“Construyendo Museo”
por Alberto López Echevarrieta
(Museo Vasco de Bilbao, del 8 de noviembre de 2018 al 24 de febrero de 2019)
El 90% de las piezas que posee el Museo Vasco de Bilbao proceden de donaciones particulares. No es extraño, por tanto, que periódicamente se den a conocer los últimos logros y se rinda homenaje a los autores de las mismas. Actualmente se está exponiendo una selección de los principales objetos conseguidos a lo largo de los últimos cinco años. Algunas proceden de familias tan vinculadas con la capital vizcaína como las del industrial Horacio Echevarrieta y el arquitecto Ricardo Bastida.Próximo objetivo: Museo Vasco
El Museo Vasco es una de las joyas museísticas que tiene Bilbao. Vive a la sombra de esas grandes pinacotecas que son el Guggenheim y el Bellas Artes, pero será difícil encontrar a un solo visitante que salga descontento tras haberlo visitado. Ocupa el edificio de un antiguo convento jesuítico y hoy se enorgullece del soberbio claustro cubierto en cuyo centro se encuentra el ídolo Mikeldi. En sus departamentos se puede ver una mínima parte del material que se guarda en sus almacenes procedente de donaciones realizadas a lo largo de cerca un siglo. Ténganlo siempre en cuenta en su próxima visita a Bilbao si quieren conocer la forma de vida de los vascos a lo largo de la Historia. La sección de cerámica, por ejemplo, es única en su género.
Las dos entidades de las que depende el museo, Diputación Foral y Ayuntamiento de Bilbao, han comprado recientemente un edificio anexo que permitirá duplicar con creces el espacio actual. Y mientras se pone en marcha el programa de ampliación surge la exposición “Construyendo museo”, título muy acorde con la situación que se vive en su interior y que sirve para dar a conocer una selección de las principales piezas recibidas en el último lustro. Destaca sobremanera un tríptico anónimo realizado en 1597 procedente de la ermita de San Juan “ante Porta Latina” que estuvo situada en el bilbaino barrio de Basurto.
Sociedad en cambio
La muestra tiene como eje el cambio experimentado por la revolución industrial en la sociedad vasca durante el período comprendido entre los siglos XIX y XX. Una de las dos salas que ocupa está dedicada a la mujer y su mundo. La representación del gabinete para amigas de Rosario de Lecea, esposa de Ricardo Bastida, está muy lograda con sus muebles auténticos y una magnífica pianola del tiempo. Los vestidos de boda, con sus formas, colores y estilos, nos hablan de las variaciones experimentadas a lo largo del tiempo en función de la moda, el estatus social y los ideales de feminidad de cada época. Mantones de Manila, abanicos, pañuelos, sombrillas y sombreros fueron los complementos indispensables de la indumentaria femenina para salir de casa, dar un paseo o realizar visitas. Un apartado especial lo merecen las añas, secas o frescas, muchas de ellas procedentes de medios rurales, que cuidaban e incluso amamantaban a los bebés de las grandes familias.
Y en este mundo de transformación la impronta del magnate Horacio Echevarrieta con objetos del Palacio de Munoa donde vivió. Don Horacio fue aquel hombre que, ante la negativa real de rescatar a varios cientos de soldados españoles tras la derrota de Annual, en Marruecos, negoció con Abd El Krim, pagó de su bolsillo el rescate y fue a recogerlos con uno de sus barcos. El rey quiso recompensar su acción otorgándole un título nobiliario que el magnate rechazó elegantemente haciendo ver al monarca que si lo aceptaba faltaría a sus principios republicanos.
En otro apartado se pueden ver las imágenes de los txakolíes que hubo en la República de Begoña previa a su anexión con Bilbao y que vienen a representar los lugares de ocio que había en aquella época para el buen libar y yantar.
Gran exposición como digo, muy variada y magníficamente presentada.