Abbas Beydoun: «Un minuto de retraso sobre lo real»
por Alberto García-Teresa
Vaso Roto, 2012. 202 páginas
Sin presencia previa en nuestro idioma, la poesía de Abbas Beydoun pone de manifiesto una voz coherente e indagadora, rica, llena de matices y de resonancias que se desplazan entre los poemas.
El presente volumen agrupa tres libros del poeta libanés, nacido en 1945, y que fue encarcelado cuando Israel invadió Líbano, en 1982, debido a su relación con los movimientos políticos progresistas. Se trata de tres conjuntos publicados originalmente entre 2005 y 2008, compuestos, en su mayor parte, por poemas en prosa, que aparecen en una edición muy cuidada, como suele hacer Vaso Roto: Una temporada en Berlín, Puertas de Beirut y La muerte nos toma las medidas.
Luz Gómez García, la traductora del libro, en el conciso pero certero prólogo, alude a la «cadencia visual» del escritor. Efectivamente, Beydoun demuestra una gran plasticidad y una enorme potencia imaginativa que sabe contener para dispensarla en gotas precisas. Además, cobra relevancia un registro expresionista, hasta el punto de que las piernas amputadas y un par de prótesis de madera son el hilo conductor de una de las últimas series del volumen.
Por su parte, el autor recupera y reitera conceptos y sustantivos clave en los sucesivos textos. De esta forma, se dota de unidad al conjunto, al mismo tiempo que permite consolidar una atmósfera muy significada.
Un minuto… pivota sobre la identidad. Por ello, aparece en sus versos el desarraigo, el desamparo que provoca la búsqueda incesante de comunicación, de contacto, de afecto. Sus versos parten de la cotidianeidad y del extrañamiento que acontece en ella. Muchos textos giran, de hecho, alrededor de problemas de comunicación debido a la falta de desconocimiento de idiomas distintos. Así, choca el impulso y la necesidad de expresarse con la dificultad de poder llevarlo a cabo. La lengua aparece entonces como elemento central de la sociedad y de toda la Humanidad. En el fondo, la obra se refiere a una inadaptación social del «yo», que enfrenta un mundo interior y una manera subjetiva de entender la construcción social muy alejada de lo que se asume como convención: «Siempre llego a la cita, es el tiempo el que se retrasa, y me digo que entre la realidad y yo median unos minutos». De ahí el título del volumen.
A su vez, es llamativa la obsesiva reiteración en el rastro, en los restos de la presencia, de la existencia («no puedo librarme de los escombros de toda una vida»). Se llega al punto, incluso, de descubrir un sentimiento de culpabilidad, de celo por un secreto inconfesable que atormenta las conciencias: «Es una mancha que no se va. Cuanto más la limpio, más se nota y se extiende (…). No basta con que te den miedo las manchas. Peor es intentar ocultarlas. Quedarán tras de ti en este lugar en el que se te perdona todo pero no se lavan las manchas». Existe, por tanto, un poso de amargura en estas piezas.
Igualmente, aparece y realiza una reflexión sobre la Historia. Entonces, habla desde la humillación, desde lo vejado. También expresa su desconcierto ante el tiempo presente mediante alegorías. Así mismo, construye ambientes y escenas de agonía. Con todo, Abbas Beydoun manifiesta una angustia existencial y religiosa, pues abundan las alusiones a Dios en un contexto de incertidumbre, y que hacen de su poesía un interesante ejercicio de revelación desde lo cercano.