El Arte Sonoro en España y la Fundación Juan March: exposiciones en Palma, Cuenca y Madrid
por Redacción
La exposición Escuchar con los ojos. Arte sonoro en España, 1961-2016 pretende mostrar los orígenes, la diversidad de trayectorias y la vitalidad del arte sonoro realizado en nuestro país desde 1961 hasta nuestros días. Mediante la amplitud y variedad de las obras escogidas y un extenso material documental, la exposición quiere hacer visible (y sobre todo audible) el sonido organizado con criterios artísticos en nuestro país, incluso en unos tiempos (las décadas de los 60 y los 70) en los que el propio término «arte sonoro» no había sido aún enunciado como tal.Durante 2016, esta exposición, que cuenta con José Iges y José Luis Maire como comisarios invitados y con la colaboración de muchos otros artistas y expertos, ha presentado, a su paso por los dos museos de la Fundación Juan March y en su versión –ampliada– en los espacios de la Fundación en Madrid, en la exposición que aquí presentamos, más de una veintena de instalaciones sonoras, esculturas, vídeo-instalaciones y obras de encargo (en Madrid, Francisco López ha realizado una fonografía del edificio de la Fundación Juan March), además de una cuidada selección documental que incluye objetos, ediciones, vinilos, casetes y una variada documentación impresa y fotográfica.
Tanto en el Museu Fundación Juan March de Palma como en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, la exposición tuvo la peculiaridad de que las obras sonoras, piezas, instalaciones y la documentación audiovisual e impresa que la componían no se presentaban en espacios expositivos aislados (como los habitualmente dedicados a muestras temporales), sino que se insertaban primero en los espacios de los museos ocupados habitualmente por las obras de la colección de arte contemporáneo de la Fundación Juan March, con las que han convivido temporalmente. Ambas exposiciones quisieron mostrar así la práctica artística sonora de autores que fueron en muchos casos estrictamente contemporáneos a los artistas representados en ambas colecciones, así como la obra sonora, poco conocida, de alguno de estos últimos, y también la de creadores de las generaciones más recientes.
La exposición en Madrid, por su parte, ocupa los espacios de la sala de exposiciones de la Fundación, en la que se muestra una selección más amplia de autores y de obras que en las ediciones anteriores.
Así, podemos ver varias obras de Juan Navarro Baldeweg; El artilugio, de Manuel Calvo; Ambiente de participación táctil-sonoro, de Enrique Salamanca; Observatory / Lisa Joy W [Observatorio / Lisa Joy W], 2014-2016, de Barbara Held y Benton C. Bainbridge; Every Man and Woman is a Star [Cada hombre y cada mujer es una estrella], 2007, de Arash Moori y Esther Mañas; Diafragma dodecafónico 8.916.100.448.256, opus 14, 2010, de José María Cruz Novillo; 3DsoundPrinter_Can [Impresora de sonidos 3D_lata], 2015, de Hugo Martínez-Tormo; Sin título, 2016, de Pablo Sanz; Untitled # 346 [Sin título nº 346], 2016, (fonografía del edificio de la Fundación Juan March), de Francisco López; a excepción de las obras de Juan Navarro Baldeweg, todas ellas son instalaciones.Si, en ciertos casos, el uso del sonido estuvo presente en la obra de algunos de los artistas de la colección de la Fundación Juan March, como Ferran García Sevilla (en el contexto del arte conceptual), en otros hubo una relación clara con la vanguardia musical experimental (como sucede con algunas obras de Martín Chirino o con los Artefactos para la paz de Manuel Millares, expuestos en una muestra compartida con el grupo ZAJ en el año 1965). Por lo demás, otros casos, como los de Eusebio Sempere o José Luis Alexanco son paradigmáticos entre aquellos artistas de las décadas de los 60 y los 70 que, sin ser «artistas sonoros», han formado parte no obstante de la historia del sonido y su relación con las artes en España. Ellos iniciaron los primeros tanteos interdisciplinares con otras propuestas experimentales y, con el tiempo, posibilitaron el hábito y la comprensión del arte sonoro en el contexto de las instituciones y colecciones de arte contemporáneo, una línea en la que cabe incluir también algunos de los trabajos de Juan Navarro Baldeweg o Enrique Salamanca.
Así, no pocas de las obras seleccionadas acentuaron, interfirieron o se relacionaron con las obras exhibidas en ambos museos y con sus respectivos espacios. Como ejemplo, cabe destacar la presencia de numerosos artistas de las generaciones de los ochenta y noventa (como José Luis Alexanco, Elena Asins o Eva Lootz, entre otros), cuya relación con el arte sonoro o sus antecedentes ha sido rastreada para esta muestra. En este contexto, la exposición se ocupa también de la labor de programación y difusión que ejercieron los programas, ciclos y conciertos del Departamento de Música de la Fundación y su Centro de Documentación de la Música Española Contemporánea desde su creación en 1983, principalmente en lo que respecta a la música experimental y la música electrónica.
En este contexto, la exposición se ocupa también de la labor de programación y difusión que ejercieron los programas, ciclos y conciertos del Departamento de Música de la Fundación y su Centro de Documentación de la Música Española Contemporánea desde su creación en 1983, principalmente en lo que respecta a la música experimental y la música electrónica.
Por supuesto, más allá de los límites de la colección de la Fundación Juan March, la muestra atiende a la especial relevancia de artistas como el grupo ZAJ, Isidoro Valcárcel Medina o LUGAN, pioneros que con trabajos experimentales y transversales han sido verdaderos precursores del arte sonoro, e incluirá, junto a los ya mencionados, obras de Walter Marchetti, Francisco López, José Antonio Orts, Fernando Millán, Esther Ferrer, Bartolomé Ferrando, Juan Hidalgo, Wolf Vostell, Javier Aguirre, Nacho Criado, José Maldonado, Hugo Martínez-Tormo, Alfredo Costa Monteiro o Barbara Held, entre otros.