Discos
por Xavier Valiño
FLORENCE & THE MACHINE: High as Hope (EMI)
Llegando a su cuarto disco, Florence Welch ha decidido dejar atrás la épica de anteriores entregas y mostrarse más humana y cercana que nunca. Se nota en su voz -más emocional-, en su sonido -menos recargado- y en su temática -marcada por distintos traumas de su vida y por diversas canciones dedicadas a mujeres de su familia o a la propia Patti Smith (“Patricia”)-.
El resultado es un disco que puede parecer un tanto monocorde, donde destacan, por su fuerza, cortes como la ya citada o “Hunger”. Contenida, dejando atrás el abuso del alcohol que ha condicionado su trayectoria hasta ahora, es en los detalles de las canciones, aportados por la más que acertada selección de sus colaboradores (Kamasi Washington, Sampha, Tobias Jesso Jr., que hablan bien claro de su olfato) en donde se encuentra ahora la sustancia de su obra.
NACHO VEGAS: Violética(Marxophone)
Entre dos mundos se mueve desde hace años la producción de Nacho Vegas: el folk y el rock. Consciente de ello más que nunca, el asturiano se deja llevar por las enseñanzas de artistas mayúsculos como Atahualpa Yupanqui, Odetta, Violeta Parra, Pete Seeger o Lila Downs incluyendoen su nuevo disco canciones tradicionales. Por supuesto, no podía dejar de lado sus propias canciones, con lo que Violética ha acabado siendo un doble CD o triple vinilo.
Aunque pueda tener un concepto que una a estas 18 canciones (la ternura y el amparo), lo cierto es que se trata de su disco más heterogéneo y, por ello, más proclive a ser degustado por todos, con cortes de temática política y personal, algunos más folk, otros más eléctricos, piezas más delicadas, cumbias, sonidos a lo Tom Waits, reencuentros con Christina Rosenvinge, canciones río…
DUNCAN DHU: Por tierras escocesas (Warner)
En 1985, Duncan Dhu daban sus primeros conciertos en Madrid en El Templo del Gato dejando a muchísima gente fuera. No era más que el primer paso de una carrera que los convertiría en uno de los grupos de más éxito del pop español. Por aquel entonces solo tenían publicado un mini LP, Por tierras escocesas, con el que era difícil aventurar todo lo que vendría después.
Ese disco, revestido de rockabilly básico, con influencias de la discográfica Sun, Los Coyotes, Gabinete Caligari o The Modern Lovers, y en el que mostraban su pasión por Escocia y los libros de Robert Louis Stevenson, se reedita ahora con sus 6 canciones remasterizadas y otros 19 temas extra, rescatados del archivo de Ricardo Aldarondo y procedentes de maquetas y de una sesión para una radio de San Sebastián, más un extenso y vistoso libreto de 48 páginas.
GORILLAZ: The Now Now (Parlophone-Warner)
Tras Humanz regresa la banda virtual más exitosa del mundo con The Now Now, su sexto álbum de once canciones compuestas en los últimos meses en la carretera y grabadas con el productor James Ford (Simiam Mobile Disco, Arctic Monkeys, Depeche Mode…), quien ha sido responsable, según su factótum Damon Albarn, de su cohesión.
La mayor novedad es que este álbum ha prescindido de invitados (solo están George Benson, Snoop Dog y Jamie Principle en dos cortes), centrándose en el núcleo creativo de la banda. Más cerca en su concepción de su disco The Fall, el álbum deja claro su carácter itinerante en sus títulos (“Hollywood”, “Kansas”, “Lake Zurich”, “Idaho”) y es en su parte final donde muestra su tono más melancólico y conseguido (“Idaho”, “One Percent”, “Souk Eye”), recordando así al trabajo en solitario de Albarn Everyday Robots.
JIM JAMES: Uniform Distortion (ATO-PIAS)
Curiosa la trayectoria de Jim James al margen de la banda que lidera, My Morning Jacket (y de otros proyectos en los que ha participado como Monsters of Folk o The New Basement Tapes): tras debutar en solitario con un disco de versiones de George Harrison (Tribute To, 2009), editó dos álbumes del mejor rock-soul de este siglo (Regions of Light and Sound of God, 2013, y Eternally Even, 2016) para publicar luego otro trabajo de versiones (Tribute to 2, 2017).
Uniform Distortion rompe con esos muy conseguidos trabajos de canciones propias para tomar una autopista secundaria que, suponemos, le servirá para tomar oxígeno y volver a la senda que más le –y nos- satisface. Aquí, con el pretexto de hablar de la distorsión generalizada en la información que proporcionan los medios, se abona a la distorsión y la inmediatez (se ríe más de una vez, como no tomándose en serio) cargado de guitarras eléctricas.
JAMES: Living in Extraordinary Times (BMG)
Parecen haber sido olvidados un tanto desde sus días de gloria en los años 90, con canciones como “Laid” o “Sit Down”, aunque han dejado clásicos del pop de este siglo como “Getting Away with It” o el menos reconocido pero igualmente rotundo “Moving On” de hace tres años. Ahora llegan a su decimoquinto disco con un título que remite a What a Time to Be Alivede Superchunk, que poco que ver con el sonido de los de Carolina del Norte.
Aquí no hay temas tan contagiosos como los citados, aunque el grupo sigue grabando canciones pop dignas, en esta ocasión con los productores Beni Giles y Charlie Andrew (Wolf Alice y Alt-J), que han conseguido extraer un sonido vidrioso y cargado de detalles, puede que en exceso, sobre el que su líder Tim Booth superpone textos que hablan de noticias falsas y otras plagas modernas.