“El Éxtasis de los insaciables”, textos y material dramático de Witkiewcz, dirigido por Mikolaj Bielski
por Julia Sáez-Angulo
Réplika Teatro de Madrid
Staislaw Ignacy Witkiewicz es el gran renovador del teatro polaco moderno, toda una autoridad creativa, cabeza de fila de quien vendría después en un gran país europeo del teatro: Tadeusz Kantor, Krystian Lupa o Jan Klata. Frente al teatro naturalista o realista, Witkiewicz llevó un teatro formal más creativo y ante todo renovador.
El Éxtasis de los insaciables”, textos y material dramático de Witkiewicz, es el espectáculo dirigido por Mikolaj Bielski, pieza escénica que se ha inaugurado en el Teatro Réplika de Madrid. Su director viajará en bree a Polonia para trabajar con un gran director de teatro, en un país donde la escena dramática es un arte clave.
Los textos de Witkiewick se articulan en un collage que se manifiesta entre música, visión de luces y obscuridad. La primera, la música, tiene un protagonismo tan fuerte como la palabra. Los textos ponen de manifiesto las relaciones de amor/odio en familia, los convencionalismos, las falsedades, los abusos, las pertenencias…
La familia es el humus, ámbito necesario de nutrición y crecimiento. La madre es la figura que alumbra, amamanta, cuida, vigila, protege, acierta o estropea al individuo, que ya no existe devorado por la sociedad, al decir el propio texto. Las madres son culpables de todo, al decir de Freud; los padres no existen porque abandonan la prole para ir de caza, por eso la prole se contiene en el ejemplar único.La conciencia es un lujo; la inteligencia, un prejuicio… Texto difícil, irónico, cínico, expresionista, nihilista… que desemboca en el banquete silencioso, sobran las palabras; todos comen porque hay que sobrevivir sin saber muy bien para qué o para quien. “Cuando sólo nos queda la comida”, que diría el profesor Grande Covián en el título de uno de sus libros.
El banquete se prolonga, sigue y sigue, no se habla… algunos espectadores se desconciertan, esperan. Otros salen puntualmente del espacio escénico y conversan en el vestíbulo. Los actores siguen disciplinadamente comiendo sus platos de comida real, masticando, engullendo… Algunos espectadores se acercan a la escena y se sacan fotografías.
Un espectáculo para ir, ver y dar que hablar.