Da Loma, la vida y el paso del tiempo
por Xavier Valiño
Da Loma ha editado recientemente su debut en solitario, con el título de El espejo. Detrás del proyecto está David López, un músico que también ha trabajado en las compañías discográficas, tanto como ejecutivo a sueldo como dueño de su propio sello discográfico. En las siguientes líneas, el propio David nos presenta este debut.
“Tengo el placer de presentar mi debut en solitario bajo el nombre de Da Loma. Antes de poner a otra persona en el compromiso de escribir este texto, obligada a hablar de las bondades de El espejo, preferí hacerlo yo, y aprovechar para contar algunos detalles de su gestación y proceso. Porque aunque no es común, tampoco es algo raro que después de «Después de tanto tiempo…” uno decida retomar algo que siempre estuvo latente. Así empieza la canción que lo abre, titulada de forma homónima “El espejo”.
Y es que han pasado muchos años desde que me subiera a un escenario por primera vez como miembro de Kebrantas, grupo de amigos que grabamos un álbum titulado Amateur (Radiation Records, 1995), urgidos por la bizarra efervescencia adolescente e influidos por bandas como The Velvet Underground, Ramones, Sonic Youth, Pixies, Pavement o Surfinʼ Bichos.
Un par de años antes entré a trabajar en la antigua RCA, primero como promotor en medios y al poco como A&R [responsable de Artistas y Repertorio]. Este último detalle influyó en que aparcara la ‘carrera’, aunque nunca dejé de coger la guitarra para registrar nuevas ideas que iba almacenando en casetes y, después, en discos duros. En ellas apuntaba la fecha y el nombre de Daloma, que me llevaba acompañando desde esos años, en los que firmé aquel disco como David L. Daloma.
Iban pasando los años, después montamos Limbo Starr, que iba a llamarse Música Daloma antes de que nos asociáramos con Fernando Alfaro e Isabel León y decidiéramos continuar con el nombre con el que seguimos.
Aquellos primeros años me absorbieron por completo, pero en 2005, cada vez más interesado por los aspectos relacionados con la grabación y producción, hice varios cursos y monté un estudio casero en lo que llamamos el Limbo Club, la buhardilla de casa. Seguí grabando ideas hasta que un día, allá por el 2015, decidí escuchar todo y hacer una selección con el fin de darle forma hasta convertirlo en un disco. Fue una época dura de trabajo en soledad, sacando tiempo de donde no lo había, trasnochando y madrugando, dándole vueltas al reto durante meses en todos sus aspectos.
Así llegué a un punto en el que necesité compartirlo con los más allegados en busca de opiniones. Estas, comprensiblemente entusiastas pero emitidas por personas con criterio, me impulsaron, y entonces la duda era si llevarlo a otro nivel y montar una banda para grabarlo en un estudio o seguir con las grabaciones que había hecho en casa. Hasta que Roberto Berlanga (Ornamento y Delito) me dijo: “si lo tienes ahí”. Desde ese momento se encargó de mezclarlo en su estudio casero (La caja torácica), proceso que por unas causas u otras nos ha llevado más tiempo del deseado. Obviamente, nos lo hemos tomado con calma, pero hubo más de un momento en que pensé que nunca vería la luz. La buena noticia durante ese tiempo es que monté una banda con Mikel Sagüés (Purr, Green Bananas), el propio Rober y David Talbaila de Ornamento y Delito, que nos tiene entusiasmados.
Así que, resumida, esta es la intrahistoria del disco. Siempre pretendí que el reto fuera honesto en todos los sentidos, porque además no podría haber sido de otra manera. Trabajé durante mucho tiempo todo el aspecto relacionado con las canciones, las melodías, sus estructuras, los sonidos de los instrumentos acústicos, los eléctricos, las programaciones, la electrónica y, por supuesto, las letras; que, sin dejar de ser de canciones pop, tuve muy en cuenta aspectos de la poesía como la rima, la cadencia o la musicalidad, buscando las palabras exactas y huyendo de contarle-mi-vida-a-nadie, y sí contar experiencias y reflexiones, siempre sin géneros, con el fin de que cualquier oyente pueda sentirse identificado. Porque en realidad todos tenemos experiencias interpersonales muy parecidas, por más que nos creamos especiales, como cantaba Sergio Algora. El disco habla de la vida y del paso del tiempo, utilizando la idea del ‘espejo’ como leit motiv, detalle que descubrí cuando ordené las canciones y vi que la palabra se repetía de forma recurrente.
Otro empeño fue conservar esa frescura en la interpretación ligada a las primeras tomas. Hubiera sido muy tentador repetir grabaciones durante este largo proceso en busca de la ‘perfección’, pero además de que seguramente hubiera vuelto a grabar hasta las panderetas, soy consciente de que esta no existe. Siempre he valorado ese aspecto en las grabaciones, ese ambiente único que solo se puede conseguir preservando los aspectos propios del ser humano.
Espero que saque tiempo para escucharlo completo, porque mi empeño, en una época en la que todo va a toda prisa, siempre fue publicar un disco entendido como un conjunto de canciones unidas por un hilo invisible. Ojalá te guste. ¡Gracias!”