Julio Martínez Calzón: «La pintura del siglo XIX» (2 Tomos)
por Carmen González García-Pando
Fernando Villaverde Ediciones. 2017. 1500 págs.
La publicación de un libro de arte es siempre motivo de alegría especialmente para los que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a esta bella disciplina. Pero si además se trata de un trabajo riguroso, detallado y gigantesco sobre el “desconocido” siglo XIX del que apenas hay estudios… la satisfacción es doblemente mayor. Recuerdo que en los años de estudio en la universidad pasábamos de puntillas sobre la pintura del XIX. Se citaba a los autores más considerados y apenas se profundizaba sobre su significado o su importancia para las futuras generaciones. Realmente el tiempo que dedicábamos a su estudio era ínfimo y, aún hoy, no estoy segura si el motivo era su errónea consideración de pintura vieja y anticuada o tal vez se tratara de una falta de ubicación al no encajar ni con la brillantez de siglos anteriores ni con la modernidad de las vanguardias del XX.
Julio Martínez Calzón intuyó hace tiempo que esta laguna escondía una riqueza artística que debía investigar y empezó a buscar por museos y bibliotecas autores y obras que habían pasado bastante desapercibidos incluso para los estudiosos del arte. El resultado es la ingente obra que, bajo el epígrafe “La pintura del siglo XIX” acaba de publicar. Son más de mil pintores los aquí estudiados y mil quinientas ilustraciones que recorren el espíritu creativo del quehacer humano, la percepción del mundo desde una “visión estético-conceptual”, como subtitula el autor.Lo peculiar de esta investigación es que se inició como una afición pasional de un hombre de ciencias ( Martínez Calzón es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos ), especialista en estructuras y autor de proyectos tan singulares como el puente de Juan Bravo sobre la Castellana, las torres de OHL y Sacyr y el Auditorio Nacional de Música (Madrid); las torres Mare Nostrum y Collserola (Barcelona), así como los puentes del Centenario (Sevilla) y del Arenal (Córdoba). Sin embargo lo que aparentemente puede parecer una contradicción –su vida profesional y sus aficiones- no lo es pues algo que caracteriza todos esos proyectos es el halo de belleza y armonía que las envuelve.
Preciosamente y bien editados por Villaverde editores, estos dos volúmenes son libros de consulta obligada de cualquier especialista o aficionado al arte y no deberían faltar en cualquier centro, biblioteca o universidad que se precie.
Finalmente no se puede dejar de mencionar el otro proyecto que completa estas obras y es que el autor ha querido hacerlo extensible con la creación de una página web de libre acceso que de manera sencilla y entretenida ofrece la oportunidad de contemplar y estudiar unas 100.000 obras de la pintura occidental de ese gran siglo XIX que ahora comienza a ocupar el lugar que siempre se le negó.
Sencillamente estamos ante un proyecto gigantesco que no pasará inadvertido.