Josu Hormaetxe: «Corsarios Vascos»
por Alberto López Echevarrieta
(Edición propia, 71 páginas)
La piratería siempre ha tenido un atractivo especial para la investigación. Tal vez porque casi todos, de niños, hemos tenido como libro de cabecera La isla del tesoroo porque nos han seducido las imágenes de inolvidables películas como El temible burlónpor sólo citar un clásico. Pero no sólo resulta fascinante la temática, sino también la propia investigación, ya que conseguir datos fiables resulta muchas veces otra aventura no menos excitante.Reduciendo el ámbito de búsqueda de documentación y centrándolo en una zona geográfica que ha vivido de y para el mar durante tantos años como es el País Vasco, la aportación histórica resulta sumamente curiosa. ¿Hubo vascos implicados en la piratería? ¿Se dedicaron al corso? Interesantes preguntas que han llevado al investigador Josu Hormaetxe Urkullu a seguir la pista de los navegantes que en el siglo XVIII enarbolaban la bandera negra con la calavera y las tibias por la mismísima ría de Bilbao.
Hormaetxe ya dejó constancia de su interés por temas marinos cuando publicó Pasajeros del Titánic. El último viaje de Ramón Artagaveytia descubriéndonos la presencia de un vasco entre las víctimas del trasatlántico. El rastreo actual, Corsarios vascos, le ha llevado a encontrar a un bilbaíno, Pedro de Larraondo, metido a corsario, cansado -dice- de que su mercancía -era comerciante- se perdiese en actos de piratería “a manos siempre de los catalanes”.
Larraondo fijó su refugio en la isla griega de Lesbos desde donde planeó ataques a naves egipcias y turcas. Atrapado junto al puerto de Alejandría, fue entregado al sultán quien le ofreció la oportunidad de salvación si renunciaba a su fe y se convertía al islam. Dicen las crónicas que “non lo queriendo fazer, fue asserrado por la cabeça”.El libro incide también en la figura de Bartolomé de Mendívil, un marino portugalujo especializado en hostigar a las naves inglesas. Su audacia le llevó a remolcar dos barcos ría de Bilbao arriba. La lista de corsarios se enriquece con la aportación de figuras guipuzcoanas y de nombres legendarios en el mundo de la piratería como los de Pellot y Lafitte.
Relato entretenido que nos sumerge en un mundo de aventuras controlado por el autor que se lee con facilidad y que será del agrado de los amantes del género.