Grada Kilomba: ”Opera to a black Venus”

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La  multidisciplinar artista portuguesa Grada Kilomba (Lisboa 1968, que habitualmente reside en Berlín) en un encuentro  a los medios acompañada del Comisario de la exposición el ex director del Museo Manuel Borja-Villel Más»

Gabriele Münter, la gran pintora expresionista

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El Museo Nacional Thyssen Bornemisza en cooperación con The Gabriele Münter and Johannes Eichner Foundation, la Städtische Galerie Im Lenbachaus und Kuntsbau München de Múnich, el Musée d´Art Moderne de Paris y Más»

John Legend, música familiar

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John Legend acaba de editar su primer álbum infantil titulado My Favorite Dream, a través de Republic Records: Kids & Family. Parece como si, veinte años después del lanzamiento de su álbum Más»

Discos

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MANU CHAO: Viva tú (Radio Bemba/Because Music-El Volcán) Cuando Mano Negra se disolvió, Manu Chao volvió a la lucha de guerrillas, tocando en conciertos sin avisar bajo el nombre de Radio Bemba. Necesitaba Más»

Loma, encontrando su lugar en la fábrica de ataúdes

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Hace unas semanas, Loma (Emily Cross, Dan Duszynski, Jonathan Meiburg) editó How Will I Live Without A Body?, su tercer álbum. Producido y grabado por Loma en Inglaterra, Texas y Alemania, mezclado por Más»

Discos

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SHELBY LYNNE: Consequences of the Crown (Monument-Sony) Durante la última década, Shelby Lynne ha tenido siempre detrás la referencia de la producción de su hermana menor, Allison Moorer,  y le resulta más difícil lanzar Más»

Maggie Rogers, regresando al hogar

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Margaret Debay Rogers, nacida en Easton, Maryland, el 25 de abril de 1994, y conocida profesionalmente como Maggie Rogers, acaba de publicar su tercer disco, Don’t Forget Me, dándole continuidad así a Más»

Discos

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JOHNNY CASH: Songwriter (Universal) Al igual que ha sucedido con otros ilustres de la música, tenía que aparecer algún álbum póstumo de Johnny Cash. Este disco de once canciones compuesto por él mismo Más»

Mínimo Tamaño Grande: «Return»

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La alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López Esteban ha inaugurado la exposición de esculturas “Mínimo Tamaño Grande” MTG, 2024, que tiene lugar en la Casa de Cultura del Ayuntamiento Más»

Mdou Moctar, por una nueva justicia

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Mdou Moctar acaba de editar su nuevo disco, Funeral for Justice. Grabado al final de dos años de gira por todo el mundo tras el lanzamiento de Afrique Victime en 2019, Funeral for Justice captura Más»

 

Samantha Schweblin: «Kentukis»

por Mercedes Martín

(Literatura Random House, 2018)


Emilia hace tiempo que no ve a su hijo, vive sola, es viuda, no le importa a nadie. Para su hijo ella es algo de lo que hay que ocuparse de vez en cuando: llamar, enviar regalos, visitarla anualmente. Así que para que Emilia ocupe su tiempo, su hijo la conecta a un kentuki al otro lado del mundo. 

Se trata de un juego digital. Sin salir de casa se conecta a internet y ve una casa ajena: deambula, interacciona con la propietaria de la casa y un traductor hace posible que Emilia entienda lo que esa persona dice. Ella vive esa experiencia “en otro cuerpo”: la cámara a la que está conectada es los ojos de un peluche que rueda por el suelo de otra casa. No lo sabe, pero ahora ella “es” la mascota de peluche de otra persona y, a través de la cámara, asiste a esa otra vida cotidiana. La extraña que ha comprado el peluche se encariña enseguida con él, nadie sabe por qué se ha comprado un kentuki, quizá se lo han regalado, pero la verdad es que la trata como a un gatito, la lleva de acá para allá, le habla y, por la noche, la coloca en su cargador.

Pronto Emilia se engancha a su nueva vida de mascota: por primera vez en mucho tiempo alguien cuida de ella, además, puede hurgar en la vida de otras personas sin implicarse, es la dimensión “voyeur” del juego. Al final, tanto el kentuki como su ama se implican y corren riesgos.

En el libro se dice que el juego del kentuki es un invento tecnológico que ya está en muchas casas, aunque todavía se espera el boom. Algunas personas optan por dejar que el kentuki vea solo una parte de su vida, pero otras se lo dan todo. Por su parte, el kentuki debe aceptar una serie de restricciones: entre otras cosas, no pueden hablar, esa es la primera restricción, pero eso no quiere decir que la persona detrás del kentuki no pueda hacer nada: puede grabar e incluso difundir la vida privada de su dueño en la red, hacerle chantaje o hasta enamorarse. ¿Qué cosas está dispuesta a hacer la gente cuando disfruta del anonimato?

La historia de Emilia es una entre muchas. El libro se compone de diversas historias que se van desarrollando de manera intercalada, lo que crea el suspense. ¿Qué pasará con el amor surgido entre las mascotas de los dos hermanos? ¿Qué pasará con el chico que quiere traficar con los kentukis para hacerse rico? ¿Qué pasará con el divorciado que le coge cariño al kentuki que le han regalado a su hijo?

¿Qué temas toca la autora en este libro? La soledad, la hiperconectividad de las nuevas tecnologías, la privacidad, la amistad e incluso el amor surgidos bajo estas condiciones.

Se pueden hacer muchos paralelismos con la historia de Schweblin, no podemos decir que detrás no reconozcamos la realidad de Gran Hermano, Operación Triunfo, Youtube… Entre los participantes de estos “realitis” y su público surge una familiaridad y una dependencia que los hace vivir otra vida en el universo digital.

Una parte de nuestra vida es pública, está en Google, y el juego del kentuki es una alegoría que quiere recordárnoslo.