Javier Lostalé: «Cielo»
por Alberto García-Teresa
(Fundación José Manuel Lara / Vandalia. 94 páginas)
Una paradoja constante sostiene el último poemario de Javier Lostalé: la desaparición del individuo cuanto más se recuerda y quiere hacer presente lo que lo constituye. En estas páginas, resulta muy interesante el trabajo que lleva a cabo su autor para hacer desaparecer al sujeto (del “tú” en este caso), el cual parte explícitamente de “un impulso al borramiento”. Mediante ese mecanismo, ese sujeto pierde consistencia y se separa del mundo. De hecho, en la poesía de Javier Lostalé, el amor constituye un deseo de transmutarse, de convertirse y fundirse en el otro, aunque en este libro intenta ir más allá. No en vano, manifiesta claramente un “deseo de oscurecimiento del ‘yo’ en busca de la fusión absoluta con el destino amoroso” (una aspiración muy propia de Aleixandre; poeta que tanto ha influido a Lostalé). El juego explícito con el borrado, con el difuminado mediante la memoria, con el anhelo de lo que se quiso ser y amar resulta un componente clave del poemario. Pero, al mismo tiempo, se produce una trasposición en el otro; una transmutación. Tiene lugar, por tanto, un proceso intelectual provocado por la emoción, con lo que se agudiza la propuesta poética de Lostalé.
Expone en este volumen Lostalé un conjunto de poco más de treinta poemas diáfanos (la mayoría sin división estrófica), claros en su registro, en el cual sobresale la labor de depuración y la capacidad de síntesis alcanzada por el escritor. El autor ha sabido en estas piezas eludir lo accesorio (ningún sujeto está personalizado ni singularizado, por ejemplo). Excelentemente cinceladas, en ellas, se acerca al meollo conceptual sin forzar ni la dicción ni la comprensión. Asimismo, destaca la precisión de los versos, los juegos de palabras, las vueltas de los sentidos (muy en la línea de Pedro Salinas), con un ritmo sereno alterado levemente por pequeños hipérbatos.
Se trata de un poemario muy cohesionado, que no resulta reiterativo a pesar de que gira sobre los mismos conceptos e ideas. De esta manera, memoria (persistencia) y olvido (desaparición) se enredan en continuas paradojas que podrían resumirse en el oxímoron de pervivir en el olvido. Hay que subrayar la tensión que recoge el poeta entre lo que se quiso ser (o se aspiró a ser), el recuerdo y ese borrado en el presente que conmueve al lector en la identificación. La cercanía de la muerte es un detonante. Así, se cuela cierta amargura, más allá de la desilusión: “de todo lo vivido / ya no te queda / sino su engaño”. A pesar de ello, habla sin dolor aunque se elimina su existencia y se reconstruye continuamente. Sin embargo, hay que subrayar que no existe nostalgia. De esta forma, Lostalé desarrolla en Cielo un planteamiento muy interesante para traer de vuelta el anhelo de lo que no se pudo tener; para recoger la frustración del deseo sin desgarro.