La cultura del vino. Maestros del grabado
por Alberto López Echevarrieta
Museo de Bellas Artes de Bilbao. Del 8 de noviembre de 2016 al 6 de febrero de 2017
No siempre el negocio es sólo el negocio. Hay empresas que negocian y también se hacen un hueco en su diario quehacer para dedicarlo a la cultura. Así lo entendieron los responsables de Bodegas Vivanco, en Briones, La Rioja, cuando decidieron coleccionar obras de arte relacionadas con aquello que les daba de comer, el vino. Se empezó tímidamente, como suele suceder cuando se hacen estas cosas, y hoy el trabajo continúa, pero con una colección importantísima. El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe setenta y seis obras pertenecientes a la Colección Vivanco, firmadas por Durero, Goltzius, Bonasone, Ribera, Van Leyden, Picasso, Miró, Chagall, Lichtentein, Tàpies, Warhol, Rego, Saura, Chillida, Valdés, Arroyo y Barceló, entre otros. Semejante nómina asegura el interés de la muestra.
Devolver lo dado
“Fue mi padre quien empezó a coleccionar obras de arte hace 45 años, señala Santiago Vivanco, presidente de la Fundación Vivanco. Fueron unos comienzos muy humildes. Solía decir ‘Quiero devolver al vino lo que el vino nos ha dado’. Estaba muy satisfecho por la marcha de un negocio que ha ocupado a cuatro generaciones de la misma familia. Fue él quien le dio el sentido que tiene ahora. Coleccionó también todos los libros dedicados al vino que encontró y nos pasó el testigo. Con todo ello abrimos un museo junto a la bodega en un intento de demostrar al público que el vino no es sólo una bebida alcohólica, sino que detrás de él hay toda una cultura”.Santiago Vivanco recuerda cómo la primera pieza gráfica la consiguieron en una feria de antigüedades de Bilbao. “Era una litografía de Picasso. Poseerla fue para nosotros el inicio de la fiebre coleccionista que aún perdura”. Javier Viar, director de la pinacoteca vasca, ha mostrado también su satisfacción por poder divulgar la labor de esta familia, sumándose a la celebración de la V Edición del Festival Internacional de Grabado y Arte sobre Papel FIG Bilbao.
Las obras que componen esta exposición han sido seleccionadas de entre los fondos de la Colección Vivanco. Eduardo Díez, director de Enoturismo y del Museo Vivanco de la Cultura del Vino, pone de manifiesto que uno de los detalles que se tuvieron en cuenta a la hora de empezar a coleccionar obras de arte no fue el de hacer un museo centrado en la propia bodega, ni tan siquiera en La Rioja, sino en considerar al vino como tal y al papel que ha jugado a través de la Historia. Es, por tanto, una muestra muy heterogénea.
Clásico y contemporáneo
La exposición está dividida en dos bloques, uno dedicado al grabado clásico y otro al contemporáneo. En el primero encontramos referencias a temas mitológicos, costumbrismo y cristianismo. Baco tiene varias citas como buen representante que fue de los excesos romanos. Hay una trilogía realizada a finales del siglo XVI por Jan Saenredam muy curiosa: En un grabado los campesinos rinden culto a Ceres, en otro hacen una ofrenda a Baco y en la tercera los amantes piden a Venus su ayuda. Ceres, Baco y Venus. Sin comida ni bebida no hay amor, puede entenderse.Hay deliciosas escenas costumbristas, como ese aguafuerte creado por John Sanders a finales del siglo XVIII con el título Kate, y Nan y Bess. Representa a tres glotonas mal encaradas. Una con una perola en sus manos, otra pidiéndosela y la tercera echando un trago. Se pueden ver también escenas de taberna y de contemplación extasiada del vino, como la obra de Ernest Boetzel o el ambiente creado en el interior de la cabaña de un campesino según Jonas Suyderhoef.
Un sector de la exposición se centra en la época del cristianismo, religión en la que el vino rojo está presente en distintos pasajes de la Biblia, principalmente en su representación de la sangre de Cristo. Dos obras de Durero llaman poderosamente la atención: La Virgen como reina de los ángeles, una xilografía de 1518 en la que un ángel ofrece un racimo de uvas al Niño. El otro Durero, La cena de Emaús, es otra xilografía realizada en 1510-1511 que representa el pasaje narrado por San Lucas en el capítulo 24 de su evangelio.
En la zona contemporánea encontramos un aguafuerte del siempre interesante Ricardo Baroja, Interior de una posada. Marc Chagall, Gregorio Prieto, Eduardo Arroyo, Eusebio Sempere, Antonio Saura, Yozo Hamaguchi, Javier de Juan, Antoni Clavé, Miquel Barceló, Miró con dos obras, Gris, y sobre todo Pablo Picasso al que le gustaba la mitología clásica, sobre todo el dios Baco por ser el rey de las pasiones humanas. El ilustre malagueño está representado con Bacanal, Cabeza de fauno o Pequeño Baco y Danza de los Faunos.
El arte vasco está presente con Zapatu (Prensa), un aguafuerte de Chillida y tres litografías de Menchu Gal, una mujer que trabajó mucho el paisaje de la zona en la que Bodegas Vivanco tiene sus viñedos.
En resumen, una delicia de exposición; una cita imprescindible para los amantes del arte del grabado y del vino.