María Ángeles Maeso: Basura mundi

Huerga & Fierro. Madrid, 2008. 60 págs.

Iluminando lo invisibilizado

Por Alberto García-Teresa

Vivimos en una sociedad donde se invisibiliza lo que no se amolda a sus cánones, a sus normas, a su imagen. Ahí, la palabra poética de Maeso arroja luz, luz de logrado tono lírico, construyendo un canto tierno a la vida, inclemente con la injusticia porque apela a la esperanza.

La poeta realiza un acercamiento a los excluidos, a los poblados chabolistas, pero con una perspectiva y una mirada poética, repleta de metáforas, lo que aumenta a su vez la sensación de desplazamiento del lector e implica su inmersión en la lectura. Desde dentro nos habla también del paro, de la precariedad laboral (revelador el título "El amor en los tiempos del despido libre") y aborda la denuncia antibélica. Así, el vertedero y sus habitantes son el botón de muestra de una realidad donde Maeso inserta, frente a la óptica aséptica de sociólogos y economistas, una perspectiva humana.

El eje de sus poemas, de su mirada, es la naturaleza cercana, accesible; la propia de la meseta castellana. Lejos de intenciones bucólicas, la emplea como símbolo de insumisión (de nuevo, como en otras obras suyas), como símbolo de vida rebelde en un entorno muerto. Incide entonces en lo antinatural como contraste ("fue el árbol antes que la chabola"), en la degradación, para resaltar las posibilidades de cambio y transformación.

Así, se erige como un canto tierno a la vida, inclemente con la injusticia porque apela a la esperanza, a pesar de que afirma que "es algo tan raro la esperanza". Esto se expresa sobre todo en las composiciones que no parecen explícitamente tan ligadas al tema central del libro.

De este modo, consigue aportar a la "poesía crítica" un enfoque de búsqueda continua de sinestesia (especialmente importante para construir una imagen global del vertedero-sociedad), un enfoque lírico del conflicto, con un tono relajado, de rabia sabiamente contenida, que dota de un tono más fluido a sus versos.

Es continua la crítica a la hipocresía de decir que se cuenta con los excluidos, que son iguales, cuando, en realidad, no lo son, ni se pretende que lo sean nunca. Juega ahí Maeso con el pronombre "nosotros" (señalado además en cursiva), al cual carga de gran contenido ideológico según se van sucediendo los poemas, en el que se entra y se sale, se incluye y se excluye dependiendo de la intención de normalización de quien lo pronuncia.

En el fondo, lo que realiza la poeta es un acercamiento de ambos mundos, pues la miseria cercana es íntima de la lejana, ya que las dos son consecuencia de la globalización capitalista.

Resulta, por tanto, un poemario de gran unidad, con una tensión dramática continua, que nos sitúa frente al abismo y nos apela (¿qué vas a hacer tú?). Pone, entonces, de manifiesto la relación que tiene el lector con cada situación, y se plantea qué hace posible que no se vea afectado, que no se involucre; que permanezca impasible o se desentienda.

En conclusión, Maeso elabora un emocionante poemario, ajeno al histrionismo, con un tono calmado que apela a la reposada reflexión, pero cargado de humanismo, con el que pide sosiego, paz, amor y justicia ante un mundo incomprensible, ilógico y cruel.

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