Sarah Jarosz, observando el mundo circundante
por Xavier Valiño
“Me encanta esa palabra” dice Sarah Jarosz del título de su cuarto disco Undercurrent. “Si miro en un diccionario lo que significa, pone que es ‘un sentimiento o influencia subyacente’ o ‘una corriente de agua moviéndose bajo la superficie’. Para mí, es justo el sentimiento que acompaña a todo el disco”.Esa evocativa imagen es apropiada para Undercurrent, cuyas 11 canciones parecen revelar nuevas profundidades líricas y tonalidades con cada escucha. Sarah Jarosz es una multiinstumentista portentosa, con una singular y expresiva voz y una profundidad compositiva nada común, a la que The New York Times ha descrito como “una de las jóvenes talentos más prometedores de la música acústica: una prodigiosa intérprete de mandolina, banjo y cantautora prodigiosa con el gusto y el aplomo necesarios para encontrar el equilibrio entre el éxito comercial y de la crítica”.
Aunque ya es su cuarto trabajo, Undercurrent es un hito para Jarosz en más de un sentido. Es su primer disco desde que se graduara con honores en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra, y el primero desde que se mudó a la ciudad de Nueva York. “Este es el primer disco que hago desde que me independicé y comenzaron a llegar todos estos cambios, y creo que eso se refleja en las canciones”, explica. “También es el primer disco en el que siento que forma parte de un único pensamiento, con un principio, un nudo y un desenlace. Y la primera vez que hago un álbum que no incluye versiones. Quería que se sintiera como la montaña rusa que la vida es, así que me lo pensé mucho a la hora de ordenar las canciones. Era importante para mí empezar con algo luminoso y después ir acercándome a zonas más oscuras, a la terquedad, la fuerza, la fragilidad y acabar con una nota de esperanza”.Undercurrent es un ciclo de canciones reverberantes ancladas alrededor de un cuarteto de canciones escritas e interpretadas en solitario por la artista: “Early Morning Light”, “Everything to Hide”, “Take Another Turn” y “Jacqueline”. El álbum incluye varios temas coescritos con una serie de colaboradores que también participan en las grabaciones, como Luke Reynolds (“Green Lights”), Jedd Hughes (“House of Mercy”), Parker Millsap (“Comin’ Undone”) y Aoife O’Donovan (“Still Life”). En este último tema participa O’Donovan, el cantante de Crooked Still, así como Sara Watkins, la cofundadora de Nickel Creek, la banda de Jarosz en su trío extracurricular I’m with Her. Undercurrent también incluye dos canciones coescritas con Joey Ryan (Milk Carton Kids), una de ellas la nostálgica “Back of My Mind”.
“Cuando visualizo este disco, pienso en el embalse de Central Park donde pasé muchísimo tiempo buscando inspiración y pensando en el álbum”, dice Jarosz. “Ha sido la vez que más centrada he estado en lo que se refiere a intentar escribir y componer cada día y a tener una idea más amplia de los que realmente quería decir, así que pude disfrutar del proceso de la composición más que nunca. Y fue un lujo el ir a Nashville durante dos semanas para trabajar en el disco porque en el pasado siempre andaba yendo y viendo a clases, las giras o el estudio”.
A pesar de que Undercurrent es un punto de referencia creativa para Jarosz, ha compuesto música toda su vida. Creció en Wimberley, Texas, y empezó a cantar desde niña. Tras recibir como regalo de navidad una mandolina cuando tenía 9 años, trabajó sin descanso hasta conseguir dominar con maestría el instrumento, y aprendió a tocar la guitarra y el banjo al mismo tiempo. A los 11 años, tocó por primera vez en un festival de bluegrass. En los siguientes años se ganó una reputación impresionante como joven fenómeno en el circuito de festivales, absorbiendo un mundo de influencias de la música folk al tiempo que perfeccionaba su original sensibilidad compositora.“Desde muy pequeña he tenido un deseo enorme de crear música”, afirma Jarosz. “Tuve suerte de estar rodeada de músicos más mayores y consagrados que actuaron como mentores para mí. Desde el principio, todos mis héroes me cuidaron y me pusieron retos. Ha sido genial crecer musicalmente de esa forma. Siempre me sentí totalmente apoyada y creo que esa actitud ha afectado mi manera de acercarme a la música ahora”.
En el verano de 2007, tras actuar en el Telluride Bluegrass Festival de Colorado, Sarah conoció al representante de Sugar Hill Records Gary Paczosa, que se quedó tan impresionado que la invitó a Nashville para grabar algunas de sus composiciones. Al año siguiente, la artista, que contaba con 16 años, empezó a trabajar en su álbum de debut Song up In Her Head. Su segundo trabajo, Follow Me Down, llegó en 2011 y amplió el sonido de Jarosz así como nuevos seguidores.
2013 fue el año en que editó su tercer álbum, Build Me up from Bones, que trajo nuevos sonidos a su música y amplió su paleta compositiva. También le ganó algunos de los hitos más importantes de su carrera hasta la fecha, incluidas críticas entusiastas y nominaciones a los Grammy en las categorías de Mejor Álbum de Folk y Mejor Canción de Raíces Norteamericanas. Jarosz llevó de gira Build Me up from Bones durante casi todo el 2014, cruzando de punta a punta EE.UU. y también visitando Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Pasó gran parte del 2015 girando como miembro de I’M With Her, el mini supergrupo que comparte con sus espíritus afines Sara Watkins y Aoife O’Donovan. “Después de cantar mis canciones durante tantos años, me abrió los ojos el cambiar y ser parte de algo diferente”, comenta. “Solo hemos sido banda durante un año, pero he aprendido tantísimo, que definitivamente algunas de esas lecciones se dejan ver en Undercurrent”.
“Estoy intentando ser más honesta y estoy centrada en intentar ser mejor a la hora de escuchar y observar el mundo que me rodea”, comenta. “Eso es lo que he intentado hacer en Undercurrent, y estoy muy contenta con cómo de auténtico me suena a mí este disco. De alguna forma, siento como si fuera mi primer disco, en el sentido de que es la primera vez que centro toda mi energía en él. Todo parece haber girado en torno a este momento”.