César Aira: «Prins»
por Mercedes Martín
(Penguin Random House, 2018)
Un escritor se hace rico escribiendo novelas góticas y decide que ya es suficiente. Ya no escribirá más, como el Dr. Johnson, que dijo: “el que escribe por otro motivo que el dinero es un idiota” dice Aira en un ensayo titulado “Discurso breve”. Y añade: para un escritor así “sólo existiría un tiempo que sin su trabajo quedaría vacío, un tiempo que hay que ocupar, como se ocupa, después de un largo asedio, la ciudad de los sueños”.Este es el punto de partida de Prins. El protagonista tendrá que ocupar su tiempo y empezará toda clase de tramas disparatadas, imaginarias o reales, no lo sabemos, pero que constituyen el núcleo duro de la novela. La repercusión de esta decisión en los lectores del escritor renegado será catastrófica, porque se llevará con él el mundo adonde estos se evadían. A través de la parodia de la literatura de género (gótico a veces, a veces policial), Aira convertirá al protagonista en super héroe de cómic, para salvar al mundo de semejante caos.
En el ensayo “Evasión” Aira nos dice que la literatura es como los jeroglíficos a la escritura, un lenguaje con volumen, un lenguaje hecho de imágenes. La mitología egipcia, además, le sirve para hacer una bella comparación: Cuenta el mito que Osiris, el dios egipcio de la vida y el Nilo, fue desmembrado por su hermano envidioso, dios de la violencia y el caos, pero la esposa de Osiris, Isis, encuentra los pedazos y los junta para volver a la vida lo que había muerto. Sin embargo, solo consigue darle un hálito de vida que dura poco, lo justo para que tengan un hijo. Pues bien, la literatura es este ensamblaje que por un tiempo está vivo, el tiempo que dura la lectura.Con estas comparaciones Aira nos advierte de la pérdida de imaginación de la novela actual: la novela actual no tiene vida, no moldea mundos adonde escapar con la imaginación. Por eso, podemos sospechar que Prins constituye un homenaje a una literatura ya extinta, aquella que se nutría de la fantasía y la libertad más radical.