Manuel Jiménez Ucero: “La dieta Flash”
por Alberto López Echevarrieta
Editorial Planeta, Barcelona 2011, 284 páginas
Pues no sé qué decirles sobre la aparición de un libro en el que te hablen de gorduras cuando estamos metidos en pleno fregado gastronómico-navideño en el que, a pesar de la crisis y del “sólo voy a comer lo indispensable”, siempre se tiende a sobrepasarse y a beber con moderada generosidad. Tal vez sea oportuno para plantearse un correctivo una vez pasadas las fiestas. Lo cierto es que tengo en mis manos “La dieta Flash” libro subtitulado “La última dieta”, que acaba de publicar el Dr. Manuel Jiménez Ucero, licenciado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, especializado en Medicina Social y del Trabajo y Diplomado en Inmunología por el Instituto Pasteur, en el que se aportan datos no sólo para quitar kilos, sino para mejor vivir.
La obra es el resultado de su experiencia en el ámbito de la medicina preventiva y social y en el de la muy actual medicina antiaging para el mantenimiento y la mejora de la salud, el bienestar y la calidad de vida. Hablo con él sobre el particular el mismo día en que se ha hecho público un dato estremecedor: El 33% de la población española tiene exceso de peso colocándose a la altura de Estados Unidos. Es decir, que nosotros que gozamos de la dieta mediterránea y de una merecida fama de buenos comedores, entre otras lindezas gastronómicas, nos podemos comparar a los norteamericanos en esto del buen (es un decir) comer. Sale el tema en la conversación.
“Todo es fruto de un desorden nutricional espantoso producto de una deficiente educación nutricional, asegura el galeno. La nutrición debiera ser asignatura obligada en los colegios. De esta forma bajaría ese macabro porcentaje que tanto influye en la salud. Las desviaciones del metabolismo están creando diabéticos, cosa que un 20% de la población lo ignora. Hay una diabetes encubierta en mucha gente provocada por unos exagerados niveles de azúcar en la sangre. El exceso de colesterol nos lleva a la sobrecarga de peso, machacando principalmente en las articulaciones. La prueba la tenemos en la cantidad de prótesis de cadera que se están poniendo. Cada kilo de peso sobre una rodilla ejerce una fuerza de palanca de cinco kilos. Si a usted le sobran diez, al subir un escalón, su rodilla soporta cincuenta kilos de peso en el momento de hacer el esfuerzo. Si le sobran veinte, multiplique: Cien kilos machacando el cartílago. Le van a poner una prótesis dentro de unos años. Hay que tener en cuenta también que los dolores lumbares y de columna están siendo la causa más importante de baja laboral del país. Sin duda, el sobrepeso influye muchísimo”.
Le hago saber al autor del libro que resulta difícil de creer que exista una dieta-milagro, que, cuando se habla de adelgazar, los médicos siempre nos lo ponen fácil, pero que cuando lo intentamos se nos hace cuesta arriba.
“Este es un libro que quiere ayudar a toda esa gente que trata de controlar su peso. Ponemos a su disposición dietas proteinadas bajo la vigilancia de un profesional, le hacemos entender por qué hace lo que hace y por qué debe seguir haciéndolo cuando termine de adelgazar. Ya sé que la etapa de mantenimiento es difícil. Nueve de cada 10 personas que han hecho una o más de una dieta fracasan y en ese sentido es más difícil evitar lo que se llama el rebote. Ahí es donde está el “quiz” de la cuestión. Hay que tener siempre muy presente que la comida no debe ser la válvula de escape de nuestras tensiones o la forma de compensar los disgustos”.
El Dr. Jiménez Ucero tiene claro cuáles son los principales enemigos de nuestra alimentación.
“Sin duda los azúcares y las harinas. Eso es lo que nos engorda. El ser humano engorda por todo lo que proviene de carbohidratos, porque su procesamiento energético es muy fácil y muy rápido, y como desgraciadamente la llave que regula el que nuestro cuerpo coma o no coma es la insulina, nuestras células se sacian en seguida. Hay que huir del pan y de todos los dulces. El volumen de grasa que tomamos al comer jamón es mínimo si lo comparamos con el de azúcares y harinas. El pan es harina, la harina es almidón, el almidón tiene seis moléculas de azúcar. Cada gramo de almidón equivale a seis gramos de azúcar. Es mucho azúcar. Y el ser humano se engorda por esa ingestión excesiva de hidratos de carbono, condicionado por el stress y el sedentarismo”.
El libro es muy claro en su exposición. Explica todo el proceso de forma detallada y sencilla y aporta recetas muy nutritivas que huyen de los hidratos de carbono. También da la clave, ese detalle que usted y yo buscamos afanosamente.
“La clave está en repartir la comida habitual en cinco tandas a lo largo del día, haciendo hincapié en los vegetales verdes, donde no hay azúcares. En nuestra dieta solo un 5% son azúcares. El resto van a ser proteínas y las justas para que usted no pierda masa muscular. Los tres primeros días su cuerpo se vuelve loco preguntándose ¿qué pasa aquí? ¿dónde está lo mío? Pero a partir del cuarto empieza a quemar la grasa, consiguiendo reducir el peso. No hay que comer deprisa y es preciso eliminar el alcohol porque termina convirtiéndose en azúcar. Es como inyectarse insulina en vena. Así que recomiendo un buen desayuno, un tentempié a media mañana, almuerzo a la una de la tarde, merienda a las cinco y sobre las nueve de la noche la última comida. “Cenas cortas hacen vidas largas”, decía Cervantes y tenía razón. Cene verdura. Tómese una coliflor entera o tres lechugas…No pasa nada, y un poco pescado a la plancha o hervido. Cuando no puede evitar una comilona, racione el exceso a lo largo del día. Ahí está el secreto de una buena dieta”.
“La dieta Flash” amplía esta teoría de forma amena y clara. Viene bien para estas fechas.