Julio Cortázar: Papeles inesperados

Editorial Alfaguara. Madrid, 2009. 486 páginas

Por Alberto García-Teresa

¿Qué puede aportar una recopilación de textos dispersos e inéditos de un autor magistral? ¿Realmente es relevante hacer públicos piezas que han sido descartadas por un autor de no escasa obra?

Sin duda, Papeles inesperados es un volumen prescindible, completista. No llega a aportar nada a la producción de Julio Cortázar, pero sí contiene diversos apuntes deslumbrantes (como "Después hay que llegar") y varias piezas notables. Pero no podemos perder de vista que el libro agrupa más de un centenar de escritos, entre cuentos, poemas, capítulos perdidos, ensayos literarios, políticos, textos de ocasión o comentarios. En ellos suele apreciarse bien la excelente prosa del autor, ciertas pinceladas excelentes ("Tenemos muchísimos párpados, y en lo hondo, perdidos, están los ojos"), y esa atmósfera absorbente y espesa tan característica del autor. También su vigor. De sus ensayos literarios, que son documentos interesantes para conocer un poco mejor los territorios de Cortázar, me parece remarcable su defensa de la obra de Lezama Lima. De él sentencia: "si yo me viera forzado a releer solamente una novela hispanoamericana, esa novela sería Paradiso".

Destaco también la finura de los retratos de artistas amigos, que suponen por sí mismos una sección del volumen. Y, como una única pieza, llamaría la atención sobre el maravilloso último poema y el verso final: "lo que me gusta de tu lengua es la palabra".

Lo peor, sin embargo, ciertamente, son los relatos y los escritos agrupados bajo el título de "Momentos".

Sí es relevante el poder observar en un único tomo las distintas facetas del argentino: narrador, poeta, ensayista, sujeto político. Su edición conjunta hace que se potencien entre sí y que se pueda obtener una visión global de este genial escritor. Aunque, por otra parte, es bien cierto que Papeles inesperados es una obra interesante para estudiosos, aficionados acérrimos y bibliófilos. En absoluto se trata de un libro para los neófitos en Cortázar, pero puede gratificar a aquéllos que continúan trazando rayuelas en las nubes.

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