Adriana Zapisek y el Arte Generativo
por Julia Sáez-Angulo
(Casa de Vacas. Madrid. Del 1 al 25 de octubre de 2020)
Se cumplen sesenta años del Manifiesto de Arte Generativo, suscrito por Eduardo Mac Entyre en Argentina en 1959-60. Un Manifiesto que liberó la línea del arte concreto, de la geometría rígida de borde duro y le dio alas y libertad para engendrar y generar nuevos ritmos y movimientos. Los efectos de superposición y cruce de líneas, forma y color, no se hicieron esperar. La libertad del punto y la línea en cada artista daba frutos singulares y generosos.
Adriana Zapisek, discípula de Mac Entyre, encontró en el Arte Generativo el humus para desarrollar su creatividad artística, su sentido particular de la línea y su infinita capacidad de llevar a cabo nuevas formas, a partir de un concepto o una forma que, con la intuición e investigación personal, le llevaría a resultados óptico-visuales sorprendentes. Los títulos de algunas de sus series son elocuentes en este sentido: Íconos, Núcleos, Vertientes… La variación del color marcaría igualmente distintas pautas en cada uno de los movimientos o variaciones de la obra inicial.
La exposición retrospectiva de la artista visual argentina permite la reflexión ante una trayectoria fecunda, que se percibe coherente con los postulados iniciales de liberar formas y estructuras, donde la libertad y asimetrías, amén de la amplia gama cromática, no eximen, sino que conllevan a la armonía final de la obra generada.
En el trabajo plástico de Zapisek late la geometría atravesada de dinamismo liberador, con entramados que plasman sui generis la idea génesis de la autora, cuando titula sus cuadros con nombres de ópera, leyendas polacas u homenajes a poetas.
Como artista polifacética o pluridimensional, la autora ha ido utilizando todos los métodos y materiales a su alcance y al ritmo de los tiempos, desde el grafito, las tintas, el aerógrafo, el óleo, el acrílico, el grabado, la fotografía… hasta el computador en su última etapa, como elemento auxiliar que le permite una investigación más rápida en la indagación de las formas. La obligación de un artista es estar al día en el conocimiento material y metodológico preciso; Zapisek ciertamente lo está.“De ese punto geométrico que es el círculo al fin, de esa recta, de esos elementos que en sí mismos ya GENERAN su propio movimiento, los hemos hecho desplazarse, vibrar, girar, los hemos identificado más aún con el presente y el futuro”, dice una de las propuestas del Manifiesto de Arte Generativo.
Partir del punto para llegar a la forma, pasando por la línea curva que no se encorseta ante nada. La curva está en la Naturaleza y es imprevisible. Infinita. El punto como origen y partida de una obra de arte libre y valiente como la de esta pintora, Adriana Zapisek, que trabaja los conceptos por series hasta donde estima pertinente poner final. Su coherencia conceptual está fuera de toda duda. La autora vive inmersa en el concepto y el trazo, durante todo el periodo de la génesis artística.
El Arte Generativo conlleva fuerza y energía en una artista creativa, pues como señala Pirovano, el objetivo es “engendrar belleza nueva”, esperando la mano de nieve/que sabe arrancarlas! para su descubrimiento, dicho con palabras de Bécquer.
Decálogo del color
El color es un elemento esencial en el arte y, por ende, en la obra de Adriana Zapisek, quien tiene su propio Decálogo del Color secreto, y a la que he podido arrancar sus consideraciones:
NEGRO Es uno de los colores -algunas teorías dicen que es un «no color-que más me gusta. Lo siento tan profundo que me hace imaginar mil imágenes diferentes y todas misteriosas haciendo volar la imaginación sin limites.
AZUL Me remite al agua, al infinito del Universo y al color de nuestro Planeta. Me da armonía, serenidad.
VERDE También me remite al agua, me produce sosiego, tranquilidad, frescura porque me recuerda la Naturaleza.
ROJO Es otro de mis colores amados, me recuerda la pasión, el amor y aumenta mi fuerza y por ende las de mis cuadros. Lo amo.
NARANJA Es una explosión de la energía de las vibraciones, con alegría y optimismo. Lo amo.
AMARILLO Color fulgurante que me moviliza y me produce optimismo, al igual que el naranja. Lo amo.
VIOLETA Eleva mi espíritu con mucha quietud y libertad
ROSA Demasiado tranquilo y relajante.
MARRON Y OCRE Me remiten a los paisajes de la campiña vista desde el aire, dándome calma y desgana. Es especial para dormirse en el avión…
BLANCO Al igual que el negro -algunas teorías dicen que es un «no color». Me resulta anodino, me da sensación de muerte, de inexistencia, de vacío y soledad.El color es siempre audaz en la pintura y la obra de esta autora. Es intrépida y valiente ante él. No le tiene miedo. Es brava a la hora de utilizarlo.
Es una suerte poder contemplar la obra de Adriana Zapisek en una amplia retrospectiva. Una artista que representa hoy uno de los mejores exponentes del Arte Generativo. Una obra singular, engendrada por esta pintora a lo largo de cuatro décadas.