Entrevista:
Micah P. Hinson, rock desde las entrañas
Por Xavier Valiño
Nacido en Memphis, Tennessee, el mismo día del
atentado que pretendió acabar con la vida de Ronald Reegan, el
30 de marzo de 1981, Micah Paul Hinson fue criado en una familia muy cristiana.
En su adolescencia, la familia se trasladó a Abilene, Texas, donde
Micah intentó destacar
como skater. Allí inició una relación con una antigua
modelo, la viuda de Wes Berggren, el guitarrista de Tripping Daisy, quien
lo introdujo en el mundo de los excesos -‘la viuda negra’
la llama él ahora-. De ahí a las drogas, y a principios
del 2000, tras serios problemas con la policía, acaba tras las
rejas por falsificar recetas para costearse su adicción.
Pierde su coche, su casa, sus instrumentos y el contacto
con su familia, y acaba declarándose en bancarrota, todo ello antes
de tener la edad legal para comprar una cerveza. Tras vivir sin hogar
durante una temporada, alquila una habitación de motel que paga
trabajando como agente de ventas por teléfono, en una época
en la que vive de "cerveza barata, cigarrillos e intentar componer
alguna canción". Durante este periodo, Micah consigue escribir
unas 30 canciones con instrumentos y equipo prestados, aunque nunca intentara
hacer nada con ellas.
Tuvo que ser otro de los vecinos de su localidad, John
Mark Lapham, ahora más conocido por ormar parte de The Earlies,
el que, gracias a su trabajo como DJ en Manchester, le consiguiera un
contrato. Tras mover sus maquetas, el sello Sketchbook Records le ofrece
un billete de avión a Inglaterra, pagarle un tiempo en el estudio
y saldar los 600 dólares que debía de multas de tráfico
impagadas, hecho que le impedía conseguir un pasaporte. Tras doce
horas de vuelo, los oficiales del aeropuerto londinense lo interrogan
durante horas, aunque al final lo sueltan, llevando sólo 160 dólares
en el bolsillo y una autorización para quedarse en los territorios
de Su Majestad durante un mes.
Micah y su amigo John Mark Lapham graban The Gospel
Of Progress en 10 días, con algunos de los componentes de
The Earlies. En ese momento comienza la primera gira de Micah por el Reino
Unido, que dura dos semanas, antes de marcharse a Ámsterdam y embarcarse
en una gira junto a Calexico por los USA. Al mismo tiempo graba varias
canciones antiguas que publica en el EP The Baby And The Satellite.
El contrato conseguido por su amigo se había convertido en su tabla
de salvación, al menos temporalmente.
En enero del 2005, tras celebrar la noche del poeta
nacional escocés Robert Burns en su ciudad de Abilene, en Texas,
un amigo ‘muy animado’ le da un fuerte golpe en su región
lumbar que lo tiene paralizado durante unos minutos aunque, al final,
consigue volver a la vida. Durante las semanas siguientes, Micah siente
que la presión le hunde la espalda. No puede permanecer en pie
y tiene un dolor constante.
Irónicamente, para poder sobrellevar el dolor,
Micah se encuentra de nuevo atado a las drogas recetadas a las que había
sido adicto anteriormente. Durante la gira de presentación de The
Baby And The Satellite de 2005, Micah toma diariamente 40 gramos
de codeína (un opiáceo), 100 de soma (un relajador muscular),
2 de Xanax (un antiansiolítico), 400 de Neurontin (un antidepresivo)
y unas cuantas medicinas más.
Sin
ser muy consciente de lo seria que es la situación de su espalda,
los dos meses que pasa en la carretera empeoran su estado. Al llegar a
Estados Unidos, Micah es operado de la espalda, con una dura convalecencia
posterior de varias semanas. La grabación de su nuevo disco, And
The Opera Circuit, la hace en su casa, sentado, con amigos que se
pasan a dejar en él su aportación.
¿Consideras The Baby And The Satellite
como tu primer disco?
- Sí, supongo que sí. Las canciones fueron
compuestas antes que las de The Gospel Of Progress, pero nos
pareció que tenía sentido editar este último primero,
para conseguir lo que pretendíamos. Si hubiera aparecido The
Baby And The Satellite antes, seguro que me hubieran visto como el
chaval demoníaco del lo-fi, y la verdad es que creo que hago bastante
más que eso. Aun así, debo reconocer que la edición
de mis discos ha sido un tanto extraño.
