“Piedras y cielo”, un original tándem entre Víctor Erice y Oteiza
por Alberto López Echevarrieta
(Museo de Bellas Artes de Bilbao, a partir del 13 de noviembre de 2019)
El Museo de Bellas Artes de Bilbao presenta Piedra y cielo, una videoinstalación realizada por Víctor Erice y producida por Nautilus Films con el patrocinio de la Fundación BBVA. Basa su contenido en el monumento en forma de estela dedicado al compositor Aita Donostia que levantaron Jorge Oteiza y Luis Vallet en la cima del monte Agina, en Lesaka (Navarra). Se inauguró el 20 de junio de 1959 y sufrió un atentado el 30 de noviembre de 1992, quedando gravemente dañado. “Conocí personalmente a Oteiza en 1963, cuando preparaba en Madrid la película ‘Acteón’ que no llegó a realizarse. En aquel momento, se encontraba en uno de sus momentos más interesantes, ya que acababa de publicar la obra ‘Qousque tandem’ y en los medios culturales no se hablaba de otra cosa”, ha dicho Erice en la presentación de la obra.
Erice, cineasta de corta, pero impresionante filmografía, sintió una atracción inmediata por el escultor, pero, por motivos profesionales, tuvo que posponer una colaboración entre ambos. El autor de El espíritu de la colmena, El sur, El sol del membrillo y Alumbramiento –para mí su obra máxima-, ha acometido ahora una obra singular destinada a circuitos museísticos.
“En el video he incluido dos fragmentos de la poesía de Jorge Oteiza, no tanto por ratificar su categoría como poeta, sino para recordarla. Entre los escritores vascos que han escrito poesía en castellano, desde don Miguel de Unamuno, Juan Larrea y Blas de Otero, los tres de Bilbao, y Gabriel Celaya, Oteiza debe ocupar un lugar propio”.
Erice confiesa haber seguido de cerca la trayectoria del escultor y ha llegado al convencimiento de que en su obra hay muchos detalles de sus primeros años, no en vano “la visión de la infancia es esencial en los poetas”, dice. Ha estudiado su paso por Colombia buscando respuesta a sus cuestiones filosóficas y que inciden necesariamente en la concepción de esa estela de Argineta, en la cima de un monte, mirando al cielo. “La condición de escultor está íntimamente unida a la de poeta, al paisaje, a la imagen… Sobre todo, en el capítulo referente a la noche. Ésta fue quizá una de las aportaciones que busqué tras ver miles de fotografías de la cima del Aginak, pero realizadas todas de día. En determinado momento decidí filmar de noche siguiendo el pensamiento de Oteiza. Él, una y otra vez, afirmaba que la noche era el espacio de la reflexión. Por eso me he dejado llevar por sus ideas tratando de hacerlo de la mejor manera posible”.
La videoinstalación, cuyo título Piedra y cielo proviene de un poema de Juan Ramón Jiménez, consiste en dos proyecciones en gigantescas pantallas opuestas. Una es Espacio día y la otra Espacio noche, que se acompañan con la interpretación de Josu Okiñena del Andante doloroso, la última composición para piano de Aita Donostia.
Estamos ante una obra de imprescindible visión para conocer a fondo el universo de Oteiza y la magia cinematográfica de Erice. La conjunción de ambos ofrece un resultado sorprendente. Si alguien cree que ya estaba todo dicho de estos dos artistas está en un error.