Miguel Casado: «La palabra sabe y otros ensayos de poesía»
por Alberto García-Teresa
Libros de la resistencia, 2012. 270 páginas
A través de una docena de monografías, Miguel Casado ha ido construyendo una aguda, iluminadora y personal revisión de la poesía española del siglo XX; especialmente de la última mitad. Este libro recoge artículos y ponencias (varias inéditas en papel) de los últimos doce años. El propio autor da las pautas generales en las primeras páginas del volumen: «El campo en el que me voy a mover es clásico: la autonomía de la palabra poética, al autonomía del arte literario, para someter a crítica esa idea, sugerir que se trata de un principio insuficiente; pero no con la intención de volver a viejas heteronimias, que entiendo absolutamente superadas, sino para preguntarme cuáles serían los vínculos entre realidad y poema después de la autonomía, habiéndonos impregnado de ella, aprendiendo a pensar con ella, pero no quedándonos en ella».
Casado salva ese enfrentamiento al afirmar que «el lenguaje se refiere al mundo: viene de él y a él lo devuelve la poesía, fortalecido, eficaz, capaz de incidir en la vida». Así, «el arte sirve para percibir de nuevo, para limpiar la mirada y permitirle el contacto con las cosas».
A su vez, considera el arte como conciencia de estar vivo. Es, de hecho, el extrañamiento que genera el arte el que permite recuperar esa conciencia.
Casado escribe sobre una malla tupida de referencias, que le sirven de apoyo, de estímulo o de punto de partida de sus pensamientos. Desarrolla reflexiones sobre Teoría de la Literatura, muy bien apoyadas en ejemplos concretos, que ponen de manifiesto, al mismo tiempo, los mecanismos de lectura de Casado; un trabajo de análisis textual muy específico. Él hábilmente sabe ascender y descender de un nivel a otro. Con ese enfoque y esa dinámica, se acerca de manera señalada a la obra de Rimbaud o T.E. Lawrence.
La segunda parte del tomo se ocupa precisamente de estudios específicos de poetas, aunque Casado no pierde esa capacidad para aportar generalidades y una perspectiva teórica. Así, analiza la poesía de Juan Ramón Jiménez, José Ángel Valente (especialmente brillante es este texto), Antonio Gamoneda, Antonio Machado, Vicente Núñez, Aníbal Núñez, Jose-Miguel Ullán y Manuel Padorno con lucidez y rigor, siendo consciente de la complejidad y de la riqueza de matices de todos ellos.
Pero también se acerca al teatro griego, al género trágico y a otros géneros literarios, a la danza y a la pintura. De esta manera, presenta un conjunto más heterogéneo que la unidad apelada en el título del libro, aunque, sin duda, la mayoría de textos abordan la poesía.
Por todo ello, libros como este demuestran que Miguel Casado continúa siendo uno de nuestros críticos de poesía más sobresalientes y necesarios.