Kenneth Rexroth: «Novela autobiográfica»
por Alberto García-Teresa
Pepitas de Calabaza, 2015. 800 páginas. Traducción de Carlos Manzano
La autobiografía del Kenneth Rexroth (1905-1982) nos sumerge en tiempos convulsos con un relato salpicado de anécdotas y lleno de episodios chispeantes.
El material que conforma este volumen fue originalmente registrado mediante grabación sonora. El autor narraba su vida y, seguidamente, un grupo de secretarias transcribía sus palabras. Ese carácter oral pervive en la frescura y el dinamismo de las líneas de Novela autobiográfica. En esta reconstrucción, se combinan hechos con opiniones al hilo de los recuerdos, de manera equilibrada, avivando el ritmo sin fatigar al lector. Así se confecciona tanto la historia (la suya como la de EEUU) como la personalidad de Rexroth.
Siguiendo un hilo cronológico más o menos ordenado, alterna la historia familiar e individual (incidiendo en la cotidianeidad) con los ecos y vivencias de los grandes acontecimientos: los abolicionistas, el ferrocarril clandestino, las luchas obreras, la ley seca, el estallido artística… El autor no nos explica los acontecimientos o a los procesos sociales que vive, sino que nos inserta en ellos, por lo que accedemos a su historicidad de manera lateral y explícitamente subjetiva. En ese sentido, se debe señalar que Rexroth, persona activa e inconformista, presta mucha atención al clima político y a la evolución de las ideas, de las organizaciones y de los movimientos progresistas, marxistas (como la evolución hacia el estalinismo) y libertarios.
Destaca la dedicación que tiene a señalar su formación libresca. Rexroth se detiene en los grupos de lecturas que se van sucediendo en su búsqueda autodidacta, y comparte con nosotros sus impresiones. En ese sentido, sobresale cómo vincula el aprendizaje de la historia del folklore indígena norteamericano en su infancia con la necesidad de cubrir su falta de mitología y de vinculación la tierra. Además de sus lecturas como poeta, hay que subrayar su oposición a la antinomia heterodoxia-ortodoxia, que constituye la piedra angular de su filosofía y, en definitiva, es la base para una vida inquieta (vital e intelectualmente). Por su parte, en el espacio familiar, sobresale la figura de su madre, cuidadosa animalista (a su modo), que enseñó a Rexroth con métodos educativos revolucionarios para la época en su casa, basados en el estímulo y en la experimentación.
Finalmente, cabe resaltar la plasmación de su vida cultural y de su vida de agitación política, lo que revela de manera práctica las relaciones entre arte y poesía y el ejercicio de movilización.
En suma, esta Novela autobiográfica constituye un documento útil, con un alto valor como artefacto literario, para aproximarse tanto a su autor como al ambiente político y cultural en los Estados Unidos del siglo pasado.