Discos
por Xavier Valiño
STEVE GUNN: The Unseen in Between (Matador-Popstock!)
Durante más de una década, Steve Gunn ha ido publicando discos venerados por unos pocos aficionados y otros colegas con los que ha colaborado, como Kurt Vile o el veterano Michael Chapman (a quien ha producido dos discos), quienes aprecian su destreza y finura a la guitarra. Tras el relativo éxito de Way out Weather (2014) y Eyes on the Lines (2016), Gunn se ha decidido a expresar abiertamente sus sentimientos en lugar de retratar a otros personajes.
El punto de partida del cambio y de este cuarto trabajo llegó con la muerte de su padre, que le da pie a evocar viajes y tempestades reales. Con temas cercanos a Bert Jansch, Nick Drake o Van Morrison, de corte más británico que americano, Gunn ha buscado, según sus palabras, “la terapia y la catarsis”, firmando de paso canciones emocionales como “Morning Is Mended” o “Vagabond”.
ANGELO DE AUGUSTINE: Tomb (Asthmatic Kitty-Popstock!)
Tomb (Tumba) marca un cambio significativo para su autor con respecto a sus álbumes anteriores, Spirals of Silence de 2014 y Swim Inside the Moon de 2017, discos de baja fidelidad grabados en una bañera. El fichaje con Asthmatic Kitty lo llevó a compartir escenarios con Moses Sumney y The Barr Brothers, para acabar sonando como su mentor, Sufjan Stevens, o el primer Bon Iver.
Sus 12 canciones nacieron después de una ruptura sentimental por carta con una descendiente de las hermanas Brontë, en la Navidad de 2017. Los descalabros emocionales suelen impulsar el arrebato creativo, aunque aquí va más allá para explorar años de pérdidas y decepciones. La conclusión es que, con una voz tenue, casi susurrada, y un sonido íntimo y minimalista, Augustine no trata de enterrar o esconder algo, sino de abrirse al mundo para dejar que surja algo nuevo.
SHARON VAN ETTEN: Remind Me Tomorrow (Jagjaguwar-Popstock!)
Su predecesor, Are We There (2014) venía marcado por una relación tóxica de dependencia en la que la cantante estadounidense se había visto envuelta, en la que se combinaban el abuso y el afecto. Desde entonces, su vida ha dado un vuelco: encontró nueva pareja, se quedó embarazada, inició estudios de Psicología, desarrolló su faceta de actriz en la serie The OA o en la renacida Twin Peaks, y compuso bandas sonoras para, por ejemplo, Strange Weather.
Por ello, no es de extrañar que su música se haya visto empapada de todas las novedades, hasta el punto de firmar en su quinto álbum su trabajo más directo , con ecos incluso de Springsteen en “Seventeen” o “Comeback Kid”. El resto, más reflexivo, se aleja de su sonido de guitarra característico para emplear pianos y sintetizadores vintage, con cimas en “Memorial Day” o “Malibu”.
TORO Y MOI: Outer Peace (Carpark-Musicasusual)
Tras What For?, Toro y Moi (también conocido como Chaz Bear) dejó la comodidad de su base en Oakland para mudarse a Portland y componer Boo Boo, centrado en la preponderancia que la tecnología tiene en nuestras vidas y su capacidad para cercenar la creatividad. Tras regresar a Oakland, su nuevo disco es una respuesta a las lecciones aprendidas al hacer Boo Boo, una respuesta al estado de arte prescindible producto de la gratificación instantánea.
El resultado es su álbum más instantáneo y pop, moviéndose entre lo accesible y lo poco convencional. Aún manteniendo los samplers y sonidos abstractos, todo se revela más inmediato en singles redondos como “Ordinary Pleasure”, acercándose a los sonidos urbanos en “New House”, al disco en “Laws of the Universe”, al house en “Freelance”, a lo delicado y sensual en “Miss Me”…
WEEZER: Teal Album (Crush/Atlantic-WEA)
Momento para tomar aire para las huestes de Rivers Cuomo. Por sorpresa, se edita ahora su duodécimo álbum, compuesto íntegramente de versiones. Todo partió de una campaña el año pasado para que el grupo hiciese su adaptación de «Africa» de Toto. Tras lanzar su versión de «Rosanna», también de Toto, como broma, Weezer publicó por fin su interpretación de «Africa» el mayo pasado.
Parece que le cogieron gusto al asunto ya que han completado todo un disco en el que las canciones de su adolescencia en los 80 son mayoría (Tears for Fears, Eurythmics, a-ha, Michael Jackson). Con algo más de guitarras, voces más apáticas que los originales y similares arreglos, lo curioso es que suena como Weezer sin que parezca que les ha costado. Mejor en lo inesperado (Black Sabbath o TLC) y peor cuando abordan lo más clásico (Ben E. King). Poco más que una anécdota.
MUCHO: ¿Hay alguien en casa? (Mucho)
Mucho (hoy en día ya el proyecto en solitario de Martí Perarnau IV) ha hecho parte del mismo camino que, por ejemplo Tame Impala, partiendo del rock de guitarras para llegar a la psicodelia vista por la electrónica, algo parecido a lo que por aquí hace Rufus T. Firefly. Su cuarto disco cuenta una historia en la gran ciudad, del atardecer al amanecer, mezclada como si fuera una sesión de DJ.
Manejando como nadie en España los sintetizadores y teclados, Perarnau construye un álbum rematado con algún que otro instrumento analógico pero que parte siempre de un sampler y donde la electrónica es la base principal, aunque sin perder de vista la melodía. En sus textos, referencias a la soledad del individuo hoy en día (a pesar de estar rodeados de tecnología y gente en redes sociales) pero mirando al interior y destapando sus miedos en clave biográfica.