Araceli Iravedra (ed.): Políticas poéticas. De canon y compromiso en la poesía española del siglo XX
por Alberto García-Teresa
Iberoamericana / Vervuet, 2013. 260 páginas
La naturaleza de la poesía comprometida o crítica, su alcance o la interesada ocultación de sus condicionamientos, más aún cuando se la ubica en oposición a un conjunto de obras que se quieren agrupar bajo una construcción que se pretende objetiva denominada “canon”, ha generado debate desde la constatación de su existencia. En los últimos tiempos, sin embargo, se están aportando nuevos estudios que permiten arrojar luz sobre todas estas posiciones y estas prácticas poéticas. Este volumen, en concreto, se acerca a ellas con una mirada amplia, pues abarca todo el siglo pasado.
Araceli Iravedra, en un excelente prólogo, sienta las bases de la perspectiva que se utiliza en este grupo de ensayos. Iravedra exige una revisión de los conceptos de «canon» y de «compromiso» (o, cuanto menos, de las concepciones presentadas por Harold Bloom al respecto), reivindica la condición ideológica del discurso literario y busca «historizar la lectura de los autores canónicos». Asimismo, manifiesta la falsedad de la división entre exigencia estética y discurso comprometido. Aboga, entonces, por desmontar las tradicionales dicotomías forma/contenido o intimidad/historia, ya que, siguiendo a Juan Carlos Rodríguez, «las relaciones entre literatura y sociedad se imponen por encima de las decisiones individuales». En ese sentido, los autores de este volumen se plantean releer bajo esa clave a autores consagrados, canónicos (como Juan Ramón Jiménez), o de un canon secundario (como es «el canon del exilio»), al igual que rescatan a otra serie de poetas que han quedado al margen. El libro, por tanto, ahonda en sendas poco frecuentadas pero imprescindibles para comprender la poesía española del siglo XX. Las pone en relación, explorando la continuidad de estéticas que hacen del cuestionamiento de la construcción de la realidad y de la acción del individuo sobre su entorno elementos ineludibles y fundamentales en su elaboración. De hecho, mientras se hace ese recorrido específico, estos artículos permiten contemplar, de manera central o bien tangencial, toda la historia de la poesía española de la pasada centuria.
En el primer ensayo, Juan Carlos Rodríguez realiza un completo estudio de Juan Ramón Jiménez, acercándose a sus distintas etapas, explorando sus repercusiones e influencias filosóficas.
Por su parte, Miguel Ángel García inicia su aportación aclarando que «siempre hay una ideología en la formación del canon», en una larga respuesta a las propuestas de Harold Bloom. Reflexiona extensamente sobre la posibilidad y la necesidad de construir un «canon del compromiso» que «no puede leer los poemas como menos documentos sociales, históricos, políticos e ideológicos, porque al fin y al cabo habla de literatura y no de otra cosa». En su texto, García ahonda en cuestiones de Teoría de la Literatura y, en cierta medida, formula y desarrolla los postulados que mueven, en general, los ensayos del libro. Comienza con el análisis de los posicionamientos ideológicos de Ortega y el «arte puro» de parte del 27. Seguidamente, repasa los planteamientos de convergencia de la vanguardia política y vanguardia artística en la «literatura de avanzada». Con ello, desenmascara la falsa «evasión» del proyecto orteguiano y de determinadas vanguardias, y muestra cómo sus propuestas se corresponden a una burguesía liberal modernizadora. Su ensayo, en definitiva, constituye la aportación más panorámica del todo el volumen.
A continuación, Luis Bagué Quílez pone de manifiesto la perspectiva política de varios poemarios de corte autobiográfico. Así, ofrece un estudio minucioso de Cancionero y romancero de ausencias, de Miguel Hernández, Diarios de Djelfa, de Max Aub y Ganarás la luz, de León Felipe, incidiendo en el análisis textual y en la conflictiva adscripción genérica de cada uno de ellos.
Laura Scarano se centra en el canon de la poesía social (Celaya, Hierro, Otero), en sus búsquedas formales (ese «romper el lenguaje» para «romper el sistema» de Celaya), en su revisión de los apriorismos poéticos asentados en su época, en la propuesta ideológica de sus versos. A su vez, aboga por superar una lectura meramente contenidista. Desde ese plano, revisa la obra de Gabriel Celaya, en una sólida lectura de conjunto, explorando asimismo los distintos procesos por los cuales va evolucionando el sujeto en sus obras. También, indaga en la concepción y expresión del compromiso y de la utilidad de la poesía de Blas de Otero y analiza la construcción del “nosotros” en los versos de José Hierro.
Finalmente, Araceli Iravedra repasa algunas de las voces contemporáneas que contradicen los discursos deudores de la teoría del «Fin de la ideologías». De esta forma, revisa en un agudo análisis el camino de los modos de la poesía comprometida desde la Transición, poniéndolos en relación mediante un lúcido examen sociológico e ideológico. Así, estos poetas ponen de manifiesto la vigencia de los parámetros del compromiso al mismo tiempo que recapacitan críticamente sobre su tradición, el «canon del compromiso».
De este modo, en conjunto, Políticas poéticas resulta una excelente obra que aúna análisis, interpretación, Historia y tesis, y que permite trazar las líneas de continuidad de la poesía reciente que se resiste y que contesta a la presente organización del mundo.