Ángel Zapata: «Materia oscura»
por Alberto García-Teresa
Páginas de Espuma, 2015. 92 páginas
El nuevo libro de relatos de Ángel Zapata (creador, profesor, divulgador y teórico) aparece tras casi diez años de silencio. Recoge cerca de medio centenar de piezas, entre cuentos, poemas en prosa, microrrelatos e incluso aforismos. En ellas, profundiza en el sentido y en el impulso surrealista que siempre ha caracterizado (o matizado) su obra en todos los aspectos del texto (paradigma de escritura, ideológico, filosófico y referencial) hasta configurarlo por completo con esos parámetros.Así, Zapata subvierte en estas páginas la separación y la heterodoxia de géneros literarios y de la misma narrativa, la construcción del relato alrededor de una trama atractiva (pues las tramas, en efecto, cuando las hay, son de poco interés), el desarrollo lógico y la causalidad. Además, añade un aluvión de imágenes alucinatorias, juegos de correspondencias y la presencia puntual de lo azaroso como clave de los acontecimientos. En ese sentido, sus textos ponen de manifiesto como la ilógica (o una lógica distinta la racional) y el absurdo están integrados en nuestra cotidianeidad. La revelación de lo maravilloso en estas piezas surge sin pretenciosidad, como algo constitutivo de nuestro día a día, que se asume sin sobresaltos, con naturalidad, incluso con tedio. No en vano, escribe: “A menudo se dice de las cosas: «¡qué extraño, qué extraño», pero es mentira, nada es extraño ya”. De esta forma, Ángel Zapata apuesta por la materia oscura como objeto de interrogación y de conocimiento. El autor, efectivamente, se adhiere a la parte escondida y oscura de la realidad pero que realmente nos ilumina y nos permite comprenderla (como ese “Sol negro” al que reconoce como lugar progenitor).
Por otro lado, emplea una prosa fluida, de oraciones que desobedecen la puntuación y que dejan correr el discurso (aunque sin llegar al chorro de conciencia), donde se combinan el sarcasmo y el humor absurdo. A su vez, son muy interesantes las propuestas de los títulos de cada una de las piezas, no siempre relacionados con el contenido, apoyándose entonces en esa desvinculación lógica presente en otros niveles del texto.
Así, Materia oscura resulta una obra sorprendente y poderosa, bien asentada en el paradigma surrealista.