Arturo Borra: «Poesía como exilio. En los límites de la comunicación»
por Alberto García-Teresa
(Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2017. 336 páginas)
El punto de partida de este trabajo de Arturo Borra es el examen de “los discursos poéticos que construyen un imaginario de la extranjería no como temática sino ante todo como posición enunciativa”. El análisis pormenorizado de títulos concretos de poetas que indagan en esa dirección constituye el grueso del libro. En efecto, el volumen (básicamente, la tesis doctoral de Borra de Estudios Interdisciplinarios de la Comunicación) se compone de medio centenar de páginas con el marco general, al igual que de otra treintena como conclusiones, y del estudio particular de la obra de Juan Carlos Bustriazo, Héctor Viel Temperley, María Negroni, Miguel Casado, Chantal Maillard, Mercedes Roffé, Arnaldo Calveyra, Antonio Méndez Rubio, Antonio Gamoneda y Lucía Sánchez Saornil.
Arturo Borra emplea el concepto de “exilio” como metáfora en una gran amplitud de sentidos, pero radican todos en la no pertenencia, en la disconformidad y en la deshabituación de la poesía de un conjunto de autores. Aborda estos aspectos desde una dimensión teórica de Teoría de la Comunicación y de Filosofía del Lenguaje, con un buen apoyo en todos los tramos del libro, y que a continuación ejemplifica en el examen de los autores. Con esa base, establece un enfoque singular para acercarse a la obra de estos poetas: “Indagar en las modalidades comunicativas de algunos textos poéticos y el horizonte de sentido que abren, con relativa independencia del campo [literario]; […] detenerme en lo que esas escrituras hacen posible: la apertura de ciertas formas de discurso que plantean una relación antagónica con respecto a la cultura hegemónica”. Así, desde la perspectiva de la suspicacia posmoderna, remarca en esas obras su “sentido de extranjería” que desarrolla “un modo de distanciarse de las percepciones, formulaciones e interpretaciones más extendidas de nuestro entorno social”. Habla de “extrañeza”, basada en la investigación lingüística y formal con una perspectiva política, que provoca “un distanciamiento en múltiples dimensiones”. Sintetiza: “la poesía así concebida, antes que ejemplificación de lo conocido, aparece como alumbramiento, producción de unos significantes que deestructuran y reestructuran nuestros saberes o, si se prefiere, que muestran los límites de nuestro conocimiento actual”.A su vez, plantea “pensar lo comunicacional como condición transversal de lo social” que, según Arturo Borra, “permite rebasan una visión puramente formalista de la poesía y supera una visión instrumentalista de la comunicación”. Por tanto, argumenta que, “en vez de preocuparnos por la ‘falta de comunicatividad’ de estas poéticas, lo central es la interrogación y análisis de sus condiciones y modos de producción de sentido” pues “reflexionan sobre la producción de sentidos heterogéneos y discordantes con respecto a los que la cultura masiva configura tiene importancia vital al participar en la anticipación de otro mundo posible”.
Al mismo nivel, como formula en la introducción mientras presenta su propuesta (lo cual sorprende, pues no parece que venga muy a cuento ni que merezca el lugar relevante en el que la sitúa, ya que luego no vuelve sobre ello), expone su “cuestionamiento del ‘didactismo estético’ y, en particular, de las formas habituales de panfletarismo, al plantear lo ‘obvio’ como criterio de verdad”. En contraposición, explora poéticas que “desplazan de cualquier poética que se limite a poner en versos los discursos de la tribu”. Sin embargo, lo que Borra denomina “poesía didáctica” se trata de una categoría construida con simplificaciones y ciertas exageraciones (¿que ese tipo de poesía busca “convertir esa forma [el panfleto] en un derrotero obligatorio”?) que pongo en duda que se corresponda con la generalización que expone.
Con todo, Poesía como exilio. En los límites de la comunicación se trata de un trabajo meritorio por cuanto pone en juego una forma singular, desde la Teoría de la Comunicación, de acercarse a la obra de un conjunto relevante de poetas.