Rogelio Sánchez Molero: “Surge la luz”
por Redacción
Asociación de Escritores y Artistas Españoles, AEAE
Emilio Porta, vicesecretario de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, AEAE, y Julia Sáez-Angulo han presentado el poemario Surge la luz del escritor Rogelio Sánchez Molero en el salón de actos de la citada Asociación. El libro ha sido editado en la colección Mirador de la AEAE.
Se trata del segundo poemario del autor, después del primer poemario Memorial de ausencias (2011). Rogelio Sánchez Molero ( Ajofrín. Toledo, 1966), es abogado y reside en Toledo.Al acto concurrieron, entre otros, los poetas Carmen Silva, Beatriz Villacañas y Francisco de la Torre, además de los miembros del coro Columbae, a los que pertenece el autor del poemario.
Emilio Porta ha dicho sobre Surge la luz:
“Vivimos en la oscuridad, pero hay instantes de luz. Es por ello que nuestra mente y nuestro corazón dan un salto en determinados momentos de la existencia en busca de la claridad, del confort y la paz del alma. Sería insoportable vivir en la desesperación que produce tantas veces la mirada a la situación del planeta que habitamos, a la Humanidad que compartimos. La Poesía es un género literario que nace más allá del simple razonamiento, y que utiliza el lenguaje para hacer concreto lo que a veces es abstracto, para acercar lo complejo, para ahondar en el gran Misterio de la vida. El hombre vive, pero también sueña. O mejor dicho, existe y, sobre la existencia, es capaz de volar con el alma, lo que llamamos alma, que es la esencia del ser humano. Volar hacia la luz, caminar hacia ella. Rogelio Sánchez Molero titula su poemario «Surge la luz». Él mismo me decía que la primera parte del poemario se instala en esa penumbra en que todos nos movemos a veces, la penumbra de la constatación de la limitación de nuestro intento, y la segunda es el encuentro con la motivación, con la iluminación a partir de las vivencias, del amor y los puentes de su memoria. Como he dicho muchas veces, un prólogo no debe diseccionar un libro, sino abrir puertas al lector para encontrarse con la palabra del autor. La palabra de Rogelio Sánchez Molero es sencilla, mejor dicho, no es retórica. Es una palabra limpia y ajustada al pensamiento, a la emoción que nace de su interior con fluidez y belleza. Sin duda, «Surge la luz» es un poemario personal. Ya lo era su primer libro, «Memorial de Ausencias». Y por ello tiene el valor del testimonio de su acercamiento a sus vivencias. Pero hay también pensamiento, reflexión. Si así no fuera, difícilmente yo habría encontrado en la obra la fuerza para abrir el surco de esta introducción.
Desde el principio del libro el autor nos señala la búsqueda. La búsqueda de la iluminación a través de la Poesía, a través de los poemas que vamos a leer. En su primer poema, “Hacia la luz”, nos dice:
Mi fe era la noche.
Pero al otro lado del dolor,
allá donde las amapolas
se evaporan sobre la piel
desnuda del olvido,
al otro lado,
justo allí donde el otoño
doraba los colores del destino,
allá brilló la luz.
El poeta hace una afirmación de vida. Justo cuando la experiencia de vivencias y lecturas, de sucesos, pensamientos y emociones, empieza a formar un acervo existencial que se ha ido acumulando a lo largo del tiempo, la luz se inicia. Una luz que va más allá del brillo, porque nace del interior del alma. Una luz que no es cegadora, sino que alumbra con palabras en y desde la mirada del escritor. Y sin embargo esta declaración que podría ser un punto de llegada es un punto de partida. Porque toda la primera parte del poemario es búsqueda. Búsqueda desde la oscuridad que es el estado natural del ser humano consciente, del que vive y se pregunta, del que no se conforma y siempre indaga. En el espléndido poema “Búsqueda”, también al comienzo del poemario, esto queda expresado con diáfana claridad:
A ti te busco, poesía,
escondida entre las brumas,
en las ruinas y en las dudas
de las palabras perdidas.
Por ti pregunto, poesía,
en los arrabales secos
de profundos pensamientos
y vagas filosofías.
En realidad Rogelio Sánchez Molero no busca la Poesía, sino la razón de la existencia. Y la Poesía – este libro es el mejor ejemplo – es una respuesta. Como las respuestas al misterio de la vida no pueden ser absolutas, Rogelio encuentra en una razón relativa, la escritura, el modo de dar sentido a nuestro caminar”.