¿Cómo los ves hoy? ¿Te sientes
cómodo con ellos?
- Sí, incluso más que antes, ya que en
su momento me daba por pensar si las versiones de las canciones anteriores
a la grabación de The Baby And The Satellite eran mejores.
Además, estoy orgulloso de The Gospel Of Progress y creo
que la evolución en ese disco fue bastante interesante y nos condujo
en una nueva dirección.
En la primavera del 2005 hiciste una gira por
Europa para apoyar el lanzamiento de The Baby And The Satellite.
Unos meses antes habías sufrido un accidente en la espalda. ¿Cómo
le afectó a la gira?
- No creo que le afectase demasiado, salvo que tuve
que sentarme más de lo habitual y que duró más de
lo normal para poder tener días en el medio para descansar. Sí,
fue un tanto doloroso, y al volver tuve que pasar por el quirófano.
Pero creo que fue una gira muy buena, en la que de verdad tocamos con
mucha intensidad. Y me gustó estar en España, que es mi
sitio favorito para tocar.
¿Y cómo afectó al proceso
de grabación del nuevo álbum?
- No creo que afectase a las canciones demasiado, pero
sí a la forma de grabarlo, ya que, en lugar de buscar sitios para
hacerlo y buscar un productor, estuve obligado a grabarlo en casa, con
un horario establecido, de 10 a 6 de la tarde. Por lo tanto, no participó
otra gente que podía haber estado en el disco. Tampoco es algo
nuevo, ya que desde el día en que empecé a componer he grabado
en casa sin problemas.
El disco se abre con los sonidos de los grillos.
¿Te acuerdas del debut de Michelle Shocked, Texas Campfire
Tapes, que también se iniciaba así? Curiosamente, ella
también viene de Texas.
- Nunca he oído hablar de ella. Lo que sucedió
es que estaba bastante colocado por las drogas que me habían prescrito,
y en un arrebato decidí colocar el micrófono fuera. Pensaba
que se escucharía a los pájaros y así fue: hacia
el final de la canción esos bastardos aparecieron, como indicando
que era la naturaleza la que me ayudaba a componer la canción.
Además, me gusta el sonido de los grillos.
La palabra Gospel estaba en el título
de tu primer disco y ahora Ópera aparece en el nuevo. ¿Es
una coincidencia?
- Pues siempre tengo un par de ideas para los títulos.
Aunque ahora que lo pienso… ¿de dónde salieron esos
títulos? Lo de Gospel Of Progress era como estarle tomando
el pelo a todo el mundo. ¿Cómo me puedo llamar a mí
mismo en serio Gospel Of Progress? Se trataba de hablar de la superación
personal, así que supongo que va con el título. En cuanto
a The Opera Circuit, no tengo ni idea de dónde salió.
Suena bien, pero no puedo explicarlo.
Tu disco anterior hablaba del progreso de una
persona, de cómo superar los tiempos difíciles, de cómo
tratar con los problemas y convertirse en alguien diferente. ¿Cuál
era la idea en esta ocasión?
- Opera Circuit viene de dos palabras a las que se les
puede encontrar dos significados a cada una. Por un lado, ópera,
que puede hacer mención a una pieza artística relevante
o a una orquesta con cantante. Por otro, circuito, con su significado
de conducción eléctrica o un camino que hay que seguir.
Creo que los cuatro son significados interesantes y de lo que se trata
es que cada uno encuentre el suyo en las canciones.
Escribiste aquellas canciones como terapia personal,
para ayudarte en los tiempos difíciles, para sentirte mejor. ¿Había
otra motivación ahora?
- Todas las canciones son muy personales. Puede que
ahora no necesite tanto la terapia en mis canciones, ya que ya no estoy
en la situación de antes, con las drogas y todo eso, sino que se
puede decir que ahora llevo una vida más razonable. Pero, de todas
formas, necesito componer para recordar dónde estoy, quién
soy y adónde voy.
¿Te sigue siendo difícil escribir
canciones con una historia, como, pongamos por caso, Bob Dylan?
- Últimamente, desde que he pasado por terapia,
he escrito algunas canciones que tienen un desarrollo más de ese
tipo, aunque tengo que reconocer que siempre me han salido de forma mucho
más natural las canciones que hablan más de mí mismo.
Me parece que es una buena forma de ser más universal, de que pueda
ayudar a la gente a salir adelante identificándose con ellas.
Has dicho que te gustan John Denver y Leonard
Cohen, que pondría en un extremo, y My Bloody Valentine y Frank
Black, que situaría en el otro. Tu música se movería
entre ambos extremos.
- Sí, por supuesto. Me gustan ambos sonidos y
mezclarlo todo, y creo que la vida también se mueve entre dos extremos,
con los buenos y los malos momentos. Así que me gusta que mis canciones
puedan ir hacia cualquier lado, con su parte alegre y su parte triste,
con su melancolía, ya que es difícil que en la vida se pueda
estar simplemente alegre o deprimido todo el tiempo.
Te vi en directo hace un par de años en
el Primavera Sound Festival en Barcelona. La mayoría salimos sorprendidos
por tu violenta actuación.
- Me gusta lo de violento; probablemente fuera violento,
sí. No quiero ni pensar cómo hubieran sido de haber grabado
las canciones así. Después de tanto tiempo de tocarlas en
directo, la interpretación se había vuelto más violenta,
las canciones se habían convertido en lo que habían querido
ser. También nos gusta darle vueltas a las canciones en directo
y tocar cualquier combinación de instrumentos para hacerlo interesante,
tanto para mí como para quien nos está viendo, aunque no
lo hice en España porque si aparezco allí por primera vez
tocando, pongamos por caso, la armónica, creo que hubiera sido
una decepción.
Entonces, te sorprendió la reacción
de la gente. ¿Ya te has acostumbrado? ¿Sigue siendo el público
USA mucho más indiferente?
- Fue acojonante. En los USA no tengo ningún
tipo de reacción en absoluto y ya he estado de gira por aquí
unas cuantas veces. Tampoco es que me importen los americanos. La reacción
en sitios como en España o Italia es completamente visceral, y
me gusta mucho ver como a la gente se emociona con las canciones.
¿Estarías haciendo el mismo tipo
de canciones si no hubieras tenido una vida como la tuya?
- Supongo que estaría haciendo música,
pero el orgullo no sería el mismo y mi voz no sonaría de
la misma forma. La música siempre ha estado dentro de mí
de alguna forma, pero supongo que se ha ido formando con las decisiones
que he tomado. Siempre he estado paseándome por el lado oscuro
de la vida y, cada vez que parecía recuperarme, había algo
nuevo que me llevaba allí. En el fondo, todo el dolor, todo el
sufrimiento, toda la mierda vale la pena para ser capaz de crear algo
así y de tocar y cantar con absoluta confianza. Desde ese punto
de vista, no me importa nada lo que he pasado.
¿Alguien te ha ofrecido hacer un libro
o una película sobre tu vida?
-
Hay una productora francesa, la que hizo el documental Nómadas
del viento, que ha me ha propuesto hacer un documental. A mí
no me interesa demasiado. Veremos cómo acaba todo. Mathieu Kassovitz,
el director de El Odio, vino a verme a Abilene, aquí en
Texas, con su novia, que era una preciosidad, y me pidieron que les ofreciera
una pequeña actuación. Ella se puso a llorar en medio del
concierto. Fue un momento emocionante, aunque luego me di cuenta de que
venía con él. Mejor no pensar más en ella, porque
si hubiera intentado ligármela, probablemente perdería mi
música. Mi recomendación es que no lleves nunca a tu novia
a un concierto, porque se puede quedar con el cantante.
¿Dónde estarías ahora sin
la ayuda de John Mark Lapham de The Earlies?
- Siempre he sentido la necesidad de hacer música,
pero nunca he tenido la suficiente fuerza como para salir a buscar un
contrato discográfico, como para preocuparme por mi promoción.
Supongo que estaría jodido y tirado por ahí, así
que se lo tengo que agradecer a él. Es un gran tipo y sabe cómo
hacer ese tipo de cosas.
¿Y cómo va tu otro proyecto Late
Cord con John Mark Lapham, con el que has editado el mini álbum
Lights From The Wheelhouse?
- Nos va bastante bien y tenemos muchas ideas para un
disco de larga duración, aunque es difícil juntarnos. Incluso
hemos pensado en unos cuantos invitados para que aparezcan en él.
Cuando lo hagamos va a ser algo especial. Lo que pasa es que mi disco
acaba de ser publicado y él anda moviendo el disco de The Earlies
y grabando otro, así que ya veremos cuándo tenemos un rato
para hacerlo.
«
|