Jorge Villalobos: «El desgarro»
por Alberto García-Teresa
(Hiperión, 2018. 72 páginas)
El dolor es el tema principal de este conjunto de poemas en prosa; el dolor ante la muerte de la madre (cuando era niño el autor) y el largo proceso de duelo, ante una peligrosa enfermedad propia (durante la preadolescencia), el dolor tras el fallecimiento de amigos y más familiares (en otras etapas de su vida), la angustia ante la continuidad de una enfermedad hereditaria tan devastadora como es el Alzheimer (en su juventud) y otras manifestaciones. Se trata, así, El desgarro de un trabajo confesional, en el que Jorge Villalobos se expone y expone su biografía, a pesar de sus reticencias y de sus miedos, como un ejercicio personal para cerrar y superar ese dolor que lo acompaña desde hace muchos años.
El poemario mantiene la intensidad a lo largo de todas sus páginas. Bien trabado, posee un desarrollo cronológico mediante piezas que se continúan en el relato de lo sucedido, hasta el punto de que el libro funciona como conjunto. En efecto, se compone de poemas narrativos que se apoyan entre sí y en los que existe un equilibrio entre la recopilación de recuerdos de episodios concretos, la reconstrucción emocional de dichos episodios y la expresión lírica. Esta última, manifestada con contención, se mueve entre la plasmación del dolor y la proclamación del amor. Precisamente, el poemario encierra su potencia en la contención del dolor. Así, destaca la manera mediante la cual Jorge Villalobos (Marbella, Málaga, 1995) desdobla la rabia y la incomprensión ante los acontecimientos. También llama la atención la aparición de la culpa y del remordimiento como respuesta. Todos esos hechos van constatando el aislamiento debido al daño, a ese desgarro que persiste sin sutura por debajo de la necesidad de continuar adelante.
En definitiva, El desgarro supone una exaltación de los vínculos al mismo tiempo que nos lleva a la dimensión trágica de la vida con rotundidad pero sin autolamentación ni impostura.