Compañía de Poesía La Palabra Itinerante: «Su mal espanta»
por Alberto García-Teresa
Libros de la Herida, 2014. 108 páginas + CD
Los poetas David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero, el pintor Patricio Hidalgo y los músicos Daniel Mata y Enrique Mengual llevan un par de años regalándonos una estimulante y sólida propuesta escénica, Su mal espanta, de la que se hace eco este hermoso libro-disco.Sobre las tablas, el particular recitado alterno de Rodríguez y Valero, que comporta un estudiado trabajo con la oralidad, se complementa con las ilustraciones que va pintando simultáneamente a gran velocidad en tinta negra, con trazos sencillos, precisos y sugerentes, Hidalgo, y que son proyectadas. De fondo, se suma el acompañamiento musical de Mata y Mengual, guitarra, bajo y voz (y ocasionalmente percusión), que, en otros momentos, se sitúan en un primer plano y desgranan sus canciones, relevando a los poetas. Como conjunto, Su mal espanta apuesta por la creación colectiva y colaborativa, que busca sumar códigos lingüísticos: imagen, voz, música.
Este libro recoge el contenido de ese proyecto, aunque pierde, evidentemente, toda la apuesta por la simultaneidad de los lenguajes artísticos que ponen en marcha en sus actuaciones. Concretamente, el volumen constituye una antología de poemas de Valero y Rodríguez (centrada en piezas más breves, con mayor efectividad en escena), que se distribuyen salpicadas de ilustraciones de Hidalgo. A su vez, se incluye un CD donde se recogen tanto el recitado como las canciones de Mengual y Mata.
Los versos de David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero, que se van alternando, dándose la mano, dialogando entre sí por momentos y que revelan sus concomitancias, celebran la vida al mismo tiempo que exaltan la resistencia. Frente a un paradigma de dominación, apelan a un vivir sencillo, honesto, que reclama el humanismo. De dicción clara pero de evocadoras resonancias, que se apoyan en el lirismo para acrecentar un modo distinto de mirar y de respirar, sus palabras tejen un entramado de denuncia de la muerte que rige nuestras mentes y que nos gobierna, de su sinsentido. Desde la constatación de la rabia, de la necesidad de la alegría, proclaman la fraternidad y la búsqueda del misterio, del temblor de lo vivo, como parte de una interpretación de la fragilidad de la existencia para admirar también su belleza. En ese sentido, exhortan a asumir el riesgo de vivir a la intemperie, sin falsos parapetos, para exponerse a toda la intensidad del gozo y del dolor de la contingencia. Por su parte, las letras de las canciones (interpretadas con un mayor acompañamiento musical) son también obra suya, y resultan, para los lectores de estos dos poetas, material inédito. Las ilustraciones, a su vez, abren nuevos caminos para realizar una lectura poética e imaginativa de la realidad.
Por tanto, Su mal espanta constituye una excelente muestra de la versatilidad de la poesía, de su encarnación y cómo la indagación inquieta de las posibilidades comunicativas puede conseguir obras únicas, que rompen barreras y que permiten difundir el verso más allá de la lectura individual y solitaria.