Discos
por Xavier Valiño
FIONA APPLE: Fetch the Bolt Cutters (Epic/Sony)
Cuatro discos hasta ahora desde que debutase en 1996 con Tidal. Su primer álbum en ocho años, casi a bocajarro. Desde luego, Fiona Apple convierte sus reapariciones en hitos, lo pretenda o no. Y este quinto trabajo de la neoyorquina lo es, desde luego.
Difícil, arriesgado, honesto y ‘crudo’, como ella misma lo ha definido. Su sonido está construido a partir de la percusión, palmadas, susurros o ecos, incluyendo ladridos de sus perros y hasta su amiga Cara Delevingne maullando, mientras que sus textos se convierten en una arma catártica con la que enfrentarse a sus demonios personales, artísticos, sociales. Casi sin estribillos (aunque la frase que le da título se queda adherida como una lapa), Fiona entrega un disco singularmente bello.
LUCINDA WILLIAMS: Good Souls Better Angels (Thirty Tigers-Popstock!)
Nos habíamos acostumbrado, quizás demasiado, a la languidez de los discos de Lucinda Williams, a escucharlos sabiendo que eran dignos de su autora pero sin dejar huella. Desde el recordado Car Wheels on a Gravel Road (1998), cuesta destacar alguno por encima de los otros (tal vez Essence, 2001, o World without Tears, 2003).
Cuando nadie esperaba nada ya, Williams revienta todas las previsiones con un disco que trae muchas novedades: aunque sus letras están más ligadas a la actualidad que nunca, aquí hay un sonido sucio, de esencia blues y garaje pero adaptado a su deje country-rock, con temas coescritos también con su marido y grabados en directo con sus músicos, que respiran azufre y fuego, angustia y cabreo, tristeza y preocupación. A la altura de aquel trabajo del 98, o incluso por encima.
HARKIN: Harkin (Hand Mirror)
Desconocida prácticamente hasta ahora, lo cierto es que Katie Harkin fue la líder durante nueve años de Sky Larkin, para pasar luego a acompañar en directo a bandas como Wild Beasts, Sleater-Kinney, Kurt Vile o Courtney Barnett. Su debut a su nombre, editado recientemente, suena visceral y transportador, así que no puede haber encontrado momento más apropiado para editarlo.
Sus canciones se debaten entre el rock de raigambre independiente de instrumentos convencionales y la creación de atmósferas a través de la experimentación con los teclados. Grabado y creado en tres continentes distintos, en él se respira el caos y las contradicciones de la sociedad actual, la dicotomía entre lo personal y lo comunitario, lo crepuscular y lo novedoso, firmando un rotundo disco de guitarras.
PARAÍSO: El corte final (Munster)
Reverenciados por su canción “Para ti” y como uno de los grupos antecedentes de la tan cacareada movida (sus componentes acabaron montando La Mode, Los Pegamoides, Dinarama, Bólidos, Ejecutivos, Radio Futura, Décima Víctima…), Paraíso editó en 1979 un único single. Al año siguiente, ya disueltos, aparecería un EP con cuatro canciones en directo para Popgrama (TVE). Y eso fue todo.
Sin embargo, se sabía que habían grabado unas maquetas para dar forma a su primer disco que incluso llegaron a circular de forma no oficial. Hace cinco años el sello Lemuria editó Cerca de Edén con esas canciones y otras, pero sin su beneplácito. Ahora sí, por fin, El corte final cuenta con su visto bueno y, 40 años después, se puede escuchar aquellos cortes vivaces e ingeniosos, todo un testimonio histórico.
LAURA MARLING: Song for Our Daughter (Partisan/Chrysalis-PIAS)
A contracorriente de la ola de cancelaciones y eventos retrasados a causa de la pandemia, la británica Laura Marling ha adelantado la edición de su séptimo disco, previsto para el verano. Espera que, como mínimo, entretenga a alguien o, algo más, sean un bálsamo. A sus 30 años (recordemos que editó su debut con 18) parece haber tomado las riendas de su carrera y se reconoce ‘mayor’.
Desde la edición de Semper Femina (2017), Marling se ha enfrentado a varios cambios: sin discográfica, sin mánager, editó un disco electrónico como el dúo LUMP, se inscribió en un grado de psicoanálisis y soñó con tener su primera hija. A ella, y al futuro que le espera, van dedicadas estas canciones reflexivas y reposadas, llenas de dudas pero que trasmiten ese extraño susurro, un poco distorsionado, que significa vivir.
DAVID BOWIE: ChangesNowBowie (Jones/Tintoretto-Parlophone/Warner)
Pongámonos en antecedentes. En noviembre de 1996, David Bowie ensaya en Nueva York, junto a Gail Ann Dorsey (bajo), Reeves Gabrels (guitarras) y Mark Plati (teclados y programaciones), para el concierto de su 50 cumpleaños que dará el 8 de enero de 1997 en el Madison Square Garden. La BBC lo graba y lo transmite más tarde, con una entrevista con mensajes de felicitación y preguntas de Scott Walker, Damon Albarn, Robert Smith y otros.
Ahora, su sello recupera aquellas canciones en un disco inédito, por ahora solo en plataformas digitales y en junio también en vinilo. En él recrea, en adaptaciones fundamentalmente acústicas, nueve de sus canciones, entre ellas “Aladdin Sane”, “Lady Stardust” o “Andy Warhol”. Despojadas de su fuerza eléctrica se convierten en material interesante para completistas.