Lleida, la catedral antigua y su recinto histórico propuestos para Patrimonio Mundial de la Humanidad en la UNESCO
por Julia Sáez-Angulo
La Turó de la Seu Vell de Lleida, es decir la catedral antigua y su recinto con el castillo del Rey y la fortaleza militar del siglo XVII espera la propuesta para ser nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, una vez que el ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España se decida a hacerlo. Los leridanos lo esperan ilusionados e impacientes, a juzgar por un sondeo llevado a cabo en visita reciente. La Seu Vella se construyó en 1200.El recinto de La Turó de la Seu Vell de Lleida constituye el núcleo histórico del nacimiento y formación de la ciudad, “el corazón que palpita”, que diría el arquitecto romano Giulio Carlo Argán. Las distintas etapas históricas con diferentes avatares han pasado por esta colina elevada con la hermosa y antigua catedral románico-gótica, que ha visto pasar todos los próceres del poder en Lleida, amén de las viejas culturas como la ibérica, romana o musulmana, que yacen en el subsuelo.
Tras la guerras de sucesión y civil española, la vieja Seu se utilizó como cuartel, pero una vez tomada conciencia del valor histórico y artístico de la catedral, se está llevando a cabo un enorme trabajo de restauración inteligente, al respetar la lectura histórica de los muros, arcos, capiteles, ménsulas y portaladas que afortunadamente se salvaron de la incuria del pasado.
El claustro de la Seu Vella, de hermoso trabajo labrado y cincelado en la piedra, con arcadas diferentes, es uno de los más grandes de Europa, y con doble serie de arcadas que dejan pasar la luz, el visitante puede asomarse a una inmensa vista de la ciudad de Lleida. Ciertamente el paraje es espectacular para contemplar algunas de las estribaciones del pre Pirineo. La catedral todavía alberga algunas muestras de policromía, especialmente una vida de Cristo, en una secuencia de escenas dentro de la catedral. La Antigua Canónica y la Portalada de los Apóstoles son dignas de una atención especial.Del jardín se retiraron los cipreses que impedían contemplar el delicado trabajo del claustro y se ha restaurado el viejo jardín de aromas que era original en el Medioevo, para utilizar las plantas aromáticas en la cocina. Lástima que algunos muros se ven invadidos por yerbajos de jaramagos o ranúnculos que pueden deteriorar la piedra. Los responsables de la Seu Vella debieran revisar periódicamente esta situación para conservar adecuadamente los paramentos.
El campanario por su morfología exterior y altura se ha convertido en el emblema de la ciudad y dota al recinto de una altura que parece conducir y elevan el conjunto arquitectónico del recinto de la Turó. Una parte de los fragmentos arquitectónicos se muestran a lo largo del recorrido y otros se hallan en la Sección de Arqueología del Ayuntamiento, a la espera de ser reintegrados en el conjunto original para dar mayor realce al mismo y que sea reconocido por la UNESCO con el título que realmente merece esta Turó de la Seu Vella de Lleida.