Jaime Siles: «Galería de rara Antigüedad»
por Alberto García-Teresa
(Visor, Madrid, 2018. 48 páginas)
La línea de poesía culturalista clásica sigue ofreciendo títulos nuevos. En esta ocasión, lo hace desde el homenaje sincero al mundo clásico, a lo que le ha hecho al poeta sentir y estremecerse, no como alarde de erudición o acumulación de guiños en busca de complicidad por reconocimiento del lector. El veterano Jaime Siles (Valencia, 1951) presenta ese homenaje a los grandes textos de la filosofía y de la literatura clásica griega en el paseo por esta Galería de rara Antigüedad. Cada uno de los 17 poemas de este pequeño volumen (48 páginas) está dedicado a un personaje o a un autor. Sin embargo, el libro termina siendo reiterativo: en todas las historias y con todos los personajes Siles sigue un mismo proceso de identificación plena tras una pequeña exposición o relato de cada episodio o de cada figura.
Los poemas están compuestos por versos fluidos, habitualmente de registro narrativo (acorde con la epopeya) aunque, en ocasiones, se mueven en lo prosaico. En ellos, se montan metáforas deslucidas y manidas. Estas piezas aluden constantemente a lo que ha sentido el “yo” al leer y contemplar esas grandes obras clásicas; a cómo el poeta se introducía en ellas, las vivía y las incorporaba a su propia existencia. El autor, entonces, cruza la recreación de lo leído con su propia vida, y así se hace patente la fusión. No en vano, la identificación con los héroes de estos relatos es total. Todo el libro camina en esa dirección. Así, expone las enseñanzas o moralejas de las escenas de esos actores que reconstruye y relata. Sin embargo, frente al canto elegíaco y la mirada nostálgica que pudiera ejercer el “yo” desde esa posición, se constata la vitalidad y el desafío a la mortalidad que encierran esas creaciones. En efecto, estas figuras se recogen como muestra de la inmortalidad del Arte frente al devenir histórico, a la vida y a la muerte de las personas. Nosotros pasamos pero el texto perdura y seguirá suscitando; “seguirá produciendo en otros / lo mismo que antes produjo / tanto en ellos como en mí”. De esta manera, Siles manifiesta unos efectos inmutables de la literatura sobre el público de distintas generaciones. De facto, por tanto, Siles niega los determinantes históricos en este plano ejercicio de homenaje.
Por último, hay que señalar que este poemario obtuvo el premio Jaime Gil de Biedma con un jurado presidido por Francisco Javier Vázquez Reguero, Carlos Arganzo, Luis María Ansón, Antonio Colinas, Jesús García Sánchez, Fermín Herrero, Raquel Lanseros, Ángeles Pérez López, Juan Manuel de Prada, Gonzalo Santonja y con Emilio Lázaro como secretario.