Discos
por Xavier Valiño
LOS ENEMIGOS: Bestieza (Alkilo-Altafonte)
Son ya ocho años desde su regreso y seis desde el primer disco de su segunda encarnación (Vida inteligente). David Krahe (Los Coronas), que los seguía desde sus inicios, es ahora su guitarrista, en lugar de Manolo Benítez. Ambos elementos se han conjurado para que Los Enemigos presenten ahora su más rotunda cara en Bestieza, término equivalente a Animalada.
Es una buena definición de estas diez canciones en su mayoría cortas, concisas, viscerales, contundentes y de energía insumisa, con mucho músculo pero casi sin distorsión. Con letras entre el escarnio y la rabia, y guiños a Javier Krahe o The Stooges, el álbum recupera al grupo de finales de los noventa, en concreto Gas (1996) y, especialmente, Nada (1999) -el single y corte que lo abre, “Siete mil canciones”, data de esa época-.
TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO: Triángulo de Amor Bizarro (Mushroom Pillow)
Cada disco de Triángulo de Amor Bizarro es una sorpresa. Uno no sabe muy bien por dónde van a salir en cada ocasión, ni tan siquiera de una canción a otra en el mismo disco. Siempre a su manera, con total control de su producción, y desde la pequeña aldea de Abanqueiro. Y eso es bueno. Su quinto disco, en trece años, descoloca desde el inicio brutal de “Ruptura”, uno de los singles de adelanto que parecía señalar a un disco abrasivo.
Curiosamente, casi se puede considerar a este su disco más pop, empezando por el single “Vigilantes del espejo”, puro The Cure -o, también, New Order-, y siguiendo por temas como “ASMR para ti” o “Fukushima”. Isa pone voz a esos cortes pop y Rodrigo suena más rabioso que nunca en los otros. Y lo mejor es que, con letras más directas que nunca, el resto suena distinto y siempre estimulante. Irreductibles.
LÅPSLEY: Through Water (XL-Popstock!)
Tras un aclamado álbum de debut en 2016, que Billie Eilish citó como una de sus principales influencias, la todavía adolescente Holly Lapsley Fletcher (Låpsley) se alejó de la industria musical, mudándose a Manchester para trabajar en actividades de voluntariado. Después de un año, regresó a la capital, se unió a un coro y se sumergió en los discos del sello 4AD de los años 80.
De las 100 canciones que compuso, escogió 10 que mantienen en este segundo disco su sonido elegante, etéreo y reflexivo. De temática acuática y muy centrado en las texturas, no tiene, por suerte, un tono uniforme: ahí están la casi cabaretera “Ligne 3” o la rítmica “Womxn”, pero donde verdaderamente atrapa es en los cortes más melancólicos, como los bellos “Speaking of the End” o “My Love Was Like the Rain”.
MARÍA JOSÉ LLERGO: Sanación (Sony)
“Niña de las dunas”, la primera canción que dio a conocer, hecha totalmente por ella y grabada junto al guitarrista flamenco Marc López, nos presentaba a una voz nueva que removía las emociones al aderezar la raíz flamenca con otros sonidos para seguir ensanchando y perpetuando la tradición.
Sanación, su debut, son siete canciones en las el embrujo continúa. Coproducido por Lost Twin, en ellas refleja su proceso de curación emocional para canalizarlas en forma de belleza, homenajeando, de paso, a sus orígenes con todos los detalles que ha dejado caer en la grabación. Recordando a su abuelo desde el inicio, su voz dulce y honda se mantiene siempre en primer plano, flotando sobre un flamenco bastardo y de electrónica atmosférica similar a un mantra hipnótico.
VÍCTOR COYOTE: Las comarcales (El Volcán)
Las Comarcales se presenta asegurando que Víctor Coyote no es hombre de autopistas ni de vías transitadas por miles de personas al año, y que cada cierto tiempo se pasea por paisajes y lugares poco frecuentados. Ciertamente, es una ajustada metáfora de su carrera desde que empezase en los 80 al frente de Los Coyotes, iniciando una vía musical (sin mencionar la artística) singular y muy personal.
Ese ha sido siempre el interés de su carrera, presentar sonidos que no son los preponderantes, los que están de moda, los adocenados. Y este disco es un buen ejemplo que se cuenta, además, entre los más completos que ha grabado nunca: sin prejuicios, tomando de aquí y allá (entre extremos aparentemente distantes como Tom Waits y Marc Anthony), Víctor Aparicio mantiene su espíritu libre y único, al que escuchar y de quien aprender -y disfrutar-.
EL COLUMPIO ASESINO: Ataque Celeste (Oso Polita)
Tras Ballenas muertas en San Sebastián (2014), El Columpio Asesino decidió tomarse un amplio descanso después de años de giras y conciertos. Fue lo mejor para retomar el impulso y evitar el cansancio, la rutina y la desmotivación. Su fruto es este Ataque Celeste, solo ocho canciones en 30 minutos -aunque han grabado otras que quedan en la reserva-, con más presencia de Cristina en la voz, para facturar un sexto disco intenso y más rotundo.
Esos tiempos oscuros quedan reflejados en su textos, que hablan del lado tenebroso de nuestra propia identidad, del conflicto entre las dos caras que todos tenemos. Sin embargo, las visten con parte de sus melodías más luminosas, en algún momento incluso bailables, sin perder su identidad ya asentada en el rock electrónico y los ritmos de propulsión germánica.