de su pasado, como en “Home” o “Warm Embrace”, situados en una primera mitad del disco que no logra evocar en ningún momento sus trabajos más conseguidos. A partir de “Come with Me”, Endless Arcade mejora algo y deja incluso algún buen momento (“Back in the Day” sobre todo, también “I’m More Inclined”), aunque insuficiente para equilibrar la balanza.
THE JACKSONS: Live! (Epic-Sony)
Hoy suena a broma decir que un disco que vendiese en su día dos millones de copias representó un cierto fracaso. Pero, claro, se trata de un álbum de The Jacksons (antes conocidos como The Jackson 5), acostumbrados a cifras estratosféricas, y entre los que estaba, claro está, Michael Jackson, que venía de grabar el excelso y exitoso Off the Wall (1979) y que estaba a un paso de convertirse en la mayor estrella del mundo con su siguiente álbum, Thriller (1982).
Este Live!, grabado en vivo el 13 de agosto de 1981 y publicado en noviembre de ese año, que ahora se reedita concediéndole una segunda oportunidad, recogía canciones de aquel disco de Michael y de los álbumes del quinteto de hermanos Destiny (1978) y Triumph (1980). En plenitud de facultades, y ahora con un sonido notablemente mejorado, resulta un placer volver a reencontrarse con gemas como “Don’t Stop ‘Till You Get Enough” o su medley de tres temas de su etapa Motown (“I Want You Back”, “ABC” y “The Love You Save”).
ZAHARA: Puta (G.O.Z.Z.)
El mundo de Zahara ha sufrido una fuerte sacudida. Por un lado, su disco del año pasado con el proyecto _juno (de título BCN626) junto a Martí Perarnau IV (Mucho) le abrió la senda a otras sonoridades, más electrónicas, más atmosféricas, y, también, a otros textos, más francos y crudos, en aquel caso con momentos explícitos de deseo y lujuria sexual.
Puta, de título gráfico, es una vomitona, que estalló el día que Zahara se enfrentó a la portera de su casa, que la criticaba y comentaba a sus espaldas. Después de escupir toda la bilis y llorar desfogándose, a Zahara le salió de un tirón una letra en la que ajustaba cuentas con ella, lanzándose después a mirar al pasado y hacer lo propio con sus compañeros de colegio que le hacían bullying, con las discográficas y, en resumen, con todo aquello negativo de su vida que se esforzaba en esconder. De ahí sale un disco de textos francos, directos y desde las entrañas, revestidos además con su sonido más aventurado, lo que se convierte en su mayor -e inesperado, a estas alturas- triunfo.
TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO: Detrás del espejo: variaciones y ecos (Mushroom Pillow)
El año pasado, el grupo gallego Triángulo de Amor Bizarro editó su sexto y homónimo álbum, un nuevo y rotundo tratado que consolidaba todo lo que habían venido haciendo durante los 16 años anteriores. Sin embargo, la pandemia truncó su presentación en directo, forzando a la banda a pensar en cómo darle más presencia a sus canciones.
Optaron porque otros artistas las tomasen como semillas e hiciesen con ellas lo que quisieran, y pronto tuvieron en sus manos un reflejo distorsionado de aquel álbum. No son remezclas ni colaboraciones ni versiones. Carolina Durante doblan “Vigilantes del espejo”, Sonic Boom deconstruye “Fukushima”, Biznaga cambian la letra de “@calígula2K25”, Esplendor Geométrico muestran lo que es realmente el ruido en “Syf, paga”, Antonio Luque (Sr. Chinarro) hace de Giorgio Moroder en “Vandellós I”, Boyanka Kostova cambian a algo bailable -y en gallego- “Non eres ti”, Soleá Morente extrae un filón de “Todo lo que quiero (ASMR) para ti”… Toda un experimento atípico saldado favorablemente.
TULSA: Ese éxtasis (Tulsa-Intromúsica)
“Mi labio no dice / Mi gesto no hace / Siento mi pecho vacío y todavía harto / Y el lugar más frío de Rio [de Janeiro] es mi habitación / Estoy triste, tan triste”. Era el tercer corte del disco Abraçaço, editado por Caetano Veloso en 2012. Con esa canción se obsesionó Tulsa (Miren Iza), tanto para tomarla como piedra fundacional para construir su sexto disco (si contamos la banda sonora de Los exiliados románticos).
Grabado en julio de 2020, en un momento en que el confinamiento se había relajado, con espíritu de euforia trascendental y con la mística de Santa Teresa rondando por el lugar, Tulsa recogió su éxtasis particular en canciones que había ido componiendo, sin aparente conexión, a base de impulso y emoción. Sin embargo, a posteriori, y a poco que se escarba, se pueden encontrar en estos temas de pop personal un nexo: la radiografía de lo imposible, de lo que se observa desde la distancia, algo evidente en maravillas como “Os oigo follar” o “Los volcanes avisan”.
VAN MORRISON: Latest Record Project Volume 1 (Exile-BMG)
Es difícil predecir si animales de la carretera como Bob Dylan o Van Morrison volverán a subirse a un escenario. No se sabe nada de lo que Dylan ha hecho en este año de abstinencia forzada pero en el caso del irlandés sí: un nuevo disco de 28 canciones, nada menos, que se suma a los otros seis que ha editado en los últimos cinco años, titulando este como Volumen 1, por lo que es previsible que pronto tenga continuidad.
Es difícil en su obra destacar algún disco por encima de los otros que ha grabado desde mediados de los 90, cuando editó álbumes tan consistentes como Hymns to the Silence o Days Like This, pero este último puntúa alto. Entre la ración habitual de soul, blues, jazz y rhythm and blues siempre se encuentran suficientes motivos para reconciliarse con él y no perderle la pista nunca, y aquí hay al menos varios momentos verdaderamente gozosos: “Tried to Do the Right Thing” o “Stop Bitching, Do Something”, pero especialmente dos perlas como son “Double Bind” y “Duper’s Delight”.