Javier Moreno: «Cadenas de búsqueda»
por Alberto García-Teresa
El Desvelo, 2012. 64 páginas
Postulando una renovación radical de la escritura, Javier Moreno, con Cadenas de búsqueda, explora un modo poético que aspira a corresponderse con la época contemporánea, que trate de recoger no sólo los nuevos referentes, sino los nuevos métodos de enunciación. Por eso hablar de amor o de muerte requiere mostrar los resultados de una búsqueda en Google.
Es ahí donde reside lo más interesante de la propuesta poética de Moreno (aunque no siempre la consiga o la mantenga en este poemario); en que, sin desligarse de un vehículo tradicional y de una forma inteligible, busca actualizar las bases de la poesía (o, al menos, de su práctica poética) ubicándola de manera plena en el siglo XXI; más allá del fetichismo tecnófilo. Por tanto, su poesía presenta un modo distinto de pensar (digamos, propio de la «modernidad líquida») del «yo poético» correlativo al del individuo en nuestra sociedad.
Al mismo tiempo, este planteamiento le lleva a ofrecer poemas que pueden parecer ejercicios antipoéticos, como ocurre con “4’95 €”, “29’99 €”, “2’90 €” o “22’95 €”, en los que se enumeran las mercancías que pueden comprarse con esas cantidades de dinero.
Pero, sin embargo, Moreno busca una renovación radical (no sólo formal o de referentes) de la poesía; una actualización aún no definida, en proceso, que plasma una forma de relación y aprehensión de la realidad mediada por la tecnología (como ocurre con la identificación del sujeto con Mario Bros.) y el consumo. De hecho, afirma que «hay ruido / demasiado ruido».
Por otra parte, en esta obra abundan los poemas narrativos, donde se cuela la crítica social: «Veo a ese hombre tendido / en el portal / junto al cajero automático, tan pobre, apenas / a un par de metros / de tantísimo dinero / Una oposición –el cajero y el mendigo– / sin posibilidad de síntesis / Es duro / muy duro / como acampar a las puertas del paraíso / y mirar día tras día / su esplendor inasequible / a través de una ranura».
Así mismo, varias piezas están empujadas por los recuerdos (especialmente sobre la infancia), que desprenden cierta nostalgia. Igualmente, el autor de manera continua construye poemas sobre oposiciones (mundo ruidoso-interior silencioso, infancia-adultos, mendigo-banco) que agrupan el entorno en dicotomías. Además, se transmite la concepción de la poesía como ejercicio explícito (no en vano, aparece constantemente la reflexión metapoética) de búsqueda de belleza y de sentido o lectura no banal, casi trascendente, de lo cotidiano, constatando, al mismo tiempo, la separación y la distancia del ser humano con la naturaleza.
En definitiva, este breve poemario, que cuenta con una treintena de piezas, ofrece una propuesta poética francamente interesante, que evita lo acomodaticio y manifiesta la importancia de una mirada inquieta e inconformista también con la propia escritura.