Loredana Volpe: «A pesar de tu santa cólera»
por Alberto García-Teresa
(Navona. 96 págs.)
Sorprendente, cuanto menos, resulta el primer poemario de Loredana Volpe (Caracas, 1990, aunque lleva años estudiando y trabajando en el mundo teatral en Barcelona), que aparece en una cuidadísima edición; que supone todo un lujo como objeto libro.Un plano de suelo de un convento antecede al poemario, el cual se estructura precisamente siguiendo las dependencias de aquel, y nos pone sobre la pista de la orientación de toda la obra. Sus piezas nos hablan del aislamiento de un convento de clausura desde el punto de vista subjetivo; de una persona que opta voluntariamente y convencida de entrar en él. Sobresale cómo la escritora logra en sus textos una atmósfera de inmovilidad, de cierta eternidad. La obligación de contención física del espacio (para el crecimiento espiritual) queda espléndidamente plasmado en la aspereza y sobriedad de los textos. Al respecto, cabe señalar que los poemas, mayoritariamente breves, destacan por el tono contenido y la potencia concentrada en sus pocos versos. Se trata de versos precisos, de gran densidad conceptual. De hecho, se trata de un libro pequeño, que contiene poco más de treinta poemas.
El poemario nos va sumergiendo en un proceso de introspección y de cierto encierro sobre sí misma para poder abrirse a lo trascendente. La aspiración y el anhelo en esa dirección es palpable; también la ilusión para conseguirlo. Las dudas, los remordimientos, las tentaciones forman parte de todo ese camino. Pero se remarca la corporeidad en todo ese trabajo. No en vano, no se renuncia a una materialidad que no está exenta de placer. La muerte y su misterio, su posibilidad de trascendencia, es un tema constante en todo el volumen. En ese marco, paradojas y contradicciones se suceden en esa dicotomía entre muerte y vida, entre desolación y esperanza, entre quietud física y dinamismo mental.Sorpresivamente, salta de entre las páginas un poema sobre los mitos de Cthulhu, el ciclo de horror cósmico creado por Lovecraft. Rompe así la autora una lectura lineal católica para asomarse a una trascendencia más amplia. En esa sección del volumen, de hecho, se abre a ritos de otras religiones sobre la vida más allá de la muerta. Sin embargo, el “yo” concluye regresando a su celda y a un contundente “contaminada será la sangre del hombre / que anuncie otra verdad eterna” y proclamando el aislamiento de una sociedad masificada, alienada y triste.
Con todo ello, Loredana Volpe logra un buen y significativo trabajo que hace de A pesar de tu santa cólera una obra singular en el campo poético actual